"La muerte no existe, la gente solo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo", escribió Isabel Allende en Eva Luna. Precisamente, para recordar a todos aquellos seres queridos, honrarles como se merecen y, de este modo, no dejarles caer en el olvido, el Ayuntamiento de Urduliz pondrá en funcionamiento a partir de abril el nuevo cementerio de Atxarte tras concluir los trabajos de construcción y urbanización de los accesos.

Un nuevo campo santo con un diseño de vanguardia, integrado y respetuoso con su entorno, que cuenta además con una de las últimas obras del artista Néstor Basterretxea. Una escultura de enorme valor, titulada El fin de nuestro último camino, que pudo finalizar poco antes de su fallecimiento, en la que fue una de sus últimas intervenciones artísticas y la última en este tipo de escultura de grandes dimensiones.

En concreto, la obra, de 1,80 metros de altura y ejecutada en acero corten, representa una Estela Funeraria. Según manifestó el propio Basterretxea, la obra trata de una "Estela Funeraria resuelta con un diseño moderno, abstracto pero no demasiado severo, pues la idea que me ha dictado, ha sido la de que todos nuestros caminos terminan con la muerte. Los ritmos de nuestras vidas se presentan rendidas, juntas, vencidas todas por el mismo fin". Instalada junto a la entrada del cementerio, por propio deseo del artista después de una de sus visitas a Urduliz, las nuevas dependencias están ubicadas fuera del núcleo urbano y han sido diseñadas para ofrecer "un servicio funerario integral", según destacan desde el Consistorio urduliztarra. "Este es un proyecto muy importante para Urduliz, en el que llevamos trabajando mucho tiempo, y hemos querido asegurarnos de que responde a la demanda y a las necesidades de los y las urduliztarras, de ahora y en el futuro", asegura el alcalde Javier Bilbao.

En las nuevas dependencias se han instalado una veintena de bloques contenedores de nichos, conectados entre sí a través de sendas amplias, al estilo de los modernos jardines funerarios. En total, dispone de 320 unidades de nichos y 248 unidades de osarios individuales o colectivos, así como 60 unidades de columbarios para el depósito de cenizas. Precisamente, en esta zona donde se ubica el nuevo cementerio había una antigua cantera y gracias a la creación del cementerio "se ha podido recuperar y rehabilitar este terreno", destacan desde el Consistorio.

En este sentido, el regidor urduliztarra subraya que está previsto incorporar próximamente los servicios de tanatorio y crematorio en las instalaciones de Atxarte. "Al instalar el tanatario-crematorio en el propio cementerio contribuimos a que se pueda ofrecer un mejor servicio y, además, garantizamos que va estar ubicado en el lugar idóneo".

Sin embargo, la apertura de Atxarte no va a suponer la clausura del actual cementerio, ubicado en la calle Aita Gotzon. Los nuevos enterramientos se realizarán en Atxarte, pero se respetarán las concesiones vigentes del viejo cementerio, manteniendo su actividad para estos fines mientras sea necesario. "El cementerio viejo va a seguir ahí hasta que se considere conveniente; no tenemos planes para vaciarlo o utilizarlo para otros fines", concluye Bilbao.