Cada vez es más habitual que amigos, familiares o gente cercana formen parte de algún programa de voluntariado. En la actualidad Bizkaia cuenta con más de 160.000 personas que están inmersas en las diferentes labores solidarias. De forma prioritaria donde más está implicada la ciudadanía es en el ámbito cívico, la acción social y el deporte.

Entre los miles de personas que forman parte de los proyectos, el equipo de voluntarios vizcainos está compuesto principalmente por jóvenes y personas mayores. De hecho, uno de cada cuatro voluntarios es una persona de 65 años o más. Una vez concluye la labor, son colaboradores que muestran un mayor grado de satisfacción en relación con la actividad que desarrollan de manera desinteresada. “Que la mirada intergeneracional esté presente apoyándose unos y otros, haciendo que se encuentren, hablen y se escuchen y que aprendan los unos de los otros hace que sean proyectos que van a tener un éxito y un impacto social importante”, señala Leire Ortiz de Zarate, coordinadora de BizkaiaGara. En esta dirección, apunta que la menor cantidad de personas voluntarias que rondan los treinta o cuarenta se trata de un “valle muy lógico”, ya que “entramos en una etapa laboral, de construir una familia, de construir cuidados, entonces es normal que haya esos porcentajes”.

Para Ortiz de Zarate “la pandemia supuso un input importante que también se promovió desde Bizkaia tejiendo esa red de personas voluntarias”. En los meses en los que el confinamiento retuvo a la ciudadanía en sus hogares, eran mayoritariamente las personas jóvenes las que “apoyaban llevando la comida y medicación a las casas de personas mayores que no podían salir”.

Según explica, ese efecto pandemia hizo que “muchas personas que no conocían el movimiento siguieran luego colaborando una vez que pasó la pandemia”. No obstante, también tuvo el efecto contrario, en este caso “muchas de las personas mayores con la pandemia tuvieron que dejar de colaborar”.

A día de hoy hay muchas formas de poder participar como voluntario. “Cada uno y cada una puede asumir la actividad con la que más identificada se sienta, con la que esté más conectada con la disponibilidad y las capacidades que en ese momento tiene, pero lo importante es que nos activemos de la manera que sea”, puntualiza.

La falta de tiempo y la edad se muestran como principales obstáculos para llegar a ser voluntarios. Según señalan desde BizkaiaGara, cuatro de cada diez personas no colaboran como voluntarios por falta de tiempo para poder dedicarse plenamente a ello. Por otro lado, dos de cada diez se consideran mayores y con problemas de salud, mientras que, en menor medida, es por falta de iniciativa y de interés por la realización del voluntariado y por las actividades que se desarrollan en las diferentes asociaciones.

Otros factores que influyen son la desconfianza hacia las organizaciones no lucrativas, los motivos familiares y personales en relación a los cuidados de terceras personas y el hecho de no haber identificado ningún proyecto en concreto con el que querer comenzar una colaboración desinteresada como voluntario o voluntaria. “No debemos dejar pasar la oportunidad de contribuir e intentar que nuestras pequeñas acciones hagan una sociedad mejor”, argumenta Ortiz de Zarate.

La importancia de los centros educativos y el hecho de empezar siendo joven en el campo del voluntariado es una labor que “vas haciendo y vas generando ese hábito” con el que se “hace ver que, a nivel de la persona, tenemos que tener un tiempo para nosotros, nuestra familia y entorno de amistades, pero también siempre queda una parte para poderla dedicar a una actividad social con la que contribuir y hacer que en nuestro territorio, del que somos parte, mejore”.

Perfil de los voluntarios

Entre las personas que forman parte del voluntariado hay un equilibrio entre hombres y mujeres, con una leve presencia femenina superior, del 51,5%. Los extremos están marcados, ya que una de cada cuatro personas que son voluntarias tiene 65 años o más y dos de cada diez oscilan entre los 18 y los 29 años.

La formación de las personas es elevada. Cuatro de cada diez voluntarios cuentan con estudios universitarios y casi la mitad del número de voluntarios colaboran con más de una organización, mientras que también cuatro de cada diez lo hacen de manera ocasional.

Entre el total de las personas que colaboran desinteresadamente con las diferentes asociaciones, según matizan desde BizkaiaGara, tres de cada cuatro consideran que en los próximos años continuarán ejerciendo labores de voluntariado.

La cifra de 160.000 personas que en la actualidad forman parte de esta red de ayuda y el ánimo de los participantes a continuar invita a pensar que en los siguientes años la cifra de ciudadanos que colaboren con estas entidades podría ascender considerablemente.