- Abrir el baúl de Alepi es entrar a un mundo de imaginación y entretenimiento, salpicado por incontables dosis de creatividad y ternura. Alejandra Pinedo es la que cada día llena de manualidades, juegos y cuentos este baúl de Instagram que claro, en tiempos de confinamiento, está a rebosar. De @elbauldealepi, salen cañones de burbujas, las aventuras de las letras, conejos de papel, serpientes de yogures€ Es decir, esta getxotarra, con la estrecha colaboración de sus hijas, de 6 y 4 años, sube vídeos y fotos con juegos, con lecturas y con propuestas para hacer con los peques durante este estado de alarma que empieza a ser alarmante en muchas casas con niños, sobre todo.

"Lo que más me gusta son los mensajes que recibo de las madres, dándome las gracias y diciendo que les estoy haciendo más amena la cuarentena o cosas como Yo no era mucho de manualidades, pero ahora con mi niño lo paso genial€ Cada vez que recibía un mensaje de esos era un subidón y pensaba: Pues tengo que hacer más y más", explica Alejandra. Así que con esos ánimos y con la presión de sus hijas, el baúl de Alepi va siendo más y más grande. "Al principio, era yo la que decía a las peques: Venga chicas, vamos a hacer manualidades. Y ahora son ellas las que me lo piden. Me exigen más que un jefe: ¿Qué vamos a hacer hoy? ¿Podríamos hacer esto o lo otro€?", bromea esta mujer que aporta colorido a la cuarentena. Así que cada jornada, este perfil de Instagram tiene tres contenidos nuevos. "Empecé a subir una manualidad al día, luego un cuento y una manualidad, y ya en Pascua, subí un cuento, una manualidad de Pascua y otra normal€ Y ya estoy con tres al día; suelo poner un cuento y dos manualidades", desgrana Alejandra. Y su universo de animales de papel y cartón, de letras con vida, de algún que otro dulce, de animados collares€ está atrapando a muchos hogares, porque @elbauldealepi tiene cerca de 10.000 seguidores.

"Por lo que voy viendo, triunfan las ideas más sencillas; una vez hicimos un canguro con una huevera, que era algo más laborioso, y gustó, pero no tanto. La gente prefiere algo fácil que pueda hacer todo el mundo. Y también, lo que intento es que sean manualidades que se pueden realizar con lo que tienes en casa, porque no puedes salir a comprar, claro. Y parte del éxito que está teniendo es porque son cosas recicladas: rollos de papel de baño, cajas de galletas, botellas de agua€ Y si de casualidad hacemos algo con material más específico, damos alternativas", señala esta getxotarra, a la que siempre se le han dado bien las manualidades. "Desde el colegio me ha gustado enredar", admite.

Así que con las proposiciones que encuentra por Internet y recopila y con la imaginación que pone a volar, el baúl va almacenando manualidades. Pero los libros didácticos de Las divertidas aventuras de las letras también están allí dentro. "A mí me gusta mucho cómo explica la historia de cada letra y se lo leía a mi hija la mayor, lo grabamos y se lo envíe al grupo de amigas del WhatsApp y les encantó, así que decidí compartirlo. Y a la gente también, efectivamente, le ha gustado mucho. Me dicen que sus hijos están esperando al día siguiente para otra letra, que les duermen con el cuento, que lo repiten€ Todo eso es una alegría y a mí es lo que más me gusta del perfil, ese feedback que tengo con las madres", recalca Alejandra.

Y eso que todo este baúl empezó a rellenarse con sugerencias de excursiones con los niños, pero el coronavirus le ha dado otro matiz. "Es un perfil que tenía ya. Con las enanas, hago muchas excursiones, salidas€ Y mis amigas siempre me preguntaban a ver dónde podían ir con sus hijos, qué podían hacer si iban a este u otro sitio€ Y al final me dijeron: ¿Por qué no te haces un perfil en redes sociales y así lo vemos todas? Y así hice. Era un perfil abierto, pero vamos, era petit comité. Tenía unos 300 seguidores y el 90% gente conocida", indica Alejandra. Ahora, sin embargo, ese baúl está repleto.

"Lo que más me gusta son los mensajes que recibo de las madres"

"La gente prefiere algo fácil que pueda hacer todo el mundo"

Autora del perfil el baúl de Alepi