Mochila a la espalda y con el único horizonte de andar día a día, el Camino de Santiago “representa un mundo que, hasta que llegas a él desconoces lo que abarca”. Y, una vez alcanzado el destino, “comprendes que la meta eres tú porque te quedas solo con tus pensamientos y das un repaso a tu vida”, sintetizó Álex Cerdeño, que va por su decimotercer trayecto. La experiencia que te inocula el veneno como los sucedió a una amiga suya al entrar en Compostela: “y tú, ¿cuál crees que es el trazado que más me conviene para hacer yo sola?”, reprodujo en Zalla durante una de las ponencias integradas en el cuarto congreso del Camino Olvidado.
Con salida desde Bilbao, atraviesa Alonsotegi, Güeñes, Zalla y Balmaseda antes de entrar en Burgos y entroncar con el Camino Francés en El Bierzo después de 22 etapas. Al estar menos masificado que otros, se presta a vivir “la esencia” de la ruta “con mayúsculas”, subrayó Begoña Saiz-Maza Fernández, peregrina de Espinosa de los Monteros. “Aparte de encontrarte con una naturaleza y un patrimonio brutales, el calor de los vecinos y vecinas de los pueblos lo compensa todo, yo he terminado comiendo en casa de gente. Es especial y debemos apreciarlo y conservarlo”, reflexionó.
No pueden ser más hospitalarios, pero se necesitarían más hospitaleros. Y es que en el reverso, esta rama acusa una “falta de infraestructuras” que repercute en la planificación de peregrinos y peregrinas. A menudo “el diseño de las etapas no se adapta a nuestras necesidades; por ejemplo, las he hecho de cuarenta kilómetros porque el alojamiento se encontraba a la altura del 18 y se me quedaba corto”. Conscientes de que los alojamientos “también deben ser rentables, un albergue municipal en cada municipio” ayudaría, según Álex Cerdeño sin que tampoco se traduzca en un repunte excesivo de caminantes.
En lugares como la ermita zallarra de San Pedro Zarikete ya han recibido a “peregrinos de todos los continentes, incluso de Oceanía”, desveló Patxi García de la Torre, presidente de Zarikete Zarigune Kultur Elkartea. En la visita guiada que puso el broche de oro a la jornada de conferencias repasó el proceso de rehabilitación del templo y su relación con el Camino de Santiago.
“Hay un déficit de espacios de acogida para peregrinos”, coincidió Iker Urcelay, de Basquetour. Existen 38 distribuidos en 28 municipios a lo largo de los 694,9 kilómetros de los que consta el Camino de Santiago Olvidado, también llamado de la Montaña, sumamente transitado entre los siglos IX y XII.
En Zalla, el municipio anfitrión de la cita que este año congregó a personas de asociaciones de Merindades, Palencia o León, la Casa Camino Antiguo atiende cada vez a más huéspedes. Abierta en 2024, van camino de cerrar este ejercicio con más de 250 peregrinos y peregrinas y voluntariado de numerosos países que se acerca a echar una mano, detalló Mauricio Aldana.
Flechas amarillas
La ruta que cruza Enkarterri, llamada también de la montaña, que la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Bizkaia comenzó a potenciar en 1991. “A día de hoy la conformamos más de 600 socios”, precisó su presidenta, Isabel Alzórriz. En 1993 empezaron a señalizar el trayecto desde Bilbao con las características flechas amarillas que se siguen repintando periódicamente. Desde la consultora cultural y de la naturaleza Orbela también se cercioran de que no haya confusiones en cuanto al rumbo a tomar para proseguir la senda de introspección, “una cura de humildad, de volver a ti mismo”, como definieron la ruta Carla Moreita Díaz y Juan Carlos Álvarez Gómez, de Nava de Ordunte.