Acostumbrados al calor del Mediterráneo, pero no esperaban esto en Bilbao. La ola de calor que azota estos días a Bizkaia ha pillado desprevenidos a muchos turistas del sur, que llegaron a la villa pensando que necesitarían sudadera y pantalón largo. Lejos de eso, se han encontrado con temperaturas sofocantes, calles vacías al sol y una ciudad que arde como nunca en pleno agosto.

"Hemos venido a Bilbao dos días y ni hemos mirado el tiempo, dando por hecho que no haría demasiado calor", explican Albert Reina y Silvia Pérez, una pareja de Barcelona que visto el calor que ahoga hoy a la villa, han decidido resguardarse en el interior del Museo Guggenheim. Ambos venían con la idea de que "en Bilbao siempre hace falta una sudadera y un pantalón largo por si acaso", pero para nada se esperaban que la ciudad les recibiese con temperaturas tan extremas. Este martes eran pocos los turistas que se atrevían a pasear a pleno sol.

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En la explanada del Guggenheim se podían contar con los dedos los valientes que posaban junto a Puppy y eran más aquellos que caminaban pegados a la sombra de los edificios. Terrazas llenas, muchos gorros y sombreros, y manos ocupadas por abanicos que no paraban de moverse y botellas de agua medio vacías. Sin embargo, todo ello se ha quedado corto hoy para hacer frente a un calor sofocante y difícilmente soportable.