El pasado reciente marcó Peñas Negras con la huella del fuego. El incendio de 2022 dejó una cicatriz visible en esta zona forestal de Bizkaia , un recordatorio de que la naturaleza puede ser frágil ante la fuerza destructiva de las llamas. Sin embargo, ayer el paisaje recuperó no solo su verde, sino también la esperanza gracias a un intenso simulacro que ha puesto a prueba la maquinaria humana y técnica encargada de defender el monte.
El ejercicio, organizado por la Diputación Foral a través del Servicio de Montes, sirvió para activar y reforzar el engranaje operativo del Plan INFOBI –el plan actual contra incendios–.
Lejos de ser una simple rutina, esta práctica de campo responde a la necesidad de enfrentar escenarios complejos, donde variables como la orografía, la vegetación y la accesibilidad desafían a los equipos de intervención. La incorporación de medios nuevos, como la reciente bulldozer para abrir líneas de defensa y mejorar accesos, junto con el helicóptero LK1, fueron imprescindibles para asegurar que la respuesta sea efectiva en cualquier situación.
Donde empieza la llama
Este tipo de ejercicios son una pieza clave para el perfeccionamiento continuo del plan actual. No se trata solo de apagar incendios, sino de entender cómo el fuego puede comportarse y anticipar sus movimientos. Por ello, el sistema ha incorporado desde hace años un equipo técnico que estudia el comportamiento del fuego y trabaja en la investigación de sus causas, alineándose con los nuevos retos que impone el cambio climático.
“Debemos entrenar mucho la revisión permanente del peligro para que todas las elecciones sean siempre los más acertadas y seguras”
La actualización del plan en 2023 refleja esta realidad cambiante, incorporando nuevas tecnologías, maquinaria pesada y protocolos que priorizan la seguridad y la formación práctica. Entrenar bajo condiciones que simulan la presión real de un incendio permite que los profesionales desarrollen la capacidad para tomar decisiones críticas en segundos, donde cada acción cuenta. “Debemos entrenar mucho la revisión permanente del peligro para que todas las elecciones sean siempre los más acertadas y seguras”, expresa Carlos Uriagereka, Jefe de Servicio de Montes de la Diputación.
El corazón de la operación
Si bien la tecnología y la maquinaria aportan precisión y capacidad, es el equipo humano quien da vida al plan. La preparación, el entrenamiento constante y el trabajo en equipo son los verdaderos pilares de la seguridad. “A pesar del balance positivo del año pasado, hay que prepararse”, indica la diputada Arantza Atutxa, quien señala que uno nunca se puede confiar.
“A pesar del balance positivo del año pasado, hay que prepararse”
Cada jornada en Bizkaia es un esfuerzo colectivo para proteger el monte, pero también para asegurar que quienes luchan contra el incendio regresen a casa sanos y salvos. Ese compromiso humano se refleja en simulacros que, aunque exigentes, son la mejor inversión para evitar tragedias. “Muchas veces me dicen que lo más importante es el fuego y les digo que no, hay que volver sanos y salvos a casa”, señala Carlos Uriagereka.
La lucha contra los incendios no puede limitarse a los equipos especializados. La ciudadanía tiene un papel fundamental: evitar comportamientos de riesgo, respetar las prohibiciones durante las épocas sensibles y mantener una actitud responsable en el monte son gestos necesarios. “Hay que mantener bien el bosque”, señala Arantza Atutxa.
La combinación de tecnología, recursos, formación y colaboración ha convertido a Bizkaia en un referente en la protección contra incendios, frente a un enemigo que no avisa. Peñas Negras ha dejado atrás las llamas, pero la lección permanece viva: con el fuego no se juega.