El alcalde de Bilbao cierra un 2020 castigado por la pandemia con una sensación agridulce. Lamenta las situaciones dramáticas que ha dejado la crisis por el covid pero reconoce y considera un éxito el grado de colaboración conseguido entre todos los concejales del Ayuntamiento. "Hemos puesto la solución a las personas por encima de nuestras diferencias". Esa es una manera de hacer política de la que se enorgullece.

Esos quince días en el hospital le han hecho vivir esa soledad por la que están pasando los enfermos del covid.

—Sí, han sido días duros. Sin salir de la habitación, con una única persona acompañándome, siempre la misma, que era mi mujer, y evidentemente cuando ella volvía a casa, solo. Esa soledad y esa intensidad se vive de una manera muy especial y sobre todo pensando, porque al final yo estaba y estoy bien, pero pensaba en esa gente que estaba en la UCI en esos momentos. Ha sido una vivencia, en ese sentido, más especial.

Como alcalde, en esos momentos ¿se relativizan los problemas de Bilbao?

—Como alcalde uno nunca se quita esa chaqueta. A mí me decían los médicos que cuando me desperté de la anestesia empecé a hablar de cosas del Ayuntamiento. Eso quiere decir dónde estaba puesta mi cabeza. Y luego, hoy día tenemos la suerte, por un lado, de que las nuevas tecnologías nos permiten tener un contacto muy directo con la realidad. Pero tengo que decir que he estado muy tranquilo y a gusto viendo cómo Amaia hacía las funciones de alcaldesa liderando al equipo de concejales y concejalas.

¿Cómo va a pasar las navidades?

—Yo no he podido estar en el LABI pero sí he tenido comunicación directa con el lehendakari. Me mandaba los planteamientos que se iban a presentar y yo le mandaba mis aportaciones y desde el primer momento cuando se decide que íbamos a ser diez en las celebraciones hablamos en casa y decidimos que no nos íbamos a juntar aunque hubiéramos sido exactamente diez juntándonos todos. Nuestra responsabilidad tenía que estar por encima. Yo voy a pasar la Navidad en nuestra casa, con nuestros hijos. Por un lado diferente porque vamos a ser muy poquitos, pero por otro especial porque nunca hemos tenido esa vivencia de los cuatro juntos, de esa noche especial. Mi ama irá con mi hermana y en Nochevieja y Año Nuevo se juntará con nosotros. Quiero aprovechar para trasladar ese mensaje de responsabilidad. Animo a que las personas lo asuman así. Una celebración menos no pasa nada y de lo que se trata es de que la Navidad tiene que tener ese sentimiento de alumbramiento, de ilusión. Tenemos que ser muy cuidadosos para que juntos podamos afrontar el 2021 con dos palabras que quiero que estén en nuestro vocabulario: ilusión y esperanza. Ilusión y esperanza en que el 2021 va a ser mejor, vamos a salir de esta situación, pero si somos responsables. Si respetamos las normas, saldremos.

Felicitación navideña del alcalde. Vídeo: Pablo Viñas

El alcalde de Bilbao felicita la Navidad

El alcalde de Bilbao felicita la Navidad

¿Qué es lo más difícil de gestionar en una ciudad como Bilbao con una pandemia que supera cualquier ámbito de actuación?

—Lo más difícil es la calle. Cuando se está en un momento de apertura de hostelería y comercio, y no pongo en ellos la responsabilidad sino en cada uno de nosotros. Cuando vamos a disfrutar de un tiempo de ocio normalmente se produce una relajación y es ahí donde el riesgo es mucho más inminente e intenso. Eso es lo más difícil de gestionar.

¿Con qué elementos cuenta un Ayuntamiento para controlar esta situación?

—Nosotros estamos utilizando el instrumento que tenemos que es la Policía Municipal. En estos momentos hemos puesto 4.600 sanciones, casi 1.000 por botellón, y a veces cuando se habla desde el sector de la hostelería, de la persecución policial, son 200 las sanciones a la hostelería. Hay que colocar la situación en sus justos términos. Y luego es difícil de gestionar con quienes tienen la firme voluntad de pasarse todo esto a la torera con esas fiestas que se organizan o con esa gente que no respeta los horarios. Ahí, palo duro. Firmeza policial y firmeza del alcalde porque tenemos que preservar la salud de la ciudad, que es cuidar la salud de la ciudadanía.

¿Confía en que en 2021 la pandemia nos dé tregua?

