Bilbao - El ayuntamiento de la capital vizcaina ha emprendido la recta final para aprobar definitivamente dentro de un año el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Es la hoja de ruta de las futuras intervenciones públicas y privadas en la ciudad que se desarrollarán durante los próximos 15 años y que quizás sea el documento urbanístico más consensuado en la historia de la ciudad.

Un plan que entrará en vigor en febrero de 2021 con la derogación del que todavía está activo, aprobado hace ya un cuarto de siglo y que se ha cumplido casi en su totalidad. Al menos, eso se desprende del escaso número de proyectos, planes especiales y diseños que va a heredar el PGOU en ciernes, un total de 34.

Un listado que acoge principalmente construcciones de viviendas de todo tipo, tanto de VPO y tasadas a cargo del Gobierno vasco, como de precio libre promovidas por contratistas y propietarios que no han finalizado proyectos en marcha. Ejemplos de ello son varias actuaciones pendientes por acometer o que están en desarrollo en los barrios de Arangoiti, donde hay previstos pisos sociales y apartamentos dotacionales; en Deusto, Kastrexana, Altamira y Olabeaga, donde restan por urbanizar cuatro solares o la operación privada a desarrollar en el centro de Bilbao, entre las avenidas Sabino Arana y Urquijo y la calle José María Escuza, en la manzana del garaje Ellacuría.

En Txurdinaga, Lakua ya ha empezado a construir tres rascacielos, dos de viviendas sociales y uno de alojamientos dotacionales, una operación urbanística en la calle Jesús Galíndez que incluirá un ascensor para conectar con el barrio alto de Arabella a través de Zubizeko Bidea.

Uno de los proyectos más peculiares, porque se actuará en zonas verdes no colonizadas aún por el asfalto, es el situado en el barrio de La Peña. En el plan del 95 se recogía una promoción ubicada entre las vías de Renfe y la trasera del colegio público del barrio. Un diseño compuesto por una hilera de chalets pegados a la ladera y un bloque residencial cerrando la urbanización. Seis parcelas que suman un total de 13.000 metros cuadrados y que van acompañadas de una nueva calle a construir en una zona que ahora son todo huertas.

También hay restos de actuaciones públicas sin concretar, bien por falta de financiación, bien porque los usos previstos no han cuajado finalmente. Es el caso de la parcela de sordomudos que tiene sin edificar la UPV para su ampliación en la Facultad de Sarriko, un solar que cedió en su momento el Ayuntamiento de Bilbao con 21.400 metros cuadrados edificables.

Espacios universitarios Así mismo, la Universidad de Deusto apenas aprovechó las posibilidades de crecimiento que le daba el plan aún vigente y ahora tendrá que asumir una rebaja en sus expectativas ya que el nuevo PGOU estima una actuación casi reducida a la mitad en superficie.

Otra entidad educativa, el Colegio Alemán, ubicado en Txurdinaga, también traspasará de un plan a otro su ampliación, la cual ya ha iniciado en la parte superior de sus instalaciones en ladera a falta de rematarla con las nuevas dependencias que construirá en su zona baja.

Los paquetes más potentes que heredará el PGOU en ciernes son los planes especiales, los documentos urbanísticos redactados para intervenciones en amplios espacios y que, consecuentemente, se demoran más en el tiempo. El caso más palmario es la isla de Zorrotzaurre que, tras una compleja tramitación administrativa de casi década y media, es en los últimos tres años cuando ha empezado a activarse con máquinas sobre el terreno y construcciones concretas. El Master Plan diseñado por la arquitecta Zaha Hadid, con las adaptaciones obvias, es el que marcará los próximos años de la isla, tantos que igual también se traspasa al siguiente PGOU de Bilbao, dicen los más pesimistas.

A punto de finalizar están otros planes especiales como el que ha desarrollado la estación Bilbao Intermodal a falta de inaugurar este año la nueva plaza y el edificio construido para albergar un hotel y una residencia de estudiantes. Pegado a esta ubicación queda por cerrar también el Plan Especial de Reforma Interior de Garellano que ha alumbrado el parque urbano y las cuatro torres blancas, a falta del último rascacielos diseñado por Richard Rogers.

Misma circunstancia ocurre en Bolueta donde, tras casi 12 años de demora administrativa, Lakua ha levantado dos altos edificios negros de viviendas sociales, la iniciativa privada está construyendo otros dos y aún restan otros tres bloques por desarrollar en años venideros.

El listado que va a quedar pendiente para el PGOU de 2021 delata que los proyectos del centro de la ciudad se ha desarrollado casi en su integridad quedando pocas intervenciones por acometer en Abando, Ibaiondo, Begoña o Uribarri. Todo lo contrario ocurre en la periferia donde las asignaturas por aprobar son más numerosas como ocurre en Deusto, Basurto-Zorro-tza y Rekalde hasta alcanzar los ocho proyectos por cerrar.