Son una pieza clave en la estrategia de desarrollo económico de Bizkaia. Un ecosistema único que se mantiene fiel a su espíritu dinamizador a pesar de los vaivenes económicos de los últimos tiempos y a la propia transformación social y vivencial del territorio. De hecho, aunque el último dato (2024) apunta a la existencia de 400 polígonos, lo cierto es que un año antes había 18 más: cinco de estos, por ejemplo, desaparecieron en Lea Artibai debido a nuevos planes urbanísticos que supusieron una disminución de empresas.

Más allá de ese dato anecdótico, la realidad dibuja un panorama ajustado a la naturaleza vizcaina trabajadora y emprendedora. No en vano, esos polos de actividad económica son complementados por una red de viveros empresariales centradas en eso precisamente, en innovar. De estos, se cuentan 23.: Enkarterri (6), Meatzaldea (2) y Ezkerraldea (3).

La propia Diputación Foral de Bizkaia –en las conclusiones de sus informes– subraya la necesidad de mantener alto el listón de la competitividad y atraer nuevas inversiones en la medida de lo posible. Y para eso mismo se lanzó en 2018 un programa de ayudas para regenerar los polígonos. Desde entonces, se han apoyado 81 proyectos en 25 polígonos por un valor de 2,84 millones de euros. Tanto por importe como por número de iniciativas, la comarca más activa ha sido Meatzaldea (36 proyectos y 1,2 millones de euros) seguida por Nerbioi-Ibaizabal. El resultado de todo ello se traduce en las 7.696 empresas alojadas en esos 400 polígonos industriales con una ocupación cercana al 89%. Eso sí, ese porcentaje se dispara hasta el 95% en Mungialdea y sus 12 polígonos. Las cifras son también elevadas para Lea Artibai (93%), Busturialdea (91%) y Durangaldea (92%) que, además, es la comarca con mayor número de polígonos activos: 92, según los últimos datos facilitados por la institución foral. “Hay algunos municipios con un porcentaje de ocupación inferior al 50% en Arratia y Uribe Kosta: Areatza con un 23%, Plentzia con un 39% y Lemoiz con un 25%”, detallaron.