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Luis Crovetto CastañónPresidente del Banco de Alimentos de Bizkaia

"A nosotros nos gustaría desaparecer, porque eso significaría que ya no somos necesarios"

Luis Crovetto asegura que el Banco de Alimentos vive un buen momento que les permite adquirir más cantidad de productos más caros como el aceite o la leche

"A nosotros nos gustaría desaparecer, porque eso significaría que ya no somos necesarios"José Mari Martínez

El Banco de Alimentos de Bizkaia celebra 30 años de solidaridad. Desde que en el año 1995 Enrique García Lapeña y Manuel Herrero lograsen repartir 30.000 kilos de alimentos junto a un pequeño grupo de voluntarios, la entidad no ha dejado de lado a las personas más vulnerables de la sociedad y continúa cubriendo una de sus necesidades más básicas: la alimentación.

En imágenes: el Banco de Alimentos de Bizkaia homenajea a su voluntariado en el 30 aniversario de su fundaciónJosé Mari Martínez

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¿El 2025 está siendo un buen año para el Banco de Alimentos de Bizkaia? 

Está yendo bien porque las campañas han salido bien. Todavía tenemos bonos de la campaña de mayo, donativos y hemos recibido dos herencias. Se ve que la sociedad está respondiendo a nuestras demandas de ayuda. Estamos intentando dar segundos platos para que la gente pueda comer proteína y alimentos que son más caros como por ejemplo el pollo y el pescado congelado. 

¿En qué consisten esas herencias?

Un local comercial comercial junto con un garaje y una cantidad de dinero considerable. 

En estos 30 años, ¿ha aumentado el número de personas atendidas?

Ha disminuido y se ha establecido. En la pandemia hubo un pico y atendimos a unas 34.000 personas. Ahora estamos en una media de 20.000 o 21.000 personas anuales. Además, contamos con la ventaja de que durante unos meses disminuye el número de personas atendidas por la ayuda que la Unión Europea da a las familias con hijos, una tarjeta monedero que se les entrega durante tres o cuatro meses. El ahorro derivado de esta circunstancia lo revertimos en mejorar la ayuda que damos al resto de personas. En definitiva, estamos en un buen momento.

Y el perfil de persona solicitante de ayuda, ¿ha variado?

Sí, ha variado. Ha aparecido un tipo de pobreza nueva: aquellas personas que tienen trabajo, pero que no ganan los suficiente para mantenerse y entonces necesitan ayuda. Esto antes no ocurría, tú trabajabas y te mantenías, pero hoy ya no. Luego hay otro grupo muy importante que son las familias monoparentales formadas por mujeres extranjeras en su inmensa mayoría, que tienen hijos de padres que no se hacen cargo de ellos. Tampoco tienen el respaldo de una familia, por lo que no tienen tiempo para formarse y mejorar su cualificación profesional ni para atender a sus hijos. Ahí se produce una cronificación de la pobreza que preocupa mucho.

Y la sociedad, ¿ha cambiado? ¿Se donaba más antes que ahora o al contrario?

Yo siempre quedo mal, porque hago una previsión y me supera. En los años que llevo en el Banco de Alimentos, que ya son bastantes, cada año la generosidad es mayor y la gente nos da más. No hacemos más que batir récords. La gente está cada vez más concienciada y es más generosa. 

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Más allá de la generosidad de la gente, el precio de la cesta de la compra ha subido y los productos básicos se han encarecido.

Muchas personas nos dan arroz, legumbres, verduras, etc pero ha bajado la donación de productos como el aceite o el azúcar. El aceite por ejemplo nos ha creado muchos problemas, porque estaba carísimo y hemos tenido que rebajar la cantidad de aceite que dábamos. Ahora vivimos un momento más dulce económicamente y gracias a que ha bajado un poco el precio, podemos permitirnos comprar más cantidad y otros productos como el cacao. El cacao está carísimo y es otro problema, porque para los niños es importante. También es verdad que gracias a las donaciones en dinero y las ayudas de las distintas instituciones y personas particulares, podemos comprar productos más caros.

¿Cuál es el mayor reto que afronta el Banco de Alimentos de Bizkaia ahora mismo?

Ahora tenemos bastante retos. Por una parte el de la Ley del Desperdicio que implica cambios importantes. Estamos también trabajando en el tema de la huella de carbono. El Banco de Alimentos no solamente reparte alimentos a las personas necesitadas, que es lo fundamental, sino que también evitamos emisiones de CO2 muy importantes. Evitamos que muchos alimentos se desechen y los repartimos con la caducidad perfecta. Nosotros generamos en torno a 90 toneladas de CO2 al año y evitamos 800 toneladas de CO2. Por tanto, estamos haciendo una labor importante a favor del medio ambiente. 

El pasado año repartieron cerca de 3.000.000 de kilos de alimentos. ¿Prevén superar esa cifra?

Bueno, yo siempre digo que por lo menos la igualemos. 

¿Cómo ven el futuro?

A nosotros nos gustaría desaparecer porque eso significaría que ya no somos necesarios, pero por desgracia creo que sí seguiremos siéndolo.