Madre de Alex: “Cada día hay más adolescentes destrozando vidas”
Ana Claudia Ionita considera, tras el apuñalamiento en Getxo, que si no cambian las leyes, “la cosa va a ir a peor”
Las agresiones cometidas por menores, como el apuñalamiento que segó la vida del joven Felipe el pasado fin de semana en Getxo, conmocionan a toda la sociedad, pero estremecen especialmente a las familias de otras víctimas que han sufrido ataques similares. Es el caso de Ana Claudia Ionita, la madre de Alex, que sufre graves secuelas neurológicas tras la brutal paliza que le propinaron una veintena de individuos en Amorebieta.
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Han pasado ya casi tres años desde aquella fatídica noche, pero su madre refresca los hechos a golpe de sucesos. “Cada vez que escucho una noticia como la de Getxo no puedo evitar que me toque el corazón y me deje con un sabor amargo porque es revivir todo lo que le ha pasado a Alexandru sin fin”, explica Ana Claudia por boca de Alexandra Buric, traductora y amiga de la familia.
A pesar de que pasa los días afanada en atender a su hijo, que sufre un 95% de discapacidad, Ana Claudia estaba al tanto de la muerte de Felipe, tras la cual fueron internados por su presunta implicación cuatro menores. “Hasta que no cambien las leyes en lo que respecta a los menores, la cosa va a ir a peor. Esto es solo el principio”, aventura.
De hecho, lamenta, “no es la única cosa horrorosa que está pasando. Cada día hay más casos de este tipo, cada día hay más adolescentes que están agrediendo, matando, destrozando vidas”, denuncia.
Condenas escasas
A Ana Claudia Ionita las condenas impuestas en su día a los menores de edad que agredieron a su hijo le parecieron escasas. “Por mí que no saliera ninguno de la cárcel. Una vez que eres capaz de pegar a alguien de esa manera, no creo que se tenga que hacer diferencia entre menor o mayor”, señaló entonces.
El pasado 13 de febrero la Audiencia de Bizkaia condenó a penas de entre 20 y 10 años de cárcel, por un delito de asesinato en grado de tentativa con pertenencia a grupo criminal, a seis de los siete acusados mayores de edad.
“Aunque los hubieran condenado a prisión toda la vida, no nos devolverían lo que nos han quitado. Lo que le han hecho a mi hijo no se puede pagar ni con cárcel ni con dinero”, comentó tras el juicio. Pese a todo, se mostraba “satisfecha” con la sentencia, sin imaginar el varapalo judicial que le esperaba con la rebaja de condenas el pasado jueves a cuatro de los acusados.