Cada año, Portugalete muestra su mejor cara el sábado más cercano al 8 de septiembre con motivo de la celebración de la fiesta de San Nikolas. Esta celebración está cargada de tradición en la noble villa jarrillera ya que une a cuadrillas de tres generaciones de portugalujos y portugalujas. Ayer no fue, ni mucho menos una excepción y el paseo de La Canilla se llenó de centenares de personas que buscaron reunirse con sus familiares y amigos para gozar de una fiesta sin igual en Portugalete. De hecho, la zona central de La Canilla, la ubicada entre las inmediaciones del ayuntamiento y la explanada de Rialia, se quedó pequeña y hubo cuadrillas que acamparon más adelante, hasta llegar a hacerlo casi en la muga de Portugalete con Sestao junto al cauce de la ría.
La fiesta dio comienzo a las 10.00 horas con el lanzamiento del txupin festivo, un cohete que dio oficialidad a las 17 horas de fiesta que se vivieron en el marco de esta celebración de San Nikolas. Desde los primeros compases, el sol y el calor fueron protagonistas en la celebración y, por ello, los sitios con sombra estaban muy codiciados. Adriana, Asier e Izaro, junto a sus amigos y amigas fueron de esos previsores que se desplazaron hasta La Canilla a lo largo del viernes para reservar sitio. “Nosotros vinimos algunos a las 14.30 horas para coger sitio. Sabíamos que iba a hacer calor y queríamos un sitio en el que hubiese sombra y aquí estamos. Es el segundo año que venimos a San Nikolas y es una fiesta que nos gusta muchísimo, de hecho mejora con mucho lo que nos habían contado las personas que son más mayores”, relataron estos jóvenes de entre 18 y 20 años. En su caso, el menú era bien sencillo, unos macarrones con salchichas y chorizo y refrigerios varios para hacer frente al calor que reinó a lo largo de toda la jornada.
El día se fue calentando tanto en lo climatológico como en lo ambiental a medida que avanzaba la matinal. Los más txikis tuvieron también su espacio en la programación festiva con la instalación de unos hinchables que levantaron expectación y que, desde su apertura a las 11.30 horas, tuvieron colas para poder disfrutar de los mismos. La matinal avanzaba mientras el menú de la comida se cocinaba a fuego lento en sartenes y barbacoas en las decenas de carpas que se instalaron en La Canilla para gozar de esta celebración. Estar de fiesta no quiere decir, ni mucho menos, que haya que olvidarse de las reivindicaciones por un mundo mejor, más justo y en el que impere la paz. Así, desde las 12.00 horas, muchos jarrilleros y jarrilleras brindaron su apoyo a la marcha marítima en favor de Palestina que unió el puerto de Santurtzi y Bilbao ayer a mediodía. A su paso por la noble villa jarrillera, la comitiva fue recibida con aplausos y gritos de Palestina Askatu!! y consignas que llamaban a boicotear a Israel, estado que está haciendo un genocidio en Gaza ante los ojos y las miradas de todo el mundo. Un genocidio que ya se ha cobrado la vida de más de 70.000 personas desde octubre de 2023.
Mientras casi todas las miradas se centraban en el cauce de la ría, unos metros tierra adentro, la Banda de Txistularis de Portugalete y los gigantes de Zubira iniciaron la kalejira con la que quisieron ambientar la matinal de ayer. Pero, eso sí, pararon cuando la comitiva de la marcha marítima atravesaba Portugalete y pasaba bajo un Puente Colgante en cuya parte más alta también ondeaba la bandera palestina. Una vez pasó la comitiva, los gigantes y los txistularis volvieron a amenizar la matinal. Por su parte, también se pudo disfrutar de barrenadores en la explanada de Rialia.
La jornada avanzaba y una vez pasado el mediodía la actividad se redobló en las carpas. Se acercaba la hora de comer y había que ponerse manos a la obra. 24 hamburguesas, 24 pintxos morunos, seis costillares, 250 botellines de cerveza... Esa es una parte de la lista de la compra que hizo la cuadrilla Juan Okas para la jornada de San Nikolas. “Vamos a estar 24 personas y somos de buen comer y beber así que... Venimos como cuadrilla a San Nikolas desde 2018 y para mí es el día más bonito del año en Portugalete”, reconoció Iñigo García, uno de los integrantes de esta cuadrilla que reservó su sitio en La Canilla en la tarde del viernes. En su lista de la compra también tuvo un papel destacado los ingredientes necesarios para hacer mojito, puesto que esta cuadrilla organizó ayer a las 16.00 horas, justo antes de la cucaña, un reparto de mojitos entre las cuadrillas. “Después, sobre las 19.00 o las 20.00 horas empezaremos a recoger todo para luego ir a la romería”, destacó Iñigo.
La solidaridad, el buen rollo y el reencontrarse entre amigos es las claves en las que cada año se mueve la fiesta de San Nikolas. La comida y la sobremesa fue especialmente larga y, a buen seguro, las anécdotas y vaciles fluyeron con rapidez entre los comensales. A las 19.00 horas tuvo lugar unos bailables que sirvieron para calentar motores de cara a la kalejira de cuadrillas que tuvo lugar a las 22.00 horas. Quienes aún tuviesen cuerda para esas horas, contaron con una romería desde las 23.45 horas, una actuación que fue el preludio a la quema del Kolas para poner fin a 17 horas de intensa fiesta.