LA recreación historicista Pobeña 1890 surgió hace doce años de la mano de Trueba Zentroa con el fin de recuperar la tradición minera y marinera de Muskiz en general y de Pobeña en particular mediante la puesta en marcha de una jornada de recreación de la vida en el núcleo pobeñés a finales del siglo XIX a través de diversos escenarios. Abacería, rentería, pañol, rederas, hilanderas, lavanderas, fragua, carpintero o notaría han sido algunas de las actividades recreadas a lo largo de este tiempo con la implicación de los propios vecinos de Pobeña. Propuestas que siempre se han acompañado de dos elementos imprescindibles: el carro de bueyes que acarrea la vena de hierro desde las minas al cargadero y el barco que debía llevarlo por la costa a las ferrerías del Cantábrico. “Siempre hemos tenido que estar de prestado para poner en marcha estos dos elementos hasta que decidimos hacernos con la propiedad. Ya hemos adquirido un carro romano antiguo que antes era tirado por bueyes de Zalla o de Sámano (Cantabria) que serán sustituidos por pottokas adquiridos para este arrastre”, señala el presidente de Trueba Zentroa, Ricardo Santamaría.

Barco Algo similar se ha hecho con la parte marítima del evento que tras la colaboración con asociaciones como Itsas Begia de Iparralde o Cantu Santa Ana de Castro Urdiales contactó con la Asociación de Bateleros de Algorta. “Con los bateleros de Algorta llevamos varios años y en este tiempo hemos explorado la posibilidad de contar con una nave en propiedad. Gracias a su mediación hemos adquirido una antigua txipironera, que con su ayuda y la de una veintena de voluntarios de diversas asociaciones culturales de las Encartaciones, queremos reconvertir en un batel como los que antiguamente partían del puerto de Pobeña para llevar por cabotaje (transporte marítimo) la vena de Somorrostro a las ferrerías de las dos Baionas, la gallega y la de Iparralde, y a las ferrerías esparcidas por el Cantábrico”, comenta Santamaría.

La embarcación, denominada Jaito y adquirida a una familia de Portugalete, fue construida en los astilleros Mozas de Santurtzi a mediados de los años 70 del pasado siglo como barco de pesca tanto con anzuelo como con red. De siete metros de eslora y algo más de 2 metros de manga, la embarcación poseía un motor Perkins. “Queremos transformarlo en un batel de tres remos y dos velas al estilo de los bateles venaqueros que cargaban en Pobeña. Nuestra idea es que, salvo en los días de la recreación, el Jaito repose de cara al público en algún terreno de Pobeña”, avanzó.