La edición de Aste Nagusia de este año ha pensado en todos los colectivos, también en aquellos niños con problemas de autismo, a quienes los ruidos les afectan especialmente, y que, debido al altísimo volumen que se registra en el Parque de Etxebarria durante la instalación del recinto ferial, no pueden disfrutar de las atracciones como el resto de sus iguales. Por ello, durante tres horas en tres días diferentes, las barracas funcionarán sin música ni sonidos estridentes.

La medida supone un paso adelante más para que todas las personas, de cualquier condición, puedan disfrutar de la diversión y alegría que inundan Bilbao durante su Aste Nagusia. En este caso, las miradas se han fijado en el colectivo de los niños que sufren problemas de autismo.

Para ello, el Ayuntamiento de la capital vizcaina determinará tres días en los que, durante tres horas que también quedarán establecidas por parte del Consistorio, todas las atracciones funcionarán sin música ni sonidos estridentes que pueden provocarles una sobreestimulación sensorial. Solamente trabajarán con la megafonía al volumen mínimo aquellas casetas en las que sea imprescindible, como las rifas, bingos y tómbolas.

Además, también se repartirán invitaciones entre los colectivos de personas más desfavorecidas, con diferentes enfermedades o situaciones especiales. Para ello, los feriantes que instalen sus atracciones en el Parque de Etxebarria este año recogerán 200 invitaciones por cada atracción de adultos, infantiles y espectáculos, para repartirlas entre estos grupos. Los barraqueros entregarán al responsable de Espacio Público del Ayuntamiento una relación de las asociaciones u organismos a los que hayan hecho entrega de las invitaciones.

UNA ASTE NAGUSIA INCLUSIVA

El objetivo, en este caso, es el mismo: lograr que Aste Nagusia sea un espacio cada vez más inclusivo, en el que todas las personas puedan disfrutar de la diversión, la alegría y la ilusión de esos días de fiesta tan especiales para Bilbao y que en esta ocasión, sí, todo parece indicar, si no empeora la situación epidemiológica, que volverán a poder celebrarse tras dos años de ausencia debido a la pandemia del coronavirus. - A. Atxutegi