El día en la feria de Leioa transcurrió entre sonrisas, compras, fotos, talos, danzas, herri kirolak, txakoli, familia... Hubo que esperar a este 2025 para celebrar las 35 ediciones de esta cita con el agro y la ganadería local, ya que el año pasado una alerta naranja por precipitaciones persistentes obligó a su cancelación. Así que el tiempo estaba en deuda con este evento tan querido en el municipio y la saldó, porque ayer la mañana fue espléndida. Un primer balance deparó que alrededor de 12.000 personas disfrutaron de este mercado prenavideño que pone acento en lo natural, tradicional y propio.

“Siempre hay un ambiente extraordinario”, confirmó Arantza –procedente desde Erandio– en uno de los puestos golosos llevándose un pastel vasco. Sin duda, uno de los productos preferidos para adquirir en este tipo de ferias: uno entero, 14 euros; medio, 7. Ese era el precio establecido entre prácticamente todos los pasteleros que acudieron ayer a Leioa. Otro tipo de dulces también acapararon la atención de los asistentes; muchos cayeron en la tentación. ¡Cómo no hacerlo! Y el pan fue otra de las estrellas. Del auténtico. Del que pesa. “Es una feria que funciona muy bien”, señalaron desde Ama Orea, un pequeño obrador artesanal de pan ecológico ubicado en el valle de Karrantza. Frutas y verduras, miel, quesos, embutidos... completaron el colorido menú de esta cita leioaztarra que también cede espacio a artículos hechos a mano, como cestas, joyas y cuadros, y que, por supuesto, otorga protagonismo a los animales. En este sentido, hubo 80 puestos de productos agrícolas y 14 de artesanía y flores. Además de 17 ganaderías, que expusieron 105 cabezas de ganado.

Las vacas y los bueyes, situados en el bulevar de Bidebarri, hicieron las delicias de los más pequeños. Bueno, y también de muchos mayores. Siempre despiertan mucho interés entre los niños y los ejemplares más grandes dejan al público boquiabierto. Todas las vacas son muy guapas, pero cada año hay una que triunfa en el concurso de La vaca más bonita. Esta vez, fue una de Beñat Urbieta, de Laukiz. En el otro certamen organizado, el del puesto mejor decorado, venció el sugerente y alegre de Edurtzeta Atutxa y su hija, Urtza Sarrionandia (Igorre). Sus frutas y verduras se comían (también) con los ojos. La feria, de igual modo, contó con caballos, cabras, ovejas, burros y la habitual representación de especies más exóticas. Todos estos estaban en la plaza Errekalde. Las llamas posaron muy chulas ante las cámaras de los centenares y centenares de móviles que quisieron capturar a todos los simpáticos animales. Finalmente, la exhibición de cetrería prevista en un inicio quedó cancelada, dadas las restricciones vigentes en el sector.

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Positivo balance

Pocos minutos antes de que finalizara la feria, a eso de las 15.00 horas, el alcalde de Leioa, Iban Rodríguez, realizaba un balance positivo de la jornada. “Este año el tiempo sí nos ha acompañado, a diferencia del año pasado que tuvimos que suspender esta feria, y el ambiente ha sido inmejorable, las y los leioaztarras hemos llenado nuestras calles, teníamos ganas de volver a disfrutar de este día que para muchos y muchas es el pistoletazo de salida a las celebraciones de Navidad”, comentó el primer edil. “Esta feria está muy arraigada en Leioa, pone en valor nuestras tradiciones, costumbres, historia y cultura, y nuestro apoyo a las y los productores agrícolas y ganaderos locales”, añadió. Un trocito del campo que siempre tiene hueco en la ciudad de Leioa.