El Juzgado de Primera Instancia de Gernika ha reactivado esta mañana, el juicio civil por el atropello mortal de Iurgi, el niño de 11 años fallecido en Aulesti en plena pandemia, en 2020, cuando un vehículo lo arrolló en un camino rural que conduce a la ermita de San Lorenzo. La vista debía comenzar a las 10:30, pero los padres no han sido llamados hasta las 10:45, en una mañana marcada por la tensión contenida y la fatiga acumulada de un proceso que se prolonga ya cinco años y medio.

La sesión debe determinar si la aseguradora del vehículo implicado debe asumir la indemnización de 219.000 euros que reclama la familia, una cuantía calculada con arreglo a la Ley 35/2015 y reforzada por los criterios de protección de la Ley del Menor de 2020. Uno de los puntos clave será establecer la mecánica del siniestro y, especialmente, confirmar si el conductor se encontraba realmente en el lugar el día del accidente, coincidiendo con la primera jornada en la que los niños pudieron salir a la calle tras semanas de confinamiento.

Antes de entrar en la sala, los progenitores han expresado, con una mezcla de dignidad y desgarro, el sufrimiento que arrastran desde aquel día.

La madre, Agurtzane Uriarte, ha reclamado que el juicio “saque la verdad sobre todo”. “Nosotros vamos en busca de la verdad, que la sabemos, dicha por el acusado dos veces”, ha afirmado, en referencia al testimonio que la familia afirma tener grabado. Ha lamentado que "ya son cinco años y medio y todavía no se ha celebrado lo que es nuestro derecho, un juicio" y ha denunciado que lo vivido es "una tomadura de pelo" y "una agonía".

El padre, Iosu Beraza, se ha declarado “más nervioso que el otro día” y ha admitido que están “al límite”: "Nos quedan muy poquitas fuerzas". Ha recordado que disponen de la grabación donde el acusado relata lo ocurrido y ha cuestionado que ese material no esté siendo considerado: "Una persona que te está diciendo cómo ha sido… es una gran impotencia".

Beraza ha criticado que esta sea la primera vez que su perito “va a poder decir algo”, después de un proceso en el que la familia siente que apenas ha podido intervenir. Lo ha calificado de “inhumano”: "A las víctimas no se nos puede volver a revictimizar de esta manera. No hay nada peor que te quiten a tu hijo. Era el motor de nuestra vida".

Junto a ellos, su abogado ha recordado que la vista llega tras múltiples aplazamientos, incluido el de octubre, cuando uno de los agentes citados no pudo declarar por vía telemática. Ha señalado que hoy están llamados a comparecer testigos desde distintos puntos del Estado y que no se descarta que surjan problemas técnicos, aunque ha confiado en que, esta vez, la sesión pueda desarrollarse con normalidad. También ha subrayado que el juez deberá analizar informes contradictorios y una pericia clave sobre la mecánica del siniestro, lo que convierte la jornada en “decisiva después de tantos retrasos”.

A las puertas del juzgado, la sensación era clara: el día de hoy supone un punto de inflexión. Como resumía Agurtzane antes de cruzar la puerta: "Que investigue quien tenga que investigar y que no se haga pasar este calvario a las familias".