Un móvil en desuso vale por un nuevo árbol. Una tablet que ya no funciona tiene descuentos en la tienda Expert de Romo... Son solo un par de ejemplos que explican de qué va la experiencia piloto de Getxo para el reciclaje de pequeños aparatos eléctricos y electrónicos por medio de un contenedor inteligente. Es decir, las personas que depositen allí móviles, tablets, cámaras, portátiles, etc. podrán conseguir rebajas a la hora de hacer una compra en ese comercio local o indicar que desean que se plante un árbol en un parque de la localidad.

Según detalla un artículo publicado el pasado mes de noviembre por National Geographic, en los residuos electrónicos se encuentran materiales peligrosos como metales pesados: mercurio, plomo, cadmio, plomo, cromo, arsénico o antimonio, “los cuales son susceptibles de causar diversos daños para la salud y para el medio ambiente”. Asimismo, el texto asegura que “una batería de níquel-cadmio de las empleadas en telefonía móvil contamina 50.000 litros de agua”. El programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas calcula que “se generan en todo el mundo cerca de 50 millones de toneladas de aparatos electrónicos que son desechados anualmente”, apunta también el reportaje. Ante este panorama, Getxo desea que este tipo de dispositivos también tenga una segunda vida, que puedan ser más aprovechados -incluso llevándolos a aulas de cultura o bibliotecas- y que su daño al planeta sea menor. “Muchos aparatos eléctricos y electrónicos siguen siendo valiosos al acabar su primera vida útil y, en todo caso, contienen materiales valiosos que se pueden reaprovechar por su valor económico y social, eliminando los impactos ambientales negativos, en caso de no hacerlo”, señaló Joseba Arregi, concejal de Servicios Urbanos Ambientales y Calidad Ambiental. Es por ello que el Consistorio ha accedido a colaborar con la empresa vasca de reciclaje Indumetal Recycling y con Recyclia en la instalación de dos contenedores para la recogida de este tipo de materiales. Uno de ellos se encuentra en la Romo Kultur Etxea y otro en el colegio público de este barrio, donde se han impartido charlas sobre economía circular y consumo sostenible. Los contenedores habilitados escanean un cógido QR que el usuario ha obtenido de la app que debe descargarse y así existe una interacción.

motivación

Para animar a su uso, habrá incentivos. Así, en función de lo que cada persona eche (si el aparato funciona o no, si es muy antiguo o no...) se recibirá un número variable de eco-créditosPero esos eco-créditosen nombre de la persona donante en una zona verde del municipio en un acto medioambiental que tendrá lugar al término de la campaña. Y es que se trata de un proyecto piloto que se desarrollará hasta septiembre -en Romo estará dos meses y luego, se trasladará a otros puntos-.