"La gestión de la actividad portuaria debe ir paralela a la gestión ambiental. Una y otra no se pueden separar”. Así lo expresa la Autoridad Portuaria de Bilbao, y en línea a esta visión y misión cuenta desde hace tres décadas con un acuerdo con la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (EHU) para la vigilancia biológica que, recientemente, se ha renovado por otros cuatro años y que da un paso más al incluir, por primera vez, el seguimiento y vigilancia de la comunidad fitoplanctónica, lo que permitirá poder identificar la presencia de posibles especies nocivas/invasoras.
El Departamento de Biología Vegetal y Ecología y el Departamento de Zoología y Biología Celular Animal de la Universidad del País Vasco (EHU) es quien se encarga de la vigilancia. Endika Quintano, doctor en biología por la EHU, profesor adjunto de botánica y miembro del Grupo de Investigación Bentos Rocoso Marino EHU, especifica que “gracias a esta colaboración durante tres décadas entre Puerto y Universidad, se realiza un exhaustivo seguimiento de la evolución de las comunidades bentónicas (flora y fauna) de la zona del Abra exterior y se hace una valoración de las tendencias generales, así como un análisis de los cambios a nivel florístico y faunístico (composición y abundancia relativa de las especies) y a nivel estructural”.
Además, señala que “a su vez, se incluye la caracterización fisicoquímica de la columna de agua, para lo que se realizan mediciones de parámetros como el coeficiente de extinción de luz, salinidad, turbidez, sólidos en suspensión o materia orgánica e inorgánica”.
Para ello se ha contado hasta el momento con 18 estaciones para el estudio de las comunidades bentónicas de sustrato duro. A partir de ahora habrá tres más para el estudio de la comunidad fitoplanctónica. Las campañas que se han hecho hasta la fecha, “nos han permitido obtener una serie temporal de datos muy robusta y poner de manifiesto la sensibilidad que tiene la Autoridad Portuaria con el fondo marino en particular y con su conservación y estado”, afirma Quintano.
Esta información permite a la Autoridad Portuaria, además de conocer el estado en el que encuentra en cada momento el ecosistema portuario y el entorno próximo, identificar las presiones a las que se encuentra sometido. Esta monitorización de los sistemas biológicos es, en definitiva, la base sobre la que se asienta la gestión de la calidad ambiental y la protección de los sistemas acuáticos del Puerto de Bilbao.
En términos generales, los resultados del Plan de Vigilancia indican que en los últimos años se ha observado una evolución positiva en la madurez de las comunidades biológicas, y las obras de ampliación y la actividad portuaria no han tenido un impacto negativo generalizado sobre ellas. “El estudio en estos 31 años nos ha permitido observar una evolución positiva en la madurez de las comunidades biológicas”, comenta el doctor en biología Endika Quintano.
Una amplia red de 21 estaciones
El Plan de Vigilancia Biológica del Puerto de Bilbao dispone de una amplia red de estaciones, concretamente de 21. En 18 de estas estaciones se realizará el estudio de las comunidades bentónicas y de los parámetros fisicoquímicos de la columna de agua, y se dividen en un total de 8 sectores. Los 7 primeros sectores cubren en su mayor parte el área portuaria (Abra Interior y Exterior) donde las estaciones de Ereaga, Arrigunaga y Punta Galea constituyen estaciones control para poder discriminar los efectos derivados de las aguas del Nervión de los posibles efectos de las actividades portuarias.

Asimismo, las 4 estaciones del sector 8 se sitúan en costa abierta y se consideran localidades de referencia. Estas se ubican a la derecha e izquierda del Abra de Bilbao con una menor influencia del estuario y de las actividades portuarias. En las 3 estaciones restantes, todas ellas dentro de las instalaciones del Puerto de Bilbao, se lleva a cabo la caracterización de las comunidades fitoplanctónicas.