¿A qué se dedica específicamente la consultoría BILBAO AI?
Nuestra actividad se centra en la consultoría estratégica y de productividad sobre la aplicación de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) en las empresas. Aunque existen otros modelos de IA, la IAG es la única en la que estamos focalizados, porque es la que, valga la redundancia, genera el más amplio campo de intervención en los procesos de negocio de las empresas.
Nos especializamos en la estrategia IAG porque antes de implementar soluciones IAG hay que desarrollar criterios de aplicación y selección, enfoques de desarrollo e integración, sistemas de evaluación de impactos y aplicación al desarrollo de negocio. Es decir, hay que preparar a la organización para recibir adecuadamente a la IAG y para explotarla, en muchos casos mediante una sub-organización interna de ‘data translators’, a los que ayudamos con nuestro conocimiento combinado de su negocio y sus necesidades, y también de las posibilidades técnico-tecnológicas de la IAG y de sus proveedores. Y, en algunos casos, simplemente operamos como ‘data translators’ externos.
La IAG parece haberse convertido en la principal palanca para el impulso tecnológico de las empresas; ¿a qué crees que se debe?
Ante un nuevo medicamento que se pudiera aplicar en antiguas dolencias, la experimentación intensiva es razonable. Sin embargo, sería aconsejable contar con la supervisión de un profesional médico. Algo parecido es lo que ocurre con la IAG; ahora podemos intentar soluciones que antes eran impracticables, difíciles o muy costosas, y cualquier empresa puede pensar que quizás estas mejoras le sean aplicables con una muy buena relación coste-resultado. Usualmente, estas empresas están en lo cierto, pero también necesitan supervisión profesional.
¿Se podría afirmar entonces que la aplicación de la IAG en la empresa es más sencilla, económica y eficiente, en términos de resultados, que los métodos tradicionales?
Yo diría que no es así, puesto que en el universo software se suele dar una constante; el peso combinado de tecnología + esfuerzo + coste es siempre el mismo, por lo que, si la tecnología se abarata y el esfuerzo disminuye, el coste tiende a aumentar. Esto resulta lógico, ya que antes de empezar a insertar soluciones IAG en la empresa hay que definir las líneas estratégicas de ataque de la IAG, la gobernanza de los datos, las tácticas técnicas, la integración con los sistemas heredados corporativos y la orientación al negocio de los resultados. Aquellas empresas que han contratado, sin reparar en todo esto, a un proveedor tecnológico y han iniciado cuidadosamente un proyecto IAG… ¡ya pueden prepararse para ver cómo abordan el siguiente proyecto IAG sin destrozar el primero y sin daños colaterales para sus sistemas!
¿En qué proyectos está trabajando actualmente BILBAO AI?
En el terreno LegalTech estamos colaborando con una ALSP (iniciativa de provisión de servicios legales alternativos) que pretende crear un ecosistema de agentes IA como forma de comunicación preferente entre clientes con abogados, abogados con abogados y abogados con proveedores de otros servicios. Es apasionante ver cómo se generan interacciones y nuevas colaboraciones con una rapidez y eficacia inusitadas. En otro proyecto estamos conceptuando nuevas formas de comunicación extremadamente personalizada entre varias agencias de marketing y sus clientes, utilizando un vertical reutilizable basado en varios modelos de lenguaje IAG con diferentes especializaciones.
También estamos revaluando las interfaces de productos y servicios financieros para facilitar su acceso, mediante IAGs conversacionales, a personas mayores de edad no digitalizadas, que suelen tener problemas con las aplicaciones actuales y con sus sistemas de autenticación y uso. En definitiva; la IA nos está permitiendo abordar una auténtica reingeniería de procesos de negocio en sectores en los que sólo parecía posible el refinamiento iterativo de productos concebidos hace ya muchos años.
¿Qué opina sobre el mercado tecnológico actual de la IA? ¿Cómo puede una empresa seleccionar adecuadamente a su proveedor tecnológico?
Gerald Weinberg, celebérrimo consultor tecnológico al que siempre he profesado admiración, decía que un niño que recibe un martillo de regalo por Navidad descubre que todo debe ser martilleado, lo que es una versión poética del dicho ‘cuando sólo tienes un martillo, lo único que ves son clavos.’ Creo que esto define bien lo que está ocurriendo con la inteligencia artificial en general y, respecto de su uso en la empresa, en particular.
En estos momentos la IAG es un complemento que se añade a cualquier proyecto, servicio o producto, como un ‘topping’ en un helado. Parece que cualquier iniciativa sin IAG es como una publicación en redes sociales sin hashtags, o como un jardín sin flores; lo cual es lamentable, claro. Aquí, de nuevo, entra el valor el trabajo previo de estrategia IAG en las empresas.
¿Se encuentran con dificultades al explicar las posibilidades e impactos de la IAG en la empresa?
La verdad es que sí, porque para entablar una conversación antes tenemos que establecer un lenguaje común. Así que lo que solemos hacer es agendar unas reuniones informativas con el consejo de administración o con directivos de las empresas interesadas. En ellas abordamos las dudas, expectativas, proyecciones, temores - sobre todo por la aparente volatilidad tecnológica del mercado IAG - y posibles estrategias de inserción de la IAG en sus organizaciones. Estas sesiones, normalmente entre una y tres, sirven para generar criterios sólidos aplicables a una empresa en particular, aunque también pudieran servir para su sector de actividad. A veces culminan con nuestra contratación y otras veces no, claro. La IAG no es como el ‘Bálsamo de Fierabrás’, que todo lo cura.
Por último; ¿cuál es el valor diferencial de BILBAO AI respecto a otras consultorías?
Nuestro equipo es total y exclusivamente senior y sus integrantes tienen una larga, sólida y reputada experiencia en consultoría tecnológica, en inteligencia artificial y en reingeniería de procesos de negocio. Los proyectos los dirijo y superviso yo personalmente y el equipo se involucra en ellos directamente, sin derivaciones ni delegaciones. Aportamos, en definitiva, consultoría estratégica con nombres propios.