Las obras del túnel bajo la ría, la infraestructura viaria que está llamada a cambiar la movilidad en el entorno metropolitano de Bizkaia, ya tiene fecha de inicio: será a finales del próximo año cuando las máquina comiencen a horadar el lecho del cauce fluvial para unir ambas márgenes, entre la rotonda de Galindo, en Sestao, y la de Artaza, en Leioa. Los trabajos, además, se dividirán en varios lotes, según ha explicado el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Carlos Alzaga, para repartir una ejecución que, con 515 millones de euros de presupuesto previsto, resulta "demasiado grande" para un solo contratante.

Alzaga, en una comparecencia en las Juntas Generales, ha presentado los detalles del presupuesto de su departamento para el próximo año, que alcanzará los 246,6 millones de euros y que seguirá avanzando en las líneas estratégicas marcadas en el plan de legislatura. Entre los proyectos que se acometerán en 2025, el diputado ha citado la reparación del túnel de Ugasko, en Artxanda (5,11 millones de euros); la variante de Markina, cuya construcción arrancará también el próximo año; diferentes actuaciones en Enkarterri, como los tramos La Herrera-Malabrigo o Traslaviña-Turtzioz; la redacción de los proyectos de la variante de Rekalde, y otras obras en Sollube, Elorrio-Kanpazar, la variante de Ermua o el tercer carril de Barazar..

El próximo año será el ejercicio en el que arranquen finalmente las obras del subfluvial, para el que se destinarán los primeros cinco millones de euros. El proyecto está en la recta final de su tramitación antes de que pueda aprobarse finalmente y puedan salir a concurso sus obras. Según ha explicado el diputado foral, se ha tenido que elaborar una declaración de impacto ambiental complementaria para incorporar dos modificaciones sobre el proyecto inicial: la incorporación de unas voladuras en Eskuinaldea y una nueva infraestructura en Ezkerraldea. "Ello nos obliga a una segunda ronda de información pública y con Medio Ambiente", ha detallado Alzaga, que confían en llevar a cabo cuanto antes. "Esperamos tener la separata del proyecto hecho las próximas semanas y lo trasladaremos a Medio Ambiente para que lo haga extensible a las administraciones y organizaciones pertinentes para que hagan sus alegaciones, referidas únicamente a estos dos aspectos nuevos".

Modificación del presupuesto

Todo ese proceso se prolongará después 30 días hábiles, hasta que el departamento reciba de nuevo la documentación, la analice y responda a las alegaciones. El presupuesto, inicialmente previsto en 515 millones de euros, puede también sufrir modificaciones al tener que incorporar esos nuevos elementos.

Con esos plazos, la aprobación definitiva del proyecto se retrasará hasta febrero o marzo de 2025, un trámite que tiene que llevar a cabo el Consejo de Gobierno Foral. Teniéndolo ya sobre la mesa, sí se podrán licitar las obras, otro proceso que se prolongará de nuevo varios meses; no está previsto que las máquinas puedan empezar a trabajar in situ hasta finales de año.

Tal y como ya avanzó este periódico, finalmente los trabajos se van a dividir en varios lotes, debido a la envergadura del proyecto. "Es un bocadillo demasiado grande para que las empresas puedan ejecutar unas obras de semejante calibre", ha reconocido Alzaga, además de resultar incluso "injusto que la misma empresa se encargue de todo". Pero, por sobre todo, el departamento busca la excelencia en las firmas o UTE que vayan a encarar los trabajos. "Queremos ofertas técnicamente buenas", ha subrayado.

Así, habrá cuatro contratos para acometer la obra civil de construcción y otros dos lotes para desarrollar el proceso de instalaciones de seguridad, comunicaciones y otros dispositivos necesarios, que pueden llegar a suman siete si finalmente se decide dividir en dos el que asumirá el ámbito de la seguridad del proyecto.

Cuatro contratos de construcción

El primero de los cuatros concursos de construcción previstos acometerá los accesos de Sestao y su conexión con los viales de la autovía A-8 además del emboquille de las dos galerías que compondrán el subfluvial. El segundo se dedicará exclusivamente a horadar los dos tubos en el tramo siguiente, el cual recorrerá la anchura de la ría excavando bajo su fondo fluvial. El tercer contrato construirá otra sección de los tubos que se prolongará por la zona de tierra por debajo de Getxo hasta llegar al emboquille cercano a la rotonda de Artaza. Finalmente, el último lote tendrá como objetivo ejecutar todos los accesos con los se conectará el subfluvial a La Avanzada y la trama urbana de Getxo.

Alzaga ha detallado que cada una de ellas será una obra "independiente", con lo que se ejecutarán también cada una de forma autónoma, de manera que el desarrollo de una de ellas no condicione al resto. "Si una se atasca, pongamos el caso, el resto puede ser adelante", ha citado a modo de ejemplo. Al tener cada una plazos y presupuestos propios, lo que se hará es licitarlas de forma escalonada. De esta forma, la primera que saldrá a concurso será la que excavará los dos tubos bajo la ría, que es la que tiene un plazo de construcción más elevado, "y a partir de ahí, con cierto decalaje, se irán sacando el resto de licitaciones. Lo más importante no es que empiecen a la vez, porque los plazos de cada una son diferentes, sino que acaben a la vez". Los lotes de servicios e instalaciones serán los últimos en sacar a concurso, ya que sus plazos de ejecución son "muy inferiores".