José Manuel Monje es la prueba de que la pasión y la naturalidad no están reñidas con la rigurosidad y el savoir faire. Este locutor sestaoarra presenta “La Movida Deportiva” a las 13 horas de lunes a viernes, las tertulias del Athletic los lunes y viernes y la Tertulia de fútbol bronce, además de liderar las retransmisiones del Athletic Club. Es una de las voces más icónicas del deporte y del Athletic en Onda Vasca y en Bizkaia, y aunque no suele ceñirse a ningún guion, siempre sabe qué decir.

¿Ha cambiado la forma de hacer periodismo deportivo a lo largo de los años? 

-Sí. Antes, el rigor y la veracidad eran totales o casi totales. En un momento determinado te podías confundir porque la fuente había fallado, pero no era lo común. Desgraciadamente, las fake news están inundando nuestro negocio. 

Entre tanta variedad de programación, ¿cuáles son las claves para conectar con los oyentes? 

-Es fundamental hacer un programa divertido y cercano, con datos reales. El oyente quiere evadirse de sus problemas cotidianos y, por un rato, concentrarse solo en lo que le están contando. Actualmente hay mucho contenido de opinión y debate, lo que hace que los formatos sean más entretenidos.

¿Cómo fueron tus inicios en la radio?

-Soy un privilegiado porque he tenido grandísimos jefes y he aprendido de muchas personas, como José María García, José Antonio Luque, José Joaquín Brotons, Edu García o Ángel Rodríguez. Son años de experiencia que me han ayudado mucho también.

¿Recuerdas ese primer contacto?

-Me acuerdo de estar delante del micrófono y no oírme a mí mismo, con miedo a quedarme mudo de repente. Al principio, cuando te expones a que te escuchen muchas personas y te paras a pensarlo, te da respeto. Ahora ya no pienso en eso.

¿Qué consejo hubieras querido recibir antes de empezar tu carrera?

-He tenido la fortuna de estar alejado de los medios de comunicación durante algunos años. Por eso, el primer día que me fui de la radio supe que me había equivocado. Cada vez que pienso que estoy de nuevo trabajando en este sector, me doy cuenta de lo feliz que soy. Onda Vasca me dio una oportunidad en 2015 y, desde entonces, mi vida profesional es pura felicidad.

¿Qué te ofrece el periodismo deportivo que no podrías encontrar en ningún otro sector?  

-Disfruto mucho del deporte y me encanta poder transmitírselo a la gente a través de Onda Vasca y de mi propia voz. Muchas veces, no siento que sea trabajo siquiera.

¿Existen diferencias entre el José Manuel que narra las jugadas deportivas, y el que se reúne con los amigos en la taberna? 

-Es la misma persona, esa es la clave. Siempre he defendido que los mejores actores son los que no parece que estén actuando. He descubierto que aquí es donde mejor estoy, porque es lo que me sale de forma natural. En cualquier conversación con mis amigos parece que estoy haciendo un programa. Ellos se descojonan, pero es así. 

Tu punto fuerte es la espontaneidad.

-Todos los que me conocen me dicen “hablas igual en la radio que en persona”. Aparte, la radio se ha transformado bastante. Antes era mucho más estricta, pero actualmente se permiten otros giros. Me ha venido bien que ahora las cosas sean más informales.

¿Tienes alguna manía o costumbre como locutor? 

-Yo soy de utilizar pinganillos, pero nunca me pongo casco en los programas, solo durante los partidos para aislarme del ruido exterior. Tampoco tengo hábito de escribir nada.

José Manuel Monje en el estudio de Onda Vasca Pankra Nieto

¿Nunca tomas notas? 

-No, no apunto nada de lo que voy a decir. Lo tengo todo estructurado en la mente.

Vamos, que tu guion no puede ser más flexible. 

-A ver, está la escaleta donde aparece cuándo entra un entrevistado o un colaborador, pero no sigo un guion como tal. Tengo la información ordenada en mi cabeza porque me paso todo el día dándole vueltas a los temas a tratar. 

¿Cuál ha sido el acontecimiento más emocionante que te ha regalado el Athletic como profesional de la radio?  

-La final de Sevilla, porque fue el punto culminante después de tanto tiempo siguiendo al equipo a nivel profesional y como socio. Me acordé de varias personas, como mi madre que había fallecido dos años atrás, o un compañero Luis Fernando Baranda, que también murió y al que le hubiese hecho mucha ilusión estar en La Cartuja. Además, tuve la suerte de vivirlo en compañía de mi mujer y mi hijo.

“Desde que estoy en Onda Vasca, mi vida profesional es pura felicidad”

Va a ser difícil replicar ese sentimiento. 

-Es como cuando se habla de la primera o de la segunda gabarra. Aquello fue increíble. Entonces no había redes sociales. En esta última celebración, muchos iban a la fiesta, más que nada. Lo verdaderamente irrepetible fue el desplazamiento a Sevilla. No estaban solo los aficionados que van a los partidos de La Liga o los de la Champions. Eran familias enteras: hijos, padres, abuelos y nietos. A lo mejor viajaban ocho, pero solo dos entraban al campo. Allí había más gente que no iba al partido que la que sí iba.

¿Cómo describirías el momento actual que está viviendo el Athletic? 

-Maravilloso. Lo que pasa es que la gente se ha acostumbrado en los últimos dos años a que el equipo haga las cosas muy bien y tenga buenos futbolistas. En este punto, cuando algunas personas critican, creo que es porque solo se acuerdan de los dos últimos años. Yo he visto al equipo cuando ha estado a punto de bajar. Es por eso que tenemos que ser conscientes de quiénes somos.

¿Qué te gustaría ver en el futuro? 

-Quiero ver al Athletic competir siempre, porque ganar o no depende de muchos factores. También querría que todo el mundo tuviera claro qué es el Athletic, dónde nos tiene que llevar y cómo disfrutarlo.

Hemos abordado tu faceta profesional, pero ¿a qué dedicas tu tiempo libre? 

-Soy muy básico. Tres días a la semana voy al gimnasio con mi mujer. Los fines de semana, si no tengo que viajar, me junto con mi aita de 83 años y con mi amigo Ramón, que tiene casi 92. Y luego hay otro que se llama Andrés, de 86. Nos tomamos en Portugalete unos blancos Rioja y lo pasamos genial hablando de fútbol. Tenemos nuestra sede: el bar Txiki. Finalmente, cerramos en El Abra con otro buen amigo, Miguel.

Termina la frase: “para ser buen locutor, primero tienes que ser…”

-Extrovertido. Concretamente, en el periodismo deportivo es importante manejar muchos registros y saber adaptarse