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La mesa de orientación de la cruz de Gorbeia

La primera montañera en Euskadi, hace ya 94 años

En imágenes: la mesa de orientación de la cruz de Gorbeia

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Un año y medio estuvieron Lucio Lascaray y Ángel Aguirre, dos históricos y reputados montañeros vitorianos, tomando mediciones, apuntes y fotografías para la localización de las 106 cumbres que divisaron desde la cruz de Gorbeia, inaugurando el 14 de junio de 1931 una preciosa mesa de orientación con forma de prisma cilíndrico de 80 centímetros de diámetro y 1,18 metros de altura. Fueron pioneros, dado que sólo existía la mesa de Larhun, pero su puesta fue por mandato realengo. Por tanto, la primera montañera en Euskadi fue la de Gorbeia. 94 años hace de aquel hito histórico.

Ángel se encargó del dibujo de la placa, siendo realizada en la Fabrique de Lave Emaillée, Usine de St. Martin, Puy de Dòme (Francia). La mesa de orientación está montada en mampostería y el que la subió hasta Gorbeiagana y se encargó de colocarla no fue otro que Eleuterio Goikoetxea, dueño del refugio de Igiriñao y alcalde de Zeanuri. Él también construyó la ermita de Nuestra Señora de las Nieves allí, en el roquedo del karst del hayedo, frente a su refugio.

El costo total fue de 619,75 pesetas (3,75 euros de hoy en día), algo más de la mitad (370,25 pesetas) se corresponden con la factura de la mesa en Francia. Por derechos de aduana y transporte desde Zeanuri a la cruz, otras 149,50 pesetas y la construcción de la base y su colocación, 100 pesetas.

El rotativo vitoriano Heraldo Alavés en su edición del 15 de junio de 1931 recogía la noticia en una pequeñita columna en el interior de la página formato tabloide. Integrada en la Sección Alpinismo deja constancia de que Ayer se inauguró la primera mesa de orientación del País Vasco, dibujada y costeada por la Sección de Álava de la Federación Vasca de Alpinismo.

Destaca la noticia la asistencia de público: Un decidido grupo femenino de deportistas vitorianas. El centro lo constituye un mapa de la región a escala 1/200.000. El acto de ayer sirvió para establecer más los lazos de camaradería que han unido siempre a los alpinistas de las dos provincias hermanas.

En verano de 2001 y con motivo de los actos del centenario de la cruz de Gorbeia se quitó la mesa de orientación siendo colocada una nueva, utilizándose la plantilla original y actualizando al siglo XXI la toponimia y algunos datos de altimetría. En junio de 2002 la golpearon fuertemente con mazas y la destrozaron en un acto vandálico deplorable. La placa había sido también realizada en Francia, en Castellsarrasin y costó 450.000 pesetas (2.700 euros). Sólo estuvo puesta 149 días hasta que algunos desgraciados la rompieron con saña. En marzo de 2003 la Diputación Foral de Bizkaia instaló otra nueva sustituyendo la ultrajada, con objeto de dar servicio a los montañeros. Por lo tanto, la que actualmente tenemos en el punto más alto de Araba y Bizkaia es la tercera.

Así podemos verla hoy en el Parketxe de Areatza

Volviendo al centenario de la cruz de Gorbeia, hace 24 años fui yo mismo quien propuso quitar la mesa. La estaban dañando considerablemente haciéndola incisiones y roturas y pensé que lo mejor sería musealizarla, habida cuenta de la importancia de la pieza, antes de que se perdiera para siempre. Pasaron muchos años peleando hasta que por fin conseguí que fuera instalada en el Parketxe de Areatza. Allí luce de por vida en un conjunto museístico bien bonito.

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Pero lo que no he contado nunca es la epopeya que pasamos para sustituirla, en una jornada de nula visibilidad y lluvia. Subiendo por Zarate se nos quedaron dos 4x4 embarrados, pero previsores que éramos –y somos– llevábamos dos caballos en un carro y, con ellos, atada la mesa a unas alforjas, conseguimos llegar, quitar la antigua y poner la nueva. Una aventura digna de entrar en la historia del montañismo vasco y que tendré que contar con más datos en esta sección, digo yo, después de enseñar la zanahoria. Los expedicionarios de aquella cita fuimos Jesús de la Fuente, Peli Manterola, Edorta Aiartzaguena y el abajo firmante.

A este elemento ajuar que por norma está en las cumbres, también en collados de gran visibilidad –véase la mesa en Arrabakoate también en Gorbeia– se les ha dado el nombre científico de toposcopio o topógrafo, siendo una pantalla digamos gráfica que muestra lugares a lo lejos a los que se les suele poner la distancia kilométrica en la misma mesa. Lo que siempre muestran son los cuatro puntos cardinales, sobre todo el Norte, que hace de guía. La ayuda que nos han ofrecido a los montañeros cuando no existía cartografía digital es extraordinaria. Reconocer todas las cumbres en una visión panorámica de 360º era –y es– una lección de geografía y una recompensa al llegar a la cima.