Muskiz - Han pasado más de 20 años desde que la empresa CLH (antigua Campsa) abandonara las instalaciones que ocupara junto a las marismas del río Barbadun en Muskiz. Un periodo en el que las diversas iniciativas institucionales han posibilitado un paulatino proceso de recuperación que ayer marcó un nuevo hito con la apertura de una senda de algo más de un kilómetro por la que se accede al arenal de la playa de La Arena desde Muskiz. Las actuaciones llevadas a cabo esta primavera por la Demarcación de Costas han estado dirigidas a dotar de “continuidad y comodidad” al sendero que proviene del núcleo de Muskiz para unirlo con la playa”, explicó el subdelegado del Gobierno en Bizkaia, Vicente Reyes. También se ha buscado mejorar la oferta de aparcamientos para los usuarios de la playa y “favorecer las actuaciones de educación y disfrute ambiental del entorno de las marismas del Barbadun”, añadió. Para ello, se ha ejecutado un itinerario peatonal de aproximadamente 1 kilómetro de longitud que discurre entre el viaducto de la A-8 y la playa de La Arena, con una anchura aproximada de 2,20 metros, y que hace posible llegar a pie desde la estación de tren ubicada a unos 3 kilómetros de la playa.

Además, se han acondicionado unas 100 nuevas plazas de aparcamiento. El proyecto también ha incluido la creación de accesos peatonales desde el aparcamiento al sendero acondicionado y de la nueva estancia-mirador, desde el que se puede observar la marisma restaurada en 2012. “Con este son ya tres los miradores que, junto a la red de senderos y a la cartelería divulgativa, permiten realizar una ruta por el entorno y “concienciarse sobre los valores ambientales de la zona”, explicaron.

Nueve millones Las diferentes actuaciones llevadas a cabo suman unos 9 millones de euros, “con una participación importante de la empresa CLH, entre los años 2007 y 2012, para la retirada de sus instalaciones y recuperación ambiental del entorno ocupado”, precisó Reyes, quien destacó que “esta actuación no tiene parangón en Europa en cuanto a mejora ambiental, no solo por el elevado coste debido fundamentalmente a la descontaminación del suelo, sino por la restauración en tiempo récord de unos 64.000 metros cuadrados de marisma”.