Va a ser la obra de infraestructuras más compleja que va a asumir la Diputación Foral durante el próximo lustro, tanto que la construcción de la autovía que conectará Leioa con Sestao por debajo de la ría para ser la alternativa viaria al puente de Rontegi se va a acometer contratando a seis grupos de empresas diferentes.

Según ha adelantado a este periódico el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Carlos Alzaga “puede que al final sean siete contratos diferentes, depende si se divide en dos el que asumirá los temas de seguridad del proyecto”.

Aunque la futura infraestructura que se viene diseñando desde hace casi cinco años es una sola, la complejidad de la misma, su coste economíco, el cual superará los 500 millones de euros, y la afección a vecinos sobre todo en los municipuos de Getxo y Leioa, va a llevar a la Diputación a trocear y especializar los contratos por firmas con las constructoras y otras empresas necesarias para hacer realidad los tan necesarios túneles por debajo del cauce de la ría de Bilbao.

Así se licitarán a partir del próximo mes de octubre cuatro tajos para acometer la obra civil de construcción y otros dos lotes para desarrollar el proceso de instalaciones de seguridad, comunicaciones y otros dispositivos necesarios para que todo el recorrido que comprondrá el subfluvial sea operativo según la estricta normativa que atañe a los túneles viarios en Bizkaia.

El primero de los cuatros concursos de construcción previstos acometerá los accesos de la margen izquierda en Sestao y su conexión con los viales de la autovía A-8 además del emboquille de las dos galerías que compondrán el subfluvial. El segundo se dedicará exclusivamente a horadar los dos tubos en el tramo siguiente, el cual recorrera la anchura de la ría excavando bajo su fondo fluvial. El tercer contrato construirá otra sección de los tubos que se prolongará por la zona de tierra por debajo de Getxo hasta llegar al emboquille cercano a la rotonda de Artaza. Finalmente, el último lote tendrá como objetivo ejecutar todos los accesos con los se conectará el subfluvial a Corredor del Txorierri, la Avanzada y la trama urbana de Getxo. Alzaga desvela que “los contratos no van a salir todos a la vez ya que los de obra civil se pueden ejecutar independientemente unos de otros. Es una cuestión de orden práctico”.

La Diputación ha pensado que si licita a la vez cuatro proyectos constructivos de alto calibre y complejidad “a las empresas de Bizkaia las podemos ahogar, ya que sus servicios técnicos no serían capaces de tragar todo a la vez, de hacer un estudio técnico adecuado. Eso supondría que tendríamos malas ofertas y no nos interesa tener malas ofertas”, considera el diputado foral.

Hay que tener en cuenta que los cuatro lotes van a tener plazos de ejecución diferentes “y lo más probable es que empecemos por aquel que tenga un tiempo mayor de obra que son más de cuatro años de trabajo”, explica Alzaga. “Es el que marca los tiempos porque lo importante es que culminen todos al final”, detalla. Cada uno de los tajos serán independientes, no se va a necesitar que termine uno para empezar el siguiente, lo que va a suponer que durante el periodo de tiempo central del proyecto estén todos trabajando a la vez.

Aunque el conjunto de los contratos van a ser de alta complejidad, Alzaga valora que la construcción de las galerías bajo la ría se lleva la palma “Hay que profundizar muchos metros desde las orillas, hay que llevar toda maquinaria, extraer todos los sobrantes... serán obras difíciles”, apunta bajo su visión también de ingeniero de caminos, canales y puertos.

Por su perfil técnico valora también el prolijo trabajo que se ha llevado a cabo desde 2019 para detallar todo el proyecto. “Se ha buscado durante años el mejor sitio para encontrar la roca más competente por debajo de la ría”, indica siempre bajo el prisma de la seguridad. Es más, los técnicos “todavía ahora están haciendo pequeñas variaciones para encontrar esa competencia en el material y poder ejecutar los túneles encontrando las soluciones óptimas, que no tienen porque ser las más baratas, ni mucho menos”, sentencia el responsable foral.

Ese trabajo previo de preparación no solo toca aspectos constructivos también se han analizado multitud de circunstancias sociales, económicas, algunas muy cercanas como las molestias que se van a causar durante las obras, el impacto de los accesos en la fase de explotación o los condicionantes ambientales entre otros muchos. Carlos Alzaga baja a detalles como que, por ejemplo, “se analiza hasta el deslumbramiento del conductor porque la alineación de la carretera está con la salida o la puesta del sol; es un parámetro a analizar ya que tiene que ver con la seguridad del tráfico”.