No es un crédito cualquiera; el hecho de que el Banco Europeo de Inversiones ofrezca su apoyo económico a las obras del túnel bajo la ría dice mucho a favor del proyecto. Y es que, tal y como ha recordado el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Imanol Pradales, el órgano financiero de la Unión Europeo exige diferentes requisitos para dar luz verde a sus operaciones. "No financia cualquier obra y menos ahora. Es una gran noticia", ha advertido el responsable foral.

Creado en 1958, el Banco Europeo de Inversiones es el órgano financiero comunitario de la Unión Europea y concede préstamos para proyectos que contribuyan a lograr los objetivos de la comunidad. En el caso de los túneles, ha decidido habilitar hasta 200 millones de euros -nunca financia más del 50% del presupuesto total de las iniciativas- aunque la Diputación todavía no sabe si necesitará echar mano de todos ellos ya que, aunque el subfluvial costará 450 millones de euros, la institución foral cuenta también con recursos propios para pagarlo. De hecho, para el próximo año ya se ha habilitado una primera partida de 25 millones en los presupuestos. "Si no fuera necesario utilizarlo en su totalidad, no se haría, es algo habitual. No necesitaríamos más dinero porque los recursos propios nos permiten afrontar la propia inversión", ha explicado Pradales.

El BEI tiene el mandato de financiar infraestructuras ligadas a los Acuerdos de París de Cambio Climático por lo que exige determinados requisitos a los proyectos. En primer lugar, deben ser infraestructuras de transporte de carácter "resiliente", lo que significa que con ellas se dé respuesta a un problema de vulnerabilidad en la red viaria. "El subfluvial claramente lo hace; tenemos una vulnerabilidad porque el único punto de paso entre ambas márgenes es el puente de Rontegi", ha recordado Pradales.

Colabora con equipamientos de carácter multimodal, cuando el túnel tendrá ese enlace de metro entre las estaciones de Sestao y Areeta, y que mejoren la seguridad vial. "Con esta obra damos mallado a la red, alternativas de paso, y disminuimos congestiones, lo que redunda en una menor probabilidad de accidentes". Y, por paradójico que parezca a priori para una carretera, lo considera una infraestructura verde. ¿Por qué? Porque permitirá una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero al eliminar los sobrerrecorridos que hoy en día están obligados a realizar los conductores para cruzar de lado a lado del cauce. "Hoy, para ir de Santurtzi a Getxo, hace falta recorrer entre 13 y 14 kilómetros por la A-8, Rontegi y La Avanzada; esto pasa a ser apenas cuatro kilómetros", ha relatado Pradales a modo de ejemplo.

Por todo ello, el diputado no ha dudado en calificar de "gran noticia" la financiación que llegará de Europa, ya que ello supone que el BEI "ha valorado muy positivamente una infraestructura que tiene unas características muy sólidas en ese conjunto de elementos que busca".

"Efecto inflacionario"

El presupuesto final de las obras se quedará en 450 millones de euros, cuando en un principio se habían barajado unos 400. Respecto a este incremento, el diputado ha recordado que, desde que se empezó a trabajar en su diseño en 2018, "han pasado cinco años y muchas cosas". No ha ocultado el efecto "inflacionario" en ese incremento del coste, "en lo que respecta a los materiales y sus costes" y ha advertido que es "habitual" que desde la primera estimación hasta el momento en que se ponen a trabajar las máquinas se produzcan esos ajustes. "Lo estamos viendo en todas las actuaciones de obras públicas y privadas que están dándose en los últimos tiempos", ha finalizado.