—Si algo estamos viendo es que la incertidumbre está encima de la mesa. Hay un conocimiento todavía no muy profundo sobre el comportamiento de este virus, pero si vemos cómo se actuaba en marzo y cómo se actúa ahora, hemos evolucionado. El sistema sanitario ha hecho un proceso de adaptación a una velocidad de vértigo y creo que es algo muy a tener en cuenta, muy de valorar y de felicitar a las autoridades sanitarias y a todo el personal sanitario. No sabemos del todo cómo vamos a estar, pero creo que vamos a estar mejor. Tenemos delante de nosotros la posibilidad de la vacuna que ya sabemos que desde el domingo en Bilbao va a haber gente que va a estar vacunada. Esa es una buena noticia.

¿Se vacunaría usted?

—Sí, desde el primer momento. Creo que tenemos que tener confianza en lo que nuestro sistema sanitario está haciendo en todo este proceso y para que se haya dado el visto bueno para que la autoridad médica apruebe la vacuna de Pfizer. Es una buena noticia. Además, creo que cada vez actuamos con más responsabilidad. Somos conscientes de que es mucho lo que nos jugamos y yo creo mucho en la responsabilidad y el compromiso de la gente, mayoritariamente. Son 4.000 sanciones pero somos 350.000 bilbainos y bilbainas. Creo que vamos a estar mejor, que va a ser un año de transición, pero una transición hacia la superación de la pandemia.

Volverán los abrazos, los besos... pero comerciantes y hosteleros, sobre todo, piensan que hay hábitos que costará que se recuperen o no se recuperarán. Nos hemos hecho más caseros.

—Es posible que nos hayamos hecho más caseros por obligación, pero desde casa hemos aprovechado muchos servicios con los que los hosteleros se han adaptado para sobrevivir a esta situación. Desde mi experiencia propia estoy deseando poder salir con mi cuadrilla a tomar algo, a cenar, una experiencia de fin de semana€ porque creo que las personas, como decía un amigo, estamos hechas de besitos. Estamos hechas de contacto y lo necesitamos. Yo necesito recibir abrazos y dar abrazos y necesito el contacto social y esa actividad es la que nos hace cargar las pilas. Creo que estamos deseando recuperar esa vida y soy un firme convencido de que la vamos a recuperar. La hostelería, la experiencia comercial, el estar en la calle... es importante y creo que vamos a ser capaces de recuperarlo y yo desde luego voy a trabajar para que se recupere, porque estamos hablando de socialización. De esta pandemia hay dos principios en lucha que son el de la solidaridad y el del individualismo. Hay que ver cuál de los dos gana y yo estoy convencido de que tiene que ganar el de la solidaridad, la socialización, en definitiva, el del abrazo a los demás.

¿Usted diría que los corporativos y otros cargos de este Ayuntamiento están dando la talla?

—Sin ninguna duda. Y si de algo nos podemos sentir orgullosos es de que todos los concejales y no hablo solo del equipo de gobierno, hemos sabido dar el callo. Hemos sabido poner la situación de la pandemia por encima de cada uno y cada una. En ese sentido ha habido un clima de colaboración digno de mención y me siento muy orgulloso de que en Bilbao hayamos gestionado la política de forma muy diferente a como estamos viendo un día sí y otro también en el Congreso de los Diputados con unas sesiones que son, si se me permite, de auténtico esperpento. Y lo estamos viendo también en asambleas de otros parlamentos. Aquí lo que ha primado es la colaboración. Por eso mi agradecimiento a toda la Corporación. Y sí es verdad que cada concejal del equipo se ha volcado desde su área porque nos hemos volcado en gestionar la pandemia sobre todo en aquellas áreas más afectadas.

Para atender esta situación se han aprobado medidas extraordinarias muy importantes, desde los bonos, las ayudas a la hostelería o incluso provisionalmente el nuevo PGOU.

—La colaboración ha llevado a acuerdos muy importantes en beneficio de la ciudadanía. Muchas veces habíamos pensado qué iba a pasar en el 2020 y ha sido un año, por qué no decirlo, claramente malo. Un año que nos hubiera gustado borrar del mapa. Allá por 2021 cuando todo esté mejor ojalá seamos capaces de ver todo esto como un mal sueño. Pero dentro de esta situación de enorme dificultad, e incluso trágica para algunas familias y dramática para muchos sectores económicos, hemos gestionado la situación de una manera eficaz sin rehuir ningún problema. Pensemos en cómo abordamos la situación de las personas mayores, o las personas sin techo atendiendo a todas cuando se dijo aquello de todos a casa y nadie pensó en los que no tenían casa. Fuimos referente. Pensemos en cómo decidimos que había que poner en marcha un plan de apoyo a la cultura, al comercio y a la hostelería, y se quiso hacer con el apoyo de todos y fuimos capaces de sacar el Bilbao Aurrera con 15 millones de euros.

"Las personas estamos hechas de contactos y estamos deseando recuperar la socialización"

"Me pondría la vacuna, creo que tenemos que tener confianza en nuestro sistema sanitario"

"Dentro de la dificultad de este año, hemos gestionado la situación de forma eficaz colaborando todos"