Orduña, única ciudad del territorio histórico de Bizkaia, abre este jueves las puertas de sus murallas para recibir, con los brazos abiertos, la gala de entrega de los XVIII DEIA Laboral Kutxa Hemendik Sariak Nerbioi-Ibaizabal. El escenario elegido, el Hotel Balneario Orduña Plaza. Y los protagonistas serán ciudadanos, agrupaciones sociales, culturales y deportivas y emprendedores que, con su esfuerzo y dedicación, hacen pueblo, dinamizan sus barrios y sus municipios y generan actividad económica. Siete son, este año, los elegidos para recibir el reconocimiento en un evento que arrancará a las 19.00 horas.

Excelentes anfitrionas para todos los asistentes podrían ser las integrantes de Loraldi, la asociación de mujeres de Orduña fundada formalmente en 1990 y que, en la actualidad, está integrada por unas 80 socias con un objetivo común: trabajar la igualdad real desde la cultura y la formación y generar actividad en la ciudad. Y no paran ni en verano. En estos momentos aún están disfrutando del programa Pintxo Senderismo que impulsan junto a la Asociación de Jubilados.

“Se hace los viernes de julio, agosto y septiembre. Más o menos de 18.00 a 21.00 horas nos juntamos para dar paseos por el entorno y enclaves cercanos. En los pueblos nos paramos a comer algo, descansar y charlar y luego regresamos”, explica Encarni Cano, secretaria de la asociación. Ya en octubre, Loraldi arranca con su calendario semanal de actividades: los lunes taller de diseño textil y patronaje; los martes de pintura y otro de manualidades junto con la Asociación de Jubilados; los miércoles de escritura y club de lectura; los jueves alternarán la sesión de sus originales Charlas con café con la novedosa actividad Poderosas y empoderadas en la historia; y los viernes toca Tai Chi.

A lo largo del año van surgiendo nuevas ideas e iniciativas, también colaboran en la programación de fechas como el 25-N o el 8-M y, como curiosidad, recientemente han participado en secuencias de la película Maspalomas.

Ahora están trabajando en hacer realidad, durante 2026, un nuevo intercambio cultural. “Hemos hecho con Haro y con Medina de Pomar, y la siguiente va a ser con Castro”, avanza Encarni Cano que aprovecha para mencionar y agradecer el trabajo y dedicación del artista Iñigo Arrizabalaga a la hora de hacer realidad esta iniciativa.

Y agradecidas están también todas las socias de Loraldi por el reconocimiento que van a recibir, este jueves, en su ciudad. “Para nosotras es un honor y lo sentimos igual que cuando en 2023 nos eligieron como txupineras. Nos hemos llevado una gran alegría”.

En el back stage de los premios Hemendik ha estado, en varias ocasiones, Ana Guinea, cada vez que la gala ha tenido como sede Ugao-Miraballes. Natural de Arrigorriaga y licenciada en Piscología, en 1988 se preparó para el concurso-oposición convocado por el cercano Ayuntamiento de la villa para cubrir la plaza de técnico de Cultura.

Por entonces, sus conocimientos sobre la localidad eran superficiales. De adolescente “iba y venía andando a sus fiestas con mi cuadrilla de Arrigorriaga” y recuerda también que, siendo pequeña, “mis padres me llevaban a ver el acto de dar la Vuelta a la Bola”.

Después de más de tres décadas de dedicación como técnica de Cultura de Ugao, Ana Guinea está recibiendo el calor y el cariño de una villa que ha querido reconocer su labor al elegirla como protagonista del acto de fin de fiestas: la Vuelta a la Bola. DEIA

Nunca llegó a imaginar que, un día, la protagonista del tradicional broche final de los festejos iba a ser ella. Pero, así ha sido en este 2025, a pocas semanas de su jubilación y en reconocimiento a más de tres décadas dinamizando la vida cultural y asociativa de Ugao-Miraballes.

Porque el esfuerzo de Ana Guinea tuvo su recompensa. Aprobó el concurso-oposición, obtuvo la plaza y el 2 de enero de 1989 se incorporó a la plantilla del Ayuntamiento como técnica de Cultura. Desde el principio, las sensaciones fueron gratas. “Los vecinos me trataban con mucho cariño y cercanía. Incluso una señora, que vivía frente a la casa de cultura, me traía todos los días un bocadillo”.

Su primera iniciativa fue poner en marcha “el programa de cursos de ocio que, hoy en día, se siguen manteniendo”. Después llegaron las actividades culturales intensivas “con festejos de calle de un día o, incluso, de una semana”, la apertura de una pequeña ludoteca, el Gazteleku… “y, en la actualidad, tenemos dos casas de cultura, un servicio infanto-juvenil con equipamientos y actividades desde los 3 años hasta más de 30, el servicio de emancipación y empleo juvenil, el Centro de Interpretación Histórica que nació en el año 2000 con motivo de 625 aniversario de la fundación de la villa…”, enumera.

Y la programación anual cultural tiene citas asentadas e imprescindibles como la Feria Agrícola de Mujeres Productoras, la celebración de la fundación de la Villa, la Euskal Astea, las Jornadas Europeas de Patromonio y el ciclo de teatro, además de las actividades en torno a fechas señaladas como Navidad o las fiestas patronales.

Al frente de su gestión y organización ha estado Ana Guinea, pero nada de todo esto hubiera sido posible sin los alcaldes y alcaldesas que “han apostado claramente por la cultura”. Se refiere a Jose Luis Kortajarena, Izaskun Landaida y Ekaitz Mentxaka. “Han sido conscientes de que hacer cultura es hacer pueblo. Ugao es ejemplo de esa filosofía”.

Ahora que llega el final de una etapa, Ana Guinea siente que ha sido “un privilegio y un honor” trabajar cultural y socialmente “por y para el pueblo de Ugao”, una villa que define como “acogedora, con identidad y que defiende lo suyo”. Asegura que deja el puesto de técnica de Cultura en “muy buenas manos” y su adiós está siendo, además, muy emotivo: primero a través de su elección para dar la Vuelta a la Bola y ahora con la concesión de este premio Hemendik.

De una meta superada a un sueño que se está cumpliendo. Es lo que está viviendo la familia Urrutikoetxea García, de Galdakao. Todo empezó en 2010 al adquirir una propiedad de la desaparecida empresa Explosivos Río Tinto en una colina del barrio de Arteta, a 259 metros de altitud sobre el nivel del mar. “Mi hermano, ingeniero agrónomo, tenía la ilusión de construir una bodega con viñedo propio. Y ese fue el primer paso”, explica Josu Urrutikoetxea.

Fue, desde sus inicios, un proyecto compartido por todos los hermanos (cuatro chicos y una chica) que arrancó con la preparación del terreno. En 2011, llegó la plantación de las primeras vides en un terreno de doce hectáreas. Hoy en día, “cinco están ya en plena producción”.

El resto son más jóvenes, “pero en dos o tres años estarán desarrolladas y con uvas de calidad” de la variedad autóctona Hondarribi zuri. Al principio, “vendíamos a otros productores y bodegas”. Así hasta 2019, “cuando terminamos la construcción de la bodega y pudimos empezar a sacar al mercado una producción propia de txakoli”.

Los cuatro hermanos de la familia Urrutikoetxea García han hecho realidad el proyecto de sacar su marca de txakoli con la Bodega Berez Galanta y sus 12 hectáreas de viñedo. DEIA

Es la Bodega Berez Galanta y, a pesar de su corta trayectoria, su vino blanco afrutado tiene identidad propia. “No hacemos txakoli de año, solo crianza”, precisa Josu. La cosecha anual ronda entre los 35.000 y 40.000 kilos de uva, materia prima que miman y cuidan para sacar al mercado dos marcas: Galanta y G2. Ambos comparten la característica de incorporar “un poco de CO2, es decir, deje de burbuja, pero menos que el txakoli guipuzcoano”. Y parece que está gustando. “No da nada de acidez y está gustando mucho a la gente”.

La Bodega Belez Galanta está ahora en plena vendimia de una cosecha que este año “esta siendo decente” aunque afectada por unas condiciones climáticas de “mucha lluvia y mucha humedad, demasiada”. Los resultados se verán en 2027, cuando salga al mercado la actual producción. Mientras tanto, el proyecto sigue creciendo al ritmo deseado y el objetivo es “llegar a las 80.000 botellas anuales”, cuando las 12 hectáreas de viñedo estén ya a pleno rendimiento.

La fuerza del deporte

La actividad deportiva en los pueblos y municipios de la comarca de Nerbioi-Ibaizabal es muy intensa y de larga trayectoria. Es el caso del CD Arratia. Con sede en Igorre, donde entrena y juega en el campo de fútbol de Urbieta, la entidad es toda una institución en el Valle. Ingresó en la Federación Vizcaína de Fútbol en 1959 y comenzó su trayectoria deportiva oficial en la categoría Segunda regional.

En 1971 logró su primer hito al ascender Primera regional y tres temporadas después alcanzó la categoría Regional preferente. Y ahí se mantiene, en la actualidad, el primer equipo del CD Arratia que sigue luchando por tener opciones de ascenso a División de Honor.

El CD Arratia, con sede en Igorre, es toda una institución en el Valle de Arratia con una sección femenina que está creciendo por buen camino. DEIA

“Va a haber que pelearlo mucho. Este año, además, han bajado equipos muy potentes como el Santutxu, el Getxo o el Balmaseda”, explica su presidente Pedro José Ormazabal. Un segundo equipo Senior compite en Primera Regional y el relevo generacional llega con fuerza ya que el Juvenil terminó la pasada temporada “jugando la fase de ascenso a Segunda”, recuerda Ormazabal.

El sueño estuvo a punto de hacerse realidad. “El partido de ida acabó empate, el de vuelta también, pero nos metieron un gol en la prorroga”. Fue un jarro de agua fría para las ilusiones y expectativas de un joven equipo que tiene por delante una nueva temporada en Nacional “que va a ser muy bonita y disputada, puesto que nos vamos a enfrentar a equipos como el Athletic B, la Real Sociedad B o el Alavés B”.

Con cerca de 450 jugadores y jugadoras y un cuerpo técnico de unas 50 personas, lo que más ha crecido deportivamente en los últimos años es “la sección femenina” con escuadras en casi todas las categorías “desde benjamines a senior, pero no tenemos juvenil”, precisa. El primer equipo compite en 3ª Federación y el segundo en Liga Vasca y la apuesta del CD Arratia por su proyección y mantenimiento futuro es firme.

Ya sea en las instalaciones del polideportivo o en la trasera de la Casa Consistorial, Olgetan Euskal Pilota lleva ya dos décadas impulsando diferentes modalidades de pelota en Orozko. DEIA

Tres integrantes femeninas de Olgetan Euskal Pilota Kirol Elkartea se encuentran disputando, en la actualidad, el Campeonato Mundial de Trinquete, en Argentina. Todo un motivo de orgullo para la agrupación deportiva de Orozko formada en 2005 gracias al firma de un convenio entre el Ayuntamiento y la Federación de Pelota para impulsar esta actividad deportiva en el municipio.

El punto de partida de quienes tomaron las riendas del proyecto fue “empezar desde la base creando una Escuela de Pelota que tuvo muy buena aceptación”, recuerda el actual presidente, Aloxi Ugarriza. Con el paso del tiempo, la entidad fue creciendo en integrantes y categorías y el año 2012 fue un punto de inflexión “al impulsar la paleta femenina”.

Dos décadas después de sus inicios, Olgetan Euskal Pilota Kirol Elkartea cuenta en sus filas con 22 chicos (20 escolares y 2 federados) y 53 chicas (33 en escolares y 20 federadas).

A nivel de federados, “durante el año hay bastantes campeonatos”, algunos regionales y otros de Euskadi, de diferentes modalidades. En escolar, las competiciones se llevan a cabo en dos tandas: “La primera hasta Navidad” y con el inicio del año “hay otra hasta, más o menos, el mes de mayo”. Cuando se disputan en Orozko, esos partidos oficiales se juegan en las instalaciones del polideportivo. Pero, en la medida de lo posible, Olgetan Euskal Pilota Kirol Elkartea también acerca esta disciplina al centro del pueblo, al frontón que existe tras la Casa Consistorial “para hacerlo más visible y cercano”.

Es el caso de campeonato local que se celebra al término de cada temporada. “Las finales suelen coincidir en vísperas de la festividad de San Juan”. De momento, la pelota en Orozko tiene músculo, pulmón y buena salud, algo que ha sido posible gracias al trabajo y el esfuerzo de todas las personas que han pasado por el club a lo largo de estas dos décadas de trayectoria.

El deseo es que siga habiendo “relevo generacional” en todas las secciones, categorías y modalidades y también “en la Junta Directiva” porque “somos un deporte minoritario y lo importante es sumar entre todos para mantenerlo vivo”.

En representación de Basauri recibirá un premio Hemendik en la gala de este jueves el club BSK Basauri. Fundado oficialmente en 2013, la entidad ha ido creciendo de forma continua a lo largo de su trayectoria hasta cubrir ya toda al escala de categorías y de edades.

“El mayor impulso se ha dado a partir de 2019, logrando pasar de 10 o 12 equipos a los 25 actuales”, precisa su presidente, además de entrenador, Iñaki Camarero. En concreto, hay 12 equipos escolares y 13 federados y esta temporada, además del equipo técnico habitual, “disponemos de una Coordinadora Profesional con contrato y una remuneración acorde a convenio”, destaca.

El club BSK de Basauri tiene 12 equipos escolares, 13 federados y uno de deporte adaptado. Adem´s de participar en competiciones oficiales, colabora en fiestas de la localidad con la organización de campeonatos 3X3. DEIA

A la estructura escolar y federada hay que sumar un equipo de deporte adaptado. “Surgió a propuesta de la Federación Vizcaína de Baloncesto, tras la firma de un convenio con la Asociación Síndrome de Down” y es el cuarto año que compite en la Liga de Deporte Adaptado. Sus integrantes, 11 en estos momentos, son ejemplo de inclusión y compañerismo en la cancha.

“Sobre todo sorprende su inocencia, más que ser competitivos, son comprensivos con el contrario”. No entienden de rivalidad, “porque lo que les une son muchas otras cosas” y ven en la práctica de baloncesto “una manera de disfrutar de un rato de ocio”. Otra de las características que es seña de identidad de este colectivo es su implicación: “quien entra en el equipo, continúa”, asegura Camarero.

BSK Basauri Saskibaloi Kluba saca también el baloncesto a la calle colaborando en fiestas como los Sanfaustos o las de Pozokoetxe con campeonatos 3X3 y también ha participado en el último Bizi Kirola Euskaraz. Nada de todo esto hubiera sido posible “sin el trabajo pasado y presente de todas las Juntas Directivas” y, sobre todo, de la ilusión y el trabajo de “los padres fundadores, sin ellos no estaríamos donde estamos ahora”.