El año pasado entraron y salieron menos coches, furgonetas y camiones a Bilbao. En concreto, un 1,4% de reducción rompiendo la tendencia de aumentos continuados iniciada en 2016 tras diluirse la anterior crisis económica.Ello significa que, si durante 2018 se cuantificaron 322.803 vehículos que de media diaria usaron los accesos de la capital vizcaina, el pasado ejercicio se quedaron en 318.170, según el informe de Aforos de Carreteras del departamento de Infraestructuras y Desarrollo Territorial de la Diputación Foral publicado este verano. Es decir, los accesos perdieron 1,69 millones de vehículos en 2019 quedándose en 116,13 millones en el total del ejercicio.

El documento aporta dos razones para este cambio de tendencia tan importante. La primera detalla que es “la creciente utilización del transporte público por parte de los usuarios que residen o trabajan en Bilbao”. La otra causa es el aumento de las medidas restrictivas para aparcar en el centro de la villa, según el informe. Esta razón ya se viene aportando desde el año 2000, pero tras haber transcurrido casi dos décadas, y no haber perdido el ayuntamiento el pulso en esa política disuasoria de estacionamiento, los conductores parece que ya han tirado la toalla. Y desde el pasado martes más, tras prohibirse circular por cualquier arteria de la ciudad a más de 30 kilómetros por hora. Las estadísticas lo reflejarán al finalizar este ejercicio aunque las cifras habrá que tomarlas con mucha cautela, ya que estarán contaminadas por los efectos en la movilidad que la pandemia supuso durante el periodo de reclusión y que prosiguen todavía aunque, es cierto, de manera más residual.

La caída del tráfico el año pasado no es baladí. Sobre todo si tenemos en cuenta que en 2016, 2017 y 2018 los aumentos fueron continuados, de 1,3%, 0,8% y 0,7% respectivamente.

El análisis foral de los tráficos se fija en los once puntos de accesos a la capital de los cuales seis perdieron clientes, en concreto, 6.328 vehículos de media diarios, y cinco atendieron más tráfico, 1.749 vehículos cada jornada, una cifra que, evidentemente, no sirvió para enjugar las pérdidas. En ello influye que los puntos de mayores bajadas se registraron en las entradas con mayor capacidad de circulación, mientras que las que subieron fueron vías de menor tráfico. En este paquete de accesos positivos solo hay uno con peso, la entrada desde la A-8 a Miribilla y el puente de Miraflores, pero el crecimiento es un exiguo 0,1%. En este sentido, el portal que más creció el pasado año porcentualmente fue uno de los que menos tráfico soporta, la entrada a Bilbao desde Basauri por el puente de Bolueta. La subida fue de un 8,5% con respecto al año anterior al incrementarse el tráfico en 866 vehículos de media diaria y alcanzar un total de 11.050 tránsitos cada jornada.

Otro dato comparativo a tener en cuenta es que, mientras el último ejercicio los accesos bilbainos perdieron el referido 1,4% de tráfico, el conjunto de la red viaria de Bizkaia creció, poco, un 0,5%, pero aumentó.

Además, dos de los seis puntos de entrada negativos tienen mucho peso en la malla viaria perimetral. El informe destaca que “las disminuciones de tráfico más significativas” fueron en el vial que desde Enekuri entra a Deusto y los túneles de Ibarrekolanda con una caída de 2.150 vehículos diarios, un -3,9%, y los accesos por San Mamés, los últimos inaugurados en 2013, con una sangría de 1.887 unidades cada jornada, un -3,5%.

Limitaciones

Con respecto a este último paso viario inaugurado en mayo de 2013, el documento indica que la puesta en servicio del ramal de entrada por Juan de Garai “ha permitido resolver las posibles limitaciones de capacidad” de los accesos de San Mamés comparándolos a cuando estaba activo su predecesor, el viaducto de Sabino Arana.

Una distribución de tráficos que se ha extendido por todos los puntos de acceso ya que el pasado año siguieron aumentando las circulaciones en las cinco entradas del eje norte, las ubicadas en la orilla derecha de la ría, con respecto a las seis del sur, al otro lado del cauce. En 2019 ya los accesos por el norte, alcanzaron el 43,8% del tráfico total, mientras que los del sur se quedaron en un 56,2%, la menor cantidad en la historia de los accesos viarios.

De hecho, con la perdida de usuarios por los túneles de San Mamés (52.510 vehículos diarios), la entrada con más volumen de tráfico pasó al norte, a la referida vía de Enekuri hacia Ibarrekolanda, con 53.221 circulaciones cada jornada de media, y eso que fue el punto que más pérdida de usuarios registró el último año completo.

Curiosamente, los túneles de Artxanda, la alternativa de pago a la bajada de Enekuri, aumentó sus conductores en 720 vehículos diarios hasta llegar a los 19.579, lo que significa un 3,8% de aumento. Un afianzamiento de una tendencia al alza iniciada en 2013 y que se reforzó desde 2017 cuando el peaje a pagar por circular por las galerías se incluyó en la tarifa plana mensual puesta en servicio por la Diputación Foral de Bizkaia.