"Era tan bonito, tan mono”. Una treintena de usuarios del hogar del jubilado de Berango disfrutaron ayer de un viaje al pasado a bordo del entrañable Azulito, el autobús urbano que recorría las calles de Bilbao en las décadas de los sesenta, setenta y ochenta, hasta que dejó el servicio en 1989. Sin duda, fue un recorrido muy especial por las calles de Berango y del entorno.
“Me acuerdo de que lo solía coger siempre en Astrabudua para ir a trabajar a Erandio. Por aquel entonces no había ningún otro transporte público que llegase hasta el barrio. La única opción era bajar la cuesta hasta la estación de tren”, explicó Pablo Acebo, al que le invadió la nostalgia al volver a subir las escaleras del autobús y sentarse en los asientos de cuero marrón conservados gracias a la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao (AAFB), actual propietaria del vehículo.
También se dejó llevar por los recuerdos Juanjo Ruiz. “A Barakaldo venía un autobús de estos desde Bilbao que llamábamos el urbano”, apuntó. En este sentido, más allá de lo solicitados que estaban los asientos por la gran cantidad de gente que los utilizaba, tanto a Pablo como a Juanjo les llamaba la atención que al volante de estos autobuses estuvieran mujeres, algo revolucionario para la época. “Al principio se hacía raro, pero luego nos fuimos acostumbrando”, indicaron.
Pioneras
Precisamente, una de esas conductoras pioneras fue la getxoztarra María José Navas, que ayer se volvió a poner al volante para rememorar su etapa laboral en la empresa Transportes Urbanos del Gran Bilbao SA (TUGBSA), vehículo que conducía por las calles de la villa. En concreto, la ruta que le tocaba empezaba en el Casco Viejo y de allí ponía rumbo a la Gran Vía, María Díaz de Haro, Autonomía, Hurtado de Amezaga y, de nuevo, al Casco Viejo.
Una treintena de vecinos de Berango pudieron disfrutar ayer de un viaje muy especial por el pueblo a bordo del mítico ‘Azulito’
“Empezamos un grupo de unas diez mujeres y al principio entramos como cobradoras. Luego la empresa nos promocionó y siete u ocho sacamos el carné y acabamos conduciendo estos autobuses”, recordó. En su caso, empezó a trabajar en 1972. “Me acuerdo de que la gente se me quedaba mirando. Lo veían como algo rarísimo”, apuntó. A este respecto, recordó que entre los usuarios del transporte “había de todo, desde los que les apoyaban hasta los que nos mandaban a casa a fregar”. Fue, sin duda, una etapa profesional muy especial para María José, que estuvo durante casi ocho años en la empresa y que vio cómo se terminaba una vez que contrajo matrimonio. “Si te casabas, te echaban. Te daban la dote y a casa a cuidar de los niños”, relató. Dejar su trabajo es algo que ahora recuerda con “muchísima pena” y todavía mantiene “el carné en vigor”, desveló.
Por este motivo, ponerse otra vez al volante del Azulito después de tantos años resultó una experiencia llena de recuerdos y también de alguna que otra comparación. “Ahora el motor hace mucho más ruido y los pedales y volante están mucho más duros”, describió mientras demostraba que no ha perdido ni un ápice de destreza a bordo de un vehículo clásico que forma parte de la historia de Bizkaia y que ayer permitió viajar en el tiempo a una treintena de vecinos de Berango.