La historia de los guardas forestales

El domingo 13 de abril acompañé a mi buen amigo biólogo Juan Manuel Pérez de Ana (recomiendo se pinchen en sus cuatro blogs que atienden a su nombre) en su día de trabajo en Gorbeia. A la cita invité a otro gran amigo, Alberto Pedrosa, montañero de Trapaga, guarda rural (especialidad en guarda de caza y guarda pesca marítima). Tuvimos el inmenso placer de almorzar en el refugio de Arraba su especialidad, huevos fritos con chorizo.

Juanma nos explicó que en Bizkaia existen tres modalidades de guardas. Los “de montes”, que se encargan del mantenimiento y cuidado de las pistas forestales y de los montes patrimoniales de Diputación. A su vez controlan los de propiedad de los Ayuntamientos, que son más que los otros. Llevan las fechas de las entresacas y los permisos para cortar y sacar la madera de particulares, además de formar parte del servicio de extinción de incendios forestales.

Otros son “los del servicio de Patrimonio Natural”, antes se llamaban gorrias. Actúan en los Parques Naturales y Biotopos Protegidos, donde vigilan el cumplimiento de las normas que protegen la fauna y flora y se encargan de la recogida de fauna protegida. Son los ojos de los que hacen la gestión de dichos espacios protegidos.

Por último, están “los de caza y pesca”, que es la actividad del protagonista de hoy. Llevan el control de ambas modalidades, así como las cortas de la vegetación de las orillas de los ríos y los vertidos contaminantes, junto con los inspectores de la Agencia Vasca del Agua. Juanma lleva 25 años ejerciendo esta labor. En Diputación Foral de Bizkaia estarán unos 80 guardas en activo. Son funcionarios de carrera que optan al puesto por oposición.

Le pregunto por su relación con los cazadores. Me dice que siempre ha sido buena. Lleva 15 años seguidos con el mismo trabajo y conoce de vista a la mayoría de los cazadores y pescadores. Alberto Pedrosa anota como los primeros ecologistas eran cazadores, pero esto a estas alturas de la vida es difícil explicarlo. Eran los mayores defensores de la naturaleza, léase Félix Rodríguez de la Fuente.

¿Y quién inventa la figura de guarda forestal? Los condes, marqueses y reyes, por eso del privilegio de poder cazar. Juanma, llevo toda la vida subiendo a Gorbeia, y me cuesta veros, ¿dónde estáis?

Los días festivos, los que más afluencia de montañeros hay en Gorbeia, están algo ocultos, me responde. No transitan por los lugares oficiales ni por las pistas más frecuentadas. El objetivo es vigilar, pero sin que se note, para así poder sorprender a los infractores.

Bamby

Libro obligatorio de leer que no es un cuento de niños, es una tragedia, apunta Pedrosa. Su autor, Félix Salten, judío austriaco, nos lo viste de nombre Bambino, italiano, acortado, es un corzo. No un ciervo, como yo creía. Lo que es el no saber. Es para adultos, su subtítulo es una vida en el bosque, siendo una explicación de la vida de la naturaleza y el carácter del ser humano. Walt Disney compró los derechos y nos lo vendió. Salten era cazador y parece ser que el libro es una fábula contra las dictaduras.

Voy sacando conclusiones desde una mirada de montañero tras varias horas con estos dos expertos, Juanma y Alberto. Los guardas forestales son los garantes cualificados de la naturaleza. Compatibilizan los aprovechamientos humanos con la conservación del medio.

Incendios también ha tenido que apagar Pérez de Ana. En el verano de 2003 fueron preocupantes. Tenían que estar, si se encontraban durmiendo, a un máximo de 20 minutos del punto de encuentro del retén de incendios.

¿Y la relación con los montañeros, Juanma? Antes, en general, sabían dónde iban, ahora van con wikilok, se ha cambiado el formato de tránsito, incluso vemos muchos turistas en Itzina, sin saber dónde están ni llevar calzado y ropa adecuada.

El fuero viejo de Vizcaya

En un documento escrito en Errigoitia el 21 de julio de 1452, hace 573 años, en uno de sus capítulos explica claramente la importancia de los montes y su conservación. En ese momento parece ser que es cuando empezamos a construir los primeros caseríos vascos. Levantamos 40.000 y nos quedamos sin bosques. Pero veamos que dice el Fuero: Castigaba con penas muy severas a quienes provocaban incendios forestales. Además de con una sanción económica que cubría sobradamente el daño producido, se castigaba con la mutilación de las orejas en el caso de los menores de 14 años y eso mismo y la permanencia en el cepo durante 6 meses para los mayores de dicha edad, penas que se ejecutaban habitualmente.

La historia de los guardas de montes empieza formalmente el 11 de junio de 1877, hace 158 años, reinando Alfonso XII. Hoy día en el Estado español hay 6.000 guardas en calidad de agentes forestales, o medioambientales, y policía específica también en la materia de conservación del medio natural.