LOS santurtziarras, por tradición, cada Lunes de Pascua suben a lo más alto del Serantes. Durante muchos años, ese camino tenía la cumbre de la atalaya santurtziarra como punto desde el que deshacer sus pasos inmediatamente para disfrutar de la fiesta de Cornites en la zona de El Mazo. Ayer, Santurtzi volvió a honrar a su tradición con la celebración de la festividad de Cornites, pero en esta ocasión la cima del Serantes no fue un lugar que abandonar de inmediato tras pisarlo, sino que muchos de los asistentes a la fiesta pasaron un buen rato allí, a 452 metros de altitud. El motivo no fue otro que la apertura del torreón del Serantes, edificio que cuenta con 140 años de historia y que está en plena remodelación.

Quien más y quien menos, ayer, al pisar la cumbre, miraba al torreón y se acercaba al mismo para ver de cerca los trabajos que ya se han realizado en el proceso de recuperación de esta fortificación cuya construcción se inició en 1879. Pero el eslogan que marcó la jornada de ayer fue el de “abierto por obras”. Así, quienes lo desearon, pudieron entrar al edificio para, en el interior, escuchar unas breves explicaciones de Juantxo Agirre-Mauleón, miembro de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y coautor, junto a Manu Océn, Anartz Ormaza y Alfredo Moraza, del libro que recoge todas las investigaciones realizadas en los últimos tiempos sobre este torreón que se construyó con el propósito de albergar a cerca de una veintena de soldados. Desde las 09.00 horas el goteo de personas que se acercaron a escuchar estas explicaciones y comprar el libro fue constante, incesante. “Estamos sorprendidos de la expectación que ha tenido la figura del torreón del Serantes a lo largo de este día de Cornites porque este año se ha acercado más gente que de costumbre a la cima al ver que hay un recurso nuevo en esta zona. Esto va a marcar un antes y un después, va a ser un elemento diferenciador porque a partir de ahora la gente al llegar a lo más alto va a poder entrar al torreón donde tendrán un mirador precioso en el que disfrutar de todo el entorno”, señaló Juantxo Agirre-Mauleón.

La de ayer, sin duda, fue una jornada de intensísimo trabajo para el equipo de cuatro profesionales de Aranzadi que se desplazaron hasta el Serantes para coordinar la apertura por obras del torreón. Los asistentes pudieron visitar el primer piso del edificio, puesto que, hasta la fecha, no hay acceso creado para la planta baja y en la segunda planta faltan elementos de seguridad como barandillas para que pueda ser visitado. Todos esos remates para esta importante obra de recuperación histórica se llevarán a cabo a lo largo de las próximas semanas. “Para la ciudadanía de Santurtzi el proceso de restauración del edificio es muy interesante y estamos aquí para resolver sus dudas, sus preguntas. Les damos la explicación en directo y eso lo valoran muchísimo”, agregó Agirre-Mauleón. Todo ello hizo que el ambiente en la cima fuese muy bueno y, en plena ascensión se podía ver lo más alto del Serantes mucho más lleno de gente que en otras ediciones de la romería. Unos, acudieron expresamente a ver los trabajos de remodelación del torreón, mientras que otros se encontraban al llegar a la cima con el edificio abierto al público y no dudaban en subir las escaleras y visitar el primer piso en el que con unos paneles se explicaba brevemente la evolución de este edificio.

Nuevos paneles Pero el torreón no fue el único elemento del Serantes que estaba de flamante estreno en la festividad de Cornites. Un poco más abajo, en las inmediaciones del fuerte, se han colocado unos paneles que reflejan la tradición y la historia de Santurtzi. Tradición e historia en la que, cómo no, el cornite, el famoso bollo con chorizo y huevo que tiene forma de cuerno también tiene su espacio entre estos paneles. Ayer, sin duda, el paso por esta zona fue mucho más fácil ya que fue desbrozada recientemente por el Consistorio marinero para facilitar el paso de los visitantes que decidan disfrutar de este fuerte y de las vistas de postal que ofrece el mismo.

Por todo ello, la festividad de Cornites de ayer no fue una más, fue la primera en mucho tiempo en la que tanto el torreón del Serantes como el fuerte fueron unos espacios ampliamente disfrutables por la ciudadanía que honró a la tradición y se echó al monte para celebrar Cornites. A todo ello se sumó, como no podía ser de otra forma, la zona de El Mazo, un lugar en el que tradicionalmente se alzan la txosna y los diversos puestos que toman el Serantes por Cornites y los hinchables para los más pequeños. Santurtzi, ayer rindió tributo a sus raíces con esta festividad y hoy, casualidades del calendario, lo volverá a hacer con motivo del día de San Jorge, patrón y origen del topónimo de Santurtzi.