Abanto-Zierbena - Todo empezó en torno a unas tazas de café en la degustación Begoña de Gallarta. Corría el invierno de 1994 y un grupo de mujeres del populoso barrio abantoarra, capitaneadas por María Blanca Sabin y Begoña Puertollano -propietaria del establecimiento hostelero- empezaron a dar forma a la Asociación Cultural Mujeres de Gallarta, una agrupación cuyo objetivo fundacional era la defensa de los derechos y la calidad de vida de las mujeres.

Un propósito que les ha llevado en estos 25 años de actividad a trabajar para conseguir la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y el desarrollo integral de las personas. “Cerró la empresa en la que trabajaba y entonces me quedé en casa. Pasaba un día y otro y... ¡vaya aburrimiento! No había nada y se me ocurrió pasar por el ayuntamiento a preguntar si no había nada que se pudiera hacer en Gallarta porque en Sanfuentes ya había una asociación y en Las Carreras otra. Total, que al salir del ayuntamiento con la información de que había que crear unos estatutos y una junta directiva y demás me encontré con Begoña Puertollano y después de comentarle lo que habían dicho nos volvimos a subir de nuevo”, rememora Blanca Sabin, la única directora que ha tenido la agrupación que añade que “como ella tenía bar empezamos a correr la voz para formar una asociación y el primer día nos juntamos 20 mujeres. En tres meses, en 1995, ya éramos más de 200”. Entre las aspiraciones de la entidad estaba potenciar la capacidad creativa y elevar el nivel cultural de las socias. “A estas alturas puede parecer una tontería, pero en aquellos años donde no era habitual la presencia de mujeres en los bares, poder reunirnos en un establecimiento para charlar, para comentar cosas o para jugar a las cartas, era un logro porque suponía que las mujeres salían de casa”, remarca Sabin.

La asociación -“en la que nunca se ha hablado ni de política ni de religión”, según resaltan al alimón las socias de la directiva- ha ido avanzando en estos años a través de la constante organización de cursos formativos, talleres de manualidades y charlas y cursos de autoestima para las mujeres de la zona minera.

Asimismo, la Asociación Cultural de Mujeres de Gallarta, que cuenta con el local de la antigua biblioteca municipal en la plaza Eusko Gudariak, se encarga de organizar excursiones, salidas, culturales y charlas informativas sobre empoderamiento y diferentes temas. “Desarrollamos actividades de carácter cultural como conferencias, manualidades, clases de cocina, bailes de salón, salidas culturales... Incluso tuvimos un grupo de teatro”, señala Maite Muñoz, una de las más jóvenes de la junta directiva de esta asociación que lamenta que “no tengamos relevo generacional. Van a otro rollo y no se involucran en nuestras propuestas. Algunas vienen, pero solo para hacer cursillos”, subrayan estas mujeres.

Las integrantes de la Asociación Cultural de Mujeres de Gallarta consideran que “todos los días tenían que ser 8 de marzo porque aún queda mucho por hacer”. “Sobre todo no hay tanta incultura como antiguamente, pero el tener educación no parece que esté solucionando algunos de los problemas que afrontan las jóvenes y mujeres de hoy como la violencia de género”, reconoce Maribel Antxia. “Yo creo que nosotras teníamos igual la fuerza de enfrentarnos más cuando se daban situaciones en las que te podías ver acosada”, apunta Petri Muñoz que como sus compañeras “tengo que seguir luchando porque ahí están los hijos y los nietos”. Un camino que comenzaron hace 25 años pero que todavía hay que seguir impulsado.