Turkiolo, superhéroe durangarra que continúa con el objetivo de subir a Urkiola en bicicleta 365 días seguidos para concienciar sobre la donación de médula, despierta la admiración de muchas personas. La última en mostrar su solidaridad ha sido el pintor jubilado y riojano de nacimiento, Luis Ibáñez. Conocido como el belenista de Durango, lleva más de dos décadas exponiendo sus creaciones en diferentes escaparates y espacios de la villa, y también ha querido plasmar su arte diseñando una escultura de Turkiolo. "Llevo años colaborando con la Asociación de Lucha Contra el Cáncer de Bizkaia con el dinero que recaudo en navidades donado por la gente que acude a ver los belenes. Me enteré de lo que estaba haciendo Turkiolo y empecé a seguirle. No podía hacerme donante de médula así que se me ocurrió hacerle una escultura y exponerla en algún escaparate para poder colaborar en su hazaña", explica el artista.

Luis Ibáñez ha empleado cerca de doce horas para el diseño y creación de la escultura de arcilla. Como era de esperar, su autor muestra a un Turkiolo de espaldas haciendo su carismático gesto. "Turkiolo es un eslabón de unión para crear una cadena de donantes. La gente tiene que unirse, hacerse donante y salvar vidas. No es solidaridad, es sentido común", insiste el superhéroe durangarra mientras posa agradecido junto al artista.

Para concienciar a la ciudadanía sobre la necesidad de donar médula, Luis Ibáñez ha decidido colocar la escultura en una céntrica panadería del casco viejo donde suele instalar siempre sus creaciones. Tras este primer paso, Turkiolo e Ibáñez barajan un proyecto mucho más ambicioso: diseñar otra escultura, esta vez de gran formato en hierro, para colocarla en Urkiola y que sean las manos de Luis Ibáñez las encargadas de hacerlo realidad. "Si en Copenhague tienen a la sirenita, ¿por qué no en Urkiola Turkiolo con la turkiolita?", propone ilusionado el superhéroe.

En este gran reto, quien está detrás de Turkiolo es Mauri Imaz. Se trata de un superhéroe que debe subirse todas las mañanas al meteorito de Urkiola para recargar sus poderes. "Turkiolo lo único que quiere es que los seres humanos nos demos cuenta de que, al igual que él necesita una recarga diaria, hay muchas personas enfermas que la necesitan. Para eso tenemos que donar, en vida, los superpoderes que tenemos en nuestra sangre: nuestras células madre", insiste el durangarra que está logrando que muchos se registren en el banco de donantes de médula.

Ilusionados con poder instalar una escultura de gran formato junto a la turkiolita, el superhéroe hace un llamamiento a las personas o empresas interesadas en colaborar para cumplir con el propósito. En este sentido, "si la tradición dice que hay que dar vueltas al meteorito para buscar el amor, a lo mejor a partir de ahora habrá que tocar la turkiolita para esa recarga necesaria con la escultura de Turkiolo presente", augura.

Con la de este domingo, el durangarra habrá subido a Urkiola un total de 189 veces seguidas desde que iniciará el desafío el pasado 12 de octubre. Por delante, 176 días para completar un reto de concienciación ciudadana sin precedentes. De momento, Mauri ya ha subido lo que serían 13 ascensiones al Everest desde el nivel del mar.

Hoy domingo, ascenso 189, va por los 113.400 metros positivos, 2.365 kilómetros y 260 horas sobre la bicicleta. Si logra su cometido, durante 365 días recorrerá 7.800 kilómetros, el equivalente a una ida y vuelta a Moscú por carretera. De este modo, estará subido en su bicicleta 550 horas con su maillot de Dona Médula, o lo que es lo mismo, 23 días pedaleando.