Es una realidad palpable. Los escolares vascos, pese a mostrar un alto grado de compromiso en la conservación medioambiental, apenas demuestran tener conocimientos sobre las aves presentes en Euskadi, sobre sus procesos migratorios o la identificación de las especies. Un estudio del Departamento de Didáctica de la Matemática, Ciencias Experimentales y Sociales de la UPV/EHU ha servido para poner cifras a esta tendencia. Y según los resultados arrojados por el mismo, “los alumnos han demostrado tener escasos conocimientos en relación con la migración e identificación de las aves, y, a pesar de su buena actitud medioambiental, muchos consideran que los esfuerzos de conservación son excesivos y constituyen un obstáculo para el desarrollo económico”. Y eso teniendo a tiro de piedra varias áreas naturales de importancia como Urdaibai, Txingudi o Salburua, donde poder zambullirse en la observación de la fauna. La educación ambiental de los jóvenes vascos es un asunto que lleva tratándose en las escuelas a través de diversos programas (Agenda Escolar 21, Azterkosta, Ibaialde, diversos centros Ekoetxea diseminados por la geografía de la CAV, museos y centros de naturaleza…), si bien parece que estos no llegan a calar.

Y en las sociedades occidentales es cada vez más importante adquirir conocimientos en esta materia durante la infancia ya que estos pueden llegar a influir en las actitudes medioambientales en la edad adulta. La educación ambiental es una “herramienta fundamental para sensibilizar más a las personas”, afirman desde la UPV/EHU, y se ofrecen diferentes tipos de programas tanto en contextos formales como informales. El estudio de la Universidad del País Vasco –que se ha llevado a cabo en Urdaibai Bird Center (UBC), situado en el corazón de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai– cuenta con numerosos hábitats necesarios para la observación y conservación de las aves migratorias y constituye, además, “un lugar idóneo para el desarrollo de programas de educación ambiental”.

Pues bien, el centro ornitológico ubicado sobre las marismas de Orueta, en Gautegiz Arteaga, viene impulsando numerosas iniciativas de educación ambiental, si bien hasta ahora no se había evaluado su eficacia. La UPV/EHU lo ha hecho analizando hasta qué punto han asimilado lo que han visto y aprendido 908 alumnos de Educación Secundaria que han participado un día en las actividades del Urdaibai Bird Center.

Un niño contempla con unos prismáticos desde el refugio de Urdaibai Bird Center cómo viven las aves en su medio natural. I. FRADUA

“Para ello, los alumnos cumplimentaron un cuestionario para constatar sus percepciones sobre la Reserva de la Biosfera de Urdaibai y las marismas, su interés por la biodiversidad, su habilidad para identificar especies de aves, sus conocimientos sobre la migración de las aves y su actitud hacia la conservación”.

El principal objetivo