Lo que más llama la atención –por tierna y dulce– de la renovada y ampliada sede de los servicios sociales en Romo es la sala con una pared con dibujos de un oso, un búho, un conejo, un zorro, un árbol... Es una zona que se ha generado con estas obras y que está destinada a dar respuesta a familias con menores. “Es, quizás, la más importante de todas. Así atenderemos adecuadamente a la infancia”, se sinceró la alcaldesa de Getxo, Amaia Agirre. “Debemos ofrecer modelos de intervención más amables y acogedores, que despierten confianza, especialmente en el acompañamiento a familias, niñas y niños”, compartió, de igual modo, la concejala de Cohesión Social, Carmen Díaz.
Las instalaciones de la calle Gorbea, sin duda, se han modernizado y han dejado atrás ese aspecto estético de inicios de los 2000. “Se inauguraron en 2006”, recordó Díaz. Pero más allá de las tendencias de estilo, lo que han cambiado o, más bien, incrementado son las necesidades sociales de la población. De ahí esta reforma para actualizar la sede y, sobre todo, para ampliarla. El Ayuntamiento ha recurrido a otro local municipal de al lado –con un portal de un bloque de viviendas en medio– y lo ha unido a través de un pasillo al que ya funcionaba como sede. El presupuesto de los trabajos ha sido de 731.546 euros y el resultado es un espacio total de 386 metros cuadrados entre las dos estancias, una de 132,5 y la otra de 206 metros cuadrados. En mobiliario se han invertido otros 45.013 euros. Uno de los ámbitos acoge a diez personas empleadas, de manera que hay seis despachos para trabajadoras sociales y otro para la coordinadora, junto con una recepción para que tres personas puedan realizar labores administrativas. El otro local cuenta con otros siete puestos de trabajo: educadores sociales y una psicóloga, y en él está una sala de reuniones y la dedicada para atender a familias con menores.
Esta oficina es “la puerta de acceso al sistema vasco de servicios sociales”, subrayó la primera edil. Es decir, una vía para cualquier vecino que requiera del apoyo de un equipo de profesionales que le ayuden a aumentar su autonomía, integración y/o bienestar social. “Por eso era imprescindible mejorar la sede y que el personal desarrolle su labor en óptimas condiciones”, concluyó Agirre.