Muy pocas cosas pueden poner freno a las tradiciones de un pueblo y la lluvia no es uno de esos elementos que pueda frenar a Portugalete en la celebración de una jornada tan esperada en la noble villa como es la festividad de la Virgen de La Guía. Aunque pudiera parecer que la lluvia de la primera mitad del día iba a restar asistentes a la fiesta, ayer Portugalete se llenó hasta los topes para celebrar esta fiesta que no tiene parangón. Las cuadrillas y familias no dudaron en reunirse y con el pañuelo de arrantzal anudado al cuello y luciendo la tradicional camiseta blanca llenar el Casco Viejo jarrillero de buen ambiente, ritmo y color.
El inicio de la jornada no aventuraba una fiesta tan multitudinaria como la que, finalmente, se vivió ayer lunes en Portugalete. Todo comenzó a las 09.00 horas con el izado de los dominguines, los emblemas de esta fiesta que lleva más de medio siglo organizando Berriztasuna Taldea. Esos primeros compases de la fiesta tuvieron un incómodo invitado como es la lluvia. De hecho, por vez primera desde que se hace la procesión marítima de la Virgen de La Guía, esta discurrió al completo con lluvia, por lo que hubo que poner a la imagen un manto de plástico para protegerla de la incesante lluvia que calaba en torno al mediodía la noble villa jarrillera. Una vez concluyó la procesión, la lluvia cedió protagonismo y, con ello, la temperatura del corazón fue subiendo a medida que se iba acercando el gran momento cumbre de esta celebración; la bajada de las 15.00 horas. Las cuadrillas y familias se fueron dando cita en el Casco Viejo jarrillero y el ambiente no podía ser mejor. Más de una hora antes del inicio de la bajada, la calle Coscojales era ya un hervidero de personas con ganas de entregarse a la fiesta y seguir cumpliendo con esta tradición tan portugaluja.
Y el mágico momento llegó. Dieron las 15.00 horas y en ese momento llegó el delirio a la calle Coscojales. Miles y miles de personas bailaron, saltaron y cantaron durante una bajada que, más bien, es ya una parada, ya que la acumulación de personas es tal en esos momentos en la calles Coscojales que uno no puede apenas moverse de un lado al otro. No faltó ese tema que reza eso de Tengo un novio chiquitín, que se llama Nicolás: si lo quieres conocer, sube arriba y lo verás, ni tampoco el himno del Athletic en lo que fue un pequeño añadido a la celebración por el reciente título de Copa.
La bajada concluyó con la canción en honor a la Virgen de La Guía y la fiesta continuó durante horas ya que los jarrilleros siguieron hasta bien entrada la noche gozando de una cita que es única y que es la mejor manera de dar la bienvenida a julio... Y en Portugalete lo saben.
En corto
Más de 30.000 personas. Pese a que la lluvia fue protagonista en las primeras horas del día, más de 30.000 personas llenaron el Casco Viejo de Portugalete en la celebración de una nueva edición de Virgen de La Guía.
Más de medio siglo. Los inicios de la celebración de la Virgen de La Guía se remontan a más de medio siglo atrás. Lo que comenzó como una pequeña fiesta se ha convertido en el gran emblema festivo de Portugalete.