Galdames - “El día amaneció plomizo y al atardecer comenzó a nevar como no conocían los más ancianos, mientras en los hogares se celebraba la Navidad. El 24 de diciembre de 1819 le nacía a Montellano su hijo más ilustre: Antonio María de Trueba y de la Quintana, hijo de Marta de la Quintana, natural de Galdames y de Manuel de Trueba, de Sopuerta”. Son las primeras líneas del libro con el que Luci Tueros honra la figura del escritor, cronista y archivero de Bizkaia, de cuyo nacimiento se cumplirán dos siglos en Nochebuena. La inclinación a la escritura de uno de los hijos más ilustres de Enkarterri parece perpetuarse en Montellano en la figura de la autora que le ha dedicado una biografía finalista en el concurso de apoyado por las asociaciones Gurguxa y Alén y los ayuntamientos de Galdames y Sopuerta, cuya entrega de premios se celebra durante la feria del Ogi Eguna. Las dos localidades que marcaron la infancia de Trueba.

“Dos años” ha invertido recopilar datos sobre la apasionante vida de Trueba e hilvanar un relato en forma de novela, la segunda que firma, que también transcurre en Madrid o Bilbao. Antes también había sido premiada en el concurso de Galdames su relato sobre un miliciano que llega al municipio durante la Guerra Civil, “se refugia en una cabaña de ganado y allí escucha que han roto el cinturón de hierro de Bilbao”. En su mochila, “guarda un libro de Trueba”. Pero trágicamente, el soldado “muere y lo entierran en algún punto del barrio”. Una historia de ficción con un poso de realidad, ya que se ha transmitido de padres a hijos la creencia de que en Montellano hay una fosa por encontrar?

El personaje secundario de la primera obra de Luci pasa a primera fila como protagonista en la segunda. El estudio “firmado por el catedrático José Antonio Ereño Altuna” que su hija llevó a casa desde el instituto encendió la curiosidad de Luci Tueros en torno a un personaje cuya defensa de los fueros le granjeó “muchos enemigos”. Trueba “siempre llevaría consigo el amor a Enkarterri, desde que vino al mundo hasta el traslado en 1820 a la casa de su padre en el barrio de Santa Gadea, en Sopuerta, desde donde cuentan que se escuchaban las campanas de su querido Montellano cuando soplaba el viento del norte”, describe. “Todavía no se le valora lo suficiente”, opina Luci Tueros, que precisamente por eso, ha titulado su libro Saliendo del olvido. Le impresionó que saliera de su comarca natal “sabiendo lo justo”. Sucedió en 1833 “al estallar la guerra carlista, debía incorporarse a filas y su madre buscó desesperadamente a alguien que controlara sobre documentos mercantiles”. Desde entonces, el escritor “tendrá dos años menos”.

El conflicto se alargó, por lo que la familia “vendió un terreno para conseguir dinero en efectivo y enviarle a Madrid a trabajar en la ferretería de un primo de su madre”. “Con casi 15 años sale de su tierra bajo una finísima lluvia que les acompaña durante gran parte del recorrido”, narra. Tras su matrimonio con Teresa de Prado en 1859 regresó con ella a Sopuerta y Galdames antes de que se abriera ante la pareja una etapa de prosperidad. “La reina Isabel II pagó la edición de las obras que había escrito hasta el momento y la crítica le comparaba con Dickens. Además, fue instituido archivero y cronista del señorío de Bizkaia por las Juntas Generales”, repasa Luci. Coincidiendo el momento triste para él de la abolición de los fueros, en el que corta toda relación con la casa real, “le nombraron Padre de Provincias, el título más ilustre para un vizcaino”.

En los últimos años de su vida, Trueba desplegó una actividad “frenética en la que llegó a escribir poesía en catalán cuando este idioma estaba literalmente abandonado, logrando que otros siguieran su ejemplo”. Falleció “en su domicilio de Bilbao el 10 de marzo de 1889, dejando tras de sí una gran obra y el 13 de noviembre de ese mismo año la Diputación levantó una estatua de bronce en Jardines de Albia”. La que estaba destinada a su sepultura en la iglesia de San Vicente terminó en Montellano, junto a los vestigios de su caserío natal, donde los mismos paisajes que le inspiraron despiertan hoy la pasión escritora de Luci Tueros.