Balmaseda - Un gobierno de coalición entre el PNV y el PSE ha regido Balmaseda estos cuatro años. Una experiencia “positiva” para el alcalde desde 2013, Álvaro Parro, porque “diferentes formas de pensar en determinados temas no han impedido enfocarnos en trabajar en favor del municipio”.

Ha repetido en varias ocasiones que esta legislatura ha sido complicada. ¿En qué sentido?

-Básicamente, partíamos de un desempleo muy alto, con más de 842 personas en paro en febrero de 2015, mientras que en enero son 585 personas. Lo que otros años nos ofrecía financiación extraordinaria, que era la construcción, ha estado bastante estancada, así que hemos seguido con nuestros recursos con la mayoría de tasas y precios públicos congelados. La recaudación foral, salvo este último año, se ha situado por debajo de las previsiones. No obstante, en virtud del rigor aplicado hemos contado con remanentes de tesorería positivos que nos han servido para acometer la reforma del palacio Horkastitas, la creación del parking de autocaravanas en Las Laceras o la red de abastecimiento de La Magdalena.

¿Y en cuánto al empleo?

-Sumamos tres ediciones en las que, aparte de los puestos de trabajo que nos subvenciona Lanbide, aportamos una cantidad extraordinaria para aumentar su cuantía. Se han conseguido 73 contratos en toda la legislatura, de los cuales, un poco más de la mitad son subvencionados y, otros tantos, logrados con fondos municipales. Todos los años hemos consignado una dotación especial para las ayudas de emergencia social y hemos ampliado las partidas y los supuestos subvencionables en las ayudas a las economías familiares para personas en más riesgo de vulnerabilidad. Este último año se han incluido las matrículas de la universidad y grados formativos o las extraescolares, siempre y cuando sean realmente necesarias y no estén completadas por la oferta ordinaria de los centros escolares. Mantenemos el plan de promoción económica con 500.000 euros anuales y las ayudas familiares ascienden a 60.000 euros.

¿Qué ha supuesto materializar el traslado de Winoa (antigua Fabio Murga) del centro a las afueras?

-Tranquilidad desde el punto de vista de que se mantienen la actividad y los puestos de trabajo. En cuanto al medio ambiente, ha dejado de funcionar una fábrica que estaba en medio del municipio, con especial incidencia en La Magdalena y San Ignacio. Se han presentado dificultades porque se ha tratado de realizar un desmantelamiento vandálico que se ha atajado con la colaboración de los propietarios del terreno, los hasta ahora usuarios y el Ayuntamiento. Aprovechando la coyuntura, hemos habilitado un acceso adicional para los vecinos de San Ignacio.

Winoa es uno de los buques insignia de la industria encartada. ¿Se percibe el efecto de las medidas del plan de estímulo?

-Ha servido para concretar acciones de duración determinada y nos hemos dado cuenta de que el trabajo interinstitucional es lo que mejor funciona. En lugar de estar todo el día peleándonos, mejor tratar de llegar a un acuerdo, aunque no resulte el mejor para todos. Para la economía real, gran parte de la solución de Enkarterri reside en nosotros mismos y considero un acierto tratar de empoderar a los propios empresarios y comerciantes.

La Mancomunidad es otro foro de trabajo conjunto. ¿Cómo han recibido la sentencia que declara nula la adhesión?

-Con mucha calma, porque no se habla del proceso que ha llevado Balmaseda en sus órganos internos, tanto en la solicitud como en los acuerdos adoptados en el seno del pleno (no con unanimidad, pero sí sin votos en contra). Los estatutos dicen lo que dicen, así que estamos tranquilos hasta que se resuelva el recurso de la Mancomunidad porque, a día de hoy, no hay efectos prácticos para el municipio.

¿Se tomó la decisión correcta al volver?

-Entiendo que sí. Nos enfrentábamos a dos cuestiones trascendentes, como la renovación del contrato de basuras y la prestación de todos los servicios sociales que provienen de la aprobación de la ley de servicios sociales del Gobierno vasco. El juntar municipios suma para prestar esos servicios que se configuran como un derecho objetivo o la recogida de basuras. Para Balmaseda y Enkarterri es bueno que los municipios estemos mancomunados.

Balmaseda sigue erigiéndose en referente de eventos culturales.

-Utilizando una expresión coloquial, nos va la marcha: pertenecemos a la asociación Cittaslow, somos el primer municipio vasco en el foro Ciudad Ciencia e impulsamos actos como Balmaseda Musika Fest, la Aste kulturala, las acciones en relación a la memoria histórica o reconocimientos públicos a personajes ilustres (León Felipe, Roberto Rodet, María Francisca Dapena?) Y colaboramos en publicaciones y proyectos sobre nuestro pasado con éxito. Por ejemplo, la recuperación del Cerro del Castillo se está promoviendo con gran implicación ciudadana en los campos de trabajo.

¿Han contribuido los nuevos albergue y refugio del Kolitza a alargar las estancias turísticas?

-Confiamos en nuestro potencial, sabiendo que hay un déficit de equipamientos, que remediamos en la medida de nuestras posibilidades. El refugio del Kolitza tiene unas cifras espectaculares, el año pasado pasaron por allí 2.000 personas y la apertura del albergue en las viejas escuelas en 2017 también se ha dejado sentir. Desde entonces, junto con el de La Garbea contabiliza más de 1.100 pernoctaciones.