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Oskar Azkarate, director general de Baskegur: “No aspiramos a desbancar al hormigón pero la madera es una opción competitiva”

El sector del bosque aplaude la apuesta pública por la construcción de VPO

Oskar Azkarate, director general de Baskegur: “No aspiramos a desbancar al hormigón pero la madera es una opción competitiva”Oskar González

El director general de Baskegur, Oskar Azkarate, la Asociación de la Madera de Euskadi, destaca el impulso que supone para el sector la apuesta pública por la construcción de vivienda: “Para nosotros es un paso positivo, superimportante, porque es algo que llevábamos reivindicando ya al Departamento de Vivienda y en general al sector de la construcción desde hace tiempo”.

Añade en declaraciones a DEIA que no se trata solo de “una sustitución de material, donde metía hormigón ahora meto madera”. Es una forma “completamente diferente de construir, edificación avanzada, construcción seca, construcción preindustrializada”. Es decir, “todos los elementos ya vienen calculados, diseñados, construidos, para luego montarlo como un lego”.

La principal diferencia es el tiempo. Cuando se monta el primer forjado y sus paredes, ya se pueden hacer instalaciones eléctricas y de saneamiento y aislamientos al mismo tiempo que se levanta el segundo piso. En cambio, en una construcción convencional “pasan meses y semanas hasta el fraguado del hormigón”, indica.

Por ello, las últimas actuaciones en el campo de la VPO son un “escaparate” para que las promotoras y constructoras “se den cuenta que hay otra forma de construir, que es mucho más eficiente y que es la construcción del futuro”. Consciente de que no van “a desbancar al hormigón” Azkarate insiste en que la madera es una “alternativa competitiva”. El sector se ha marcado el objetivo de alcanzar un 5% del mercado.

“La construcción de hormigón se hace poco a poco, hay un anteproyecto que no está muy definido. En el caso de la edificación modular con madera se calcula hasta el número de tirafondos, tornillos y anclajes necesarios. Es como un mueble Ikea pero en una edificación, permite ir más rápido”, explica Azkarate. La conversación llega a un punto crítico: la formación. ¿Está preparado el sector, los arquitectos, los ingenieros o la mano de obra para este nuevo modelo?

Las constructoras subcontratan los gremios y eso conlleva una pauta de actuación. Podría decirse que basta con entregar unos planos y, lógicamente interpretarlos bien, para levantar un edificio. En el caso de la construcción industrializada la apuesta por el montaje requiere de un aprendizaje a todos los niveles de la cadena sectorial.

Baskegur ofrece diferentes cursos de formación en la materia y Oskar Azkarate da clases en el máster de Arquitectura de Construcción en Madera de EHU y participa en el máster de Construcción Avanzada.

“Le damos mucha importancia a la formación porque es un sistema constructivo nuevo, industrializado, y la madera está en desventaja en la formación, porque mientras que en arquitectura y en ingeniería se ha visto mucho el hormigón y el acero, la madera ha estado totalmente ausente”, detalla.

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En relación a las dudas que puede despertar la madera como elemento constructivo estructural, Azkarate destaca su perdurabilidad. “No tiene nada que ver lo que se hacía hace 100 años con vigas en base a un roble que se había dejado secar a la intemperie con lo que podemos hacer ahora. Pero en todo caso, hay vigas de madera que están aguantando estructuras de 500 y 600 años que están perfectas. La madera, si está bien colocada, con un sistema constructivo correcto, puede durar eternamente”, indica.

Y en la ecuación también entran cuestiones como las emisiones de CO2 o el capítulo de los residuos, ya que la construcción tradicional genera el 40% de los residuos a nivel mundial.