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Luis de Castresana recibe el homenaje de Trapagaran al cumplirse el centenario de su nacimiento

El día 7 se presentará en el Palacio Olaso un libro sobre el autor premiado en 1967 con Premio Nacional de Literatura por ‘El Otro árbol de Guernica’

Luis de Castresana recibe el homenaje de Trapagaran al cumplirse el centenario de su nacimientoE. Zunzunegi

El Ayuntamiento de Trapagaran comenzó el año rindiendo un sentido homenaje a uno de sus hijos ilustres con motivo del centenario del nacimiento de Luis de Castresana con la edición de un calendario que recrea, a través de ilustraciones, su trayectoria de vida y profesional.

Escritor, novelista, periodista y pintor, Luis de Castresana nació el 7 de mayo de 1925 en el barrio de Ugarte y para conmemorar el centenario de su nacimiento y de su rica e interesante vida, se han organizado varias actividades contando con la participación de diferentes asociaciones. El pistoletazo de salida fue la inauguración el pasado día 29 de abril en el Palacio Olaso de la exposición sobre el escritor que acoge diferentes objetos personales de Castresana como libros, cuadros, dibujos, extractos de sus artículos en prensa, su vieja máquina de escribir, su sombrero, sus habituales pipas de tabaco, etc. La muestra podrá visitarse hasta el dia 13 de mayo;

La muestra presenta diversos objetos de la vida cotidiana de Castresana

Educado en las escuelas municipales de Retuerto y Barakaldo, Castresana fue uno de los muchos niños refugiados de la Guerra Civil, por lo que pasó una parte de su infancia y adolescencia en Bélgica, y por ello se graduó en la Universidad de Ámsterdam. Regresado a su tierra natal a finales de lo años 60, pocos años después de que lo hiciera Néstor Basterretxea, el escultor que realizaría la estela que adorna la tumba del escritor en La Arboleda, Castresana trabajó en diversos oficios. Electricista, albañil, mecanógrafo, traductor del francés y del inglés, empleado de una compañía de Seguros Marítimos y hasta representante de circo fueron algunas de sus ocupaciones de las que aprovechaba el tiempo libre que le dejaban procurando escribir.

“El mismo Castresana refirió alguna vez que una obra primeriza, como fue Cuentos del dolor de vivir, la escribió a lápiz en el dorso de los grandes calendarios de la Caja de Ahorros Vizcaína”, recordaba José Luis Robertson, gran conocedor del personaje al que ha dedicado el libro “Luis de Castresana. Recordando al escritor olvidado” que se presentará el día 7 de mayo en el Palacio Olaso.

El escritor José Luis Robertson presentará el día 76 de mayo su libro sobre el "escritor olvidado"

El día del nacimiento del escritor, 7 de mayo, el alumnado del Colegio Franciscanas de Montpellier realizará en sus instalaciones una lectura seguida de “El Otro Árbol de Guernica” desde las 08.00 a las 17.30. Esta lectura será abierta al público y participarán en ella diferentes invitados. Por la tarde, a las 18.00, en el Palacio Olaso, se celebrará la conferencia sobre la obra por la que es especialmente reconocido, su novela El otro árbol de Guernica, galardonada con el Premio Nacional de Literatura en 1967 y posteriormente adaptada al cine. También fue finalista del premio Planeta en 1970 con Retrato de una bruja.

Autobiográfico

“El otro árbol de Guernica (1967), es un emotivo testimonio de aquella forzada estancia de un grupo de niños vascos en el norte de Europa, compartiendo su destino común en un edificio de la Chaussée d’Alsemberg, en Bruselas”, reseña Robertson. En su obra más reconocida de este niño de la guerra que partió hacia Francia desde el puerto de Bermeo, plasmó Castresana el existencialismo cristiano, el horror de la Guerra Civil, la experiencia del exilio y su añoranza por la tierra vasca. “En la escuela de mi infancia, en la aldea vizcaina cuyo nombre no figura en ningún mapa, (Ugarte) ha crecido este pequeño árbol que yo soy”, escirbía este prolífico escritor y periodista que trabajó para el diario Pueblo y ejerció funciones de corresponsal en Amsterdam y Londres.

En 1947 publicó su primer ensayo, Perfiles musicales, y al año siguiente la novela corta El sepulturero y la mencionada colección de cuentos. En 1953 contrajo matrimonio con Carmen Simpson y a renglón seguido desempeñó varias corresponsalías de prensa en Londres y Ámsterdam del periódico Pueblo. “Incluso participó en una expedición científica al Casquete Polar Ártico”, recuerda Robertson. “A finales de los sesenta regresa a España, sigue publicando nuevos libros, obtiene nuevos premios y a punto está de conseguir el Planeta para su novela Retrato de una bruja, su narración más ambiciosa. Los últimos años de su vida los pasará en el Bilbao de origen, abandonando gran parte de su trabajo literario en aras de la pintura”, detalla el biógrafo del literato.

En 1973 hizo su primera exposición de óleos en la Galería Windsor, todavía sin el éxito que alcanzó en la siguiente, en 1975, y en otras posteriores. Durante sus últimos años alternó la pintura con diversas colaboraciones periodísticas.

Otra novela curiosa y exponente del existencialismo cristiano que informa casi toda su obra literaria es la novela Adiós (1969) “narrada por el mismo difunto que llevan a enterrar, al tiempo que lanza una mirada retrospectiva sobre su vida y su entorno”. Esta vez será la mirada retrospectiva llevará a los trapagandarras a conocer mejor a este escritor que en 1967 alcanzó el Premio Nacional de Literatura con su novela sobre el exilio y que fue llevada al cine, en 1969, por el director Pedro Lazaga.

Castresana señla la claqueta de la película sobre su novela "El Otro árbol de Guernica" rodada en 1969

Prolífico

Su obra narrativa, que ha sido llevada en parte al cine, incluye ‘Cuentos del dolor de vivir’ (1948), ‘Nosotros, los leprosos’ (1950), ‘Los Wallace somos así’ (1950), ‘The Sower’ (1961), ‘La frontera del hombre’ (1963), ‘El otro árbol de Gernika’ (1967) –con el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura–, ‘La verdad sobre El otro árbol de Guernica’ (1967) –estas dos últimas sobre las experiencias, parcialmente biográficas, de unos niños vascos expatriados en Bélgica–, ‘El pueblo olvidado y otros relatos del País Vasco’ (1969), ‘Maite y otras fabulaciones vascas’ (1972) y ‘Orquídeas para el médium’ (1976). También cultivó la biografía sobre Dostoievsky (1953), Rasputín (1955), Catalina de Erauso, la monja alférez (1968), o Vida y obra de Iparraguirre (1971).

En 1950 se acercó a la estética del tremendismo con su libro Nosotros, los leprosos, y en esa década aparecieron varios libros de ensayo y biografía (Catalina de Erauso y Vida y obra de Iparraguirre) que completan su labor como escritor. Llegó a escribir una obra teatral en colaboración con el prolífico Alfonso Paso: La voz que viene de muy lejos.