El Ayuntamiento de Sopela quiere que el talud de la playa de Barinatxe que se desprendió a finales del pasado año esté estabilizado para finales del mes de julio para que puedan acceder las personas y vehículos de emergencia. Para ello, tiene previsto iniciar mañana mismo las obras tras la redacción del acta de replanteo por parte de la dirección de obra y la aprobación del estudio de seguridad y salud. En este sentido, los trabajos arrancarán con la instalación de la línea de vida y la colocación de equipos en la parte alta de la ladera. Posteriormente, se procederá a la retirada y saneamiento del material desprendido. Si no hay contratiempos, se estima que la ejecución de estos trabajos tenga “una duración de tres semanas”. Asimismo, se realizará un seguimiento “diario” para supervisar el avance y asegurar el cumplimiento de las normativas de seguridad y calidad en la obra.

Por su parte, la brigada municipal de obras reparará el actual vallado, ya que los cierres metálicos han sido cortados de “manera intencionada”, según desvelan, para acceder a la rampa. Asimismo, la Policía Local reforzará la señalética de todo el perímetro vallado colocando además un cartel con la prohibición expresa de acceso a la playa por la rampa por lo que se hace un llamamiento a todas las personas para que “respeten las medidas preventivas y sigan las indicaciones de la Policía Local” con el objetivo de garantizar la seguridad.

Cartel de prohibición de acceso.

Sobre esta línea, cabe recordar que el pasado 22 de mayo, los responsables municipales de Sopela convocaron a una reunión conjunta con la Demarcación de Costas, el Departamento de Emergencias del Gobierno vasco, la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Getxo para abordar el problema. Aunque el objetivo del Ayuntamiento de Sopela era lograr la “corresponsabilidad y cofinanciación” por parte de todas las administraciones implicadas, la reunión concluyó “sin que ninguna de las entidades supramunicipales asumiera compromiso alguno respecto a la situación”, aseguran.

DESPRENDIMIENTO

El cierre del acceso a la playa de Barinatxe se produjo el pasado mes de marzo “por motivos de seguridad” después de que el pasado mes de diciembre se produjera un desprendimiento en el talud de acceso al arenal. Posteriormente, el 10 de enero, el Ayuntamiento de Sopela remitió formalmente una solicitud a la Demarcación de Costas, entidad competente en esta zona, para instarle a que adoptara medidas y que resolviera el problema. En concreto, en el expediente se incluyó un exhaustivo informe técnico geológico, así como un presupuesto detallado del proyecto destinado a estabilizar el acantilado. Sin embargo, ante la “ausencia de respuesta” por parte de la Demarcación de Costas, el 27 de febrero desde Alcaldía fue emitido un decreto exigiendo la ejecución inmediata de las obras requeridas.

El 1 de marzo se recibió la respuesta de la Jefatura de la Demarcación de Costas en la que se indicaba que la playa de Barinatxe ostenta características naturales únicas y que el acantilado está catalogado bajo una estricta protección, lo que impide su reforzamiento. “En aras de restaurar el entorno de manera natural, se propone la demolición tanto del edificio de servicios como de la rampa de acceso. El único medio de acceso al arenal sería a través de escaleras”, argumentaron. Sin embargo, desde el Consistorio sopeloztarra añaden que “no se dispone de un proyecto definitivo ni de una fecha establecida para su ejecución”.