Después de varios anuncios frustrados para la construcción de este supertúnel bajo la ría del Nervión entre las rotondas de Ballonti (Sestao) y la de Artaza (Leioa), todo parece dispuesto ya para que esta infraestructura no se vuelva a retrasar. El nuevo compromiso para el comienzo de los trabajos apunta al primer semestre de 2026, con margen de maniobra para poder resolver imprevistos antes de que las primeras máquinas arranquen motores.

Será precisamente en la esquina del parque de Artaza que limita con la rotonda donde se abra el tajo de unos 56 meses para ejecutar todos los accesos en Getxo y Leioa. Allí se procederá al “vaciado” de la superficie necesaria para poder empezar a perforar hasta la profundidad marcada en planos y modelizaciones. Cuando se abra la boca se trabajará a 35 metros bajo tierra. Y se hará sin descanso, en tres turnos, durante más de cinco años; mientras que en el exterior los movimientos de material y personal serán de ocho de la mañana a seis de la tarde.

No obstante, y a pesar de que Eskuinaldea sea la margen agraciada con este primer hito constructivo, será Ezkerraldea la que soporte el grueso de la excavación (el 60%, han calculado) para esta megagalería de dos tubos con dos carriles por sentido para tráfico rodado y, en principio, otro túnel por debajo para una lanzadera de metro.

La viabilidad de este servicio, precisamente, sigue en el aire. La Diputación Foral de Bizkaia se mantiene firme en su decisión de construir ese corredor subterráneo para las unidades ferroviarias. De hecho, ha presupuestado en 5 millones de euros la obra necesaria para reforzar el suelo del túnel de carreteras y dejar todo listo para esa posible integración ferroviaria en un piso inferior. 

Serían algo menos de 900 metros bajo la ría los que compartirían pegados arriba y abajo ambas infraestructuras. La idea ya fue planteada hace unos años por la propia institución foral que incluso encargó un estudio al Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB) que apuntaba los nombres de Areeta y Sestao para enlazar con las líneas del suburbano. Pero hasta ahí.

El siguiente paso, y el más relevante teniendo en cuenta los millones de euros que se invertirán en su ejecución, queda en manos del Ejecutivo Vasco porque la Diputación se encarga de asfaltar carreteras pero no de tender raíles, como han explicado en alguna ocasión desde el Departamento foral de Transportes. Y de momento, nadie mueve ficha. Euskal Trenbide Sarea (ETS) -organismo dependiente del Departamento de Transportes del Gobierno, encargado este sí de las líneas ferroviarias- tiene tiempo para tomar una decisión al respecto. 

Fuentes forales estiman que “entre dos y tres años”, hasta que las obras en el subfluvial lleguen a ese punto exacto en el que coincidirían ambos tráficos y entonces poder acometer ese otro túnel en un nivel inferior. Todo dependerá de las conclusiones del Plan Territorial Sectorial (PTS) ferroviario. El primer borrador del mismo podría conocerse a la vuelta de las vacaciones. Y en el mismo se valorará la conveniencia o no de habilitar esta nueva conexión ferroviaria subterránea entre ambas márgenes.  

Infraestructura estratégica

Lo que sí tienen claro en la Diputación Foral de Bizkaia es que el túnel para el tráfico rodado bajo la ría es una infraestructura estratégica para mejorar la movilidad del Territorio Histórico. La propia diputada general, Elixabete Etxanobe, ha insistido en esta idea después de anunciar la aprobación del proyecto definitivo para unir Artaza y Ballonti en solo 4 minutos; el tiempo que se tarda en recorrer los 3,2 kilómetros de galerías subterráneas y los otros 2 kilómetros de accesos soterrados entre ambos puntos. 

“Este es un proyecto de futuro para Bizkaia y hoy está un paso más cerca de ser realidad”, ha expresado Etxanobe al tiempo que ha subrayado que “no es un capricho ni una ocurrencia y sí una necesidad”. Y es que con un puente de Rontegi al límite de su capacidad -con 175.000 vehículos al día es la infraestructura con mayor intensidad media de tráfico del Arco Atlántico en 400 kilómetros a la redonda de Bilbao- esta intervención se antojaba un acto de responsabilidad política. 

Infografía de como quedará la conexión del subfluvial de Lamiako con la rotonda de Artaza, donde más críticas serán las obras por la cercanía de viviendas. D. F. B.

“Es la pieza que le falta a la red de carreteras de Bizkaia”, ha resumido Etxanobe ante los alcaldes y alcaldesas de Getxo, Leioa, Erandio, Barakaldo, Sestao, Trapagaran, Portugalete y Santurtzi, principales afectados -y beneficiados- de estas obras. “¿Qué íbamos a hacer, habernos quedado de brazos cruzados y no solucionar el problema de Rontegi?”, lanzaba la diputada general al auditorio, entre el que también se encontraban representantes de Idom y Sener, las dos ingenierías vizcainas que han liderado este proyecto histórico.

Karmele Tubilla (Santurtzi), Iban Rodríguez (Leioa), Carlos Alzaga (diputado de Transportes), la diputada general Elixabete Etxanobe, Amaia Aguirre (Getxo), Aitziber Oliban (Erandio) y Gorka Álvarez (Sestao). Luis Tejido

Cuando los trabajos concluyan allá por 2032, después de 74 meses de obras, el panorama viario en Bizkaia será completamente distinto al actual. Y es que el famoso subfluvial es la alternativa que redistribuirá el tráfico y reducirá en 38.000 vehículos diarios la carga sobre Rontegi. Según las estimaciones también aligerará La Avanzada en 18.500 vehículos diarios y la A8 en otros 17.500. “El subfluvial registrará una intensidad media de cincuenta mil vehículos diarios”, han apostillado desde la Diputación. 

Ejecución del proyecto

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La ejecución del proyecto ha sido estructurado en cuatro grandes lotes que se licitarán de manera escalonada. Cada uno con sus tiempos. Incluso coincidirán por cuestiones de organización y eficiencia administrativa y laboral. Haberlo hecho de una tacada habría significado reducir el número de empresas interesadas y con músculo financiero en pujar por esos trabajos debido a las grandes cantidades económicas que se manejan en este proyecto. De este otro modo, la tarta puede ser repartida entre más firmas del sector de la construcción.

En concreto, se ha decidido hacer 4 lotes para obra civil y “otros dos o tres” para los remates finales: comunicaciones, ventilación, seguridad, iluminación, circuito cerrado de televisión... El presupuesto global se estima en torno a los 543,7 millones de euros, con una financiación del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que ha otorgado un préstamos de 200 millones de euros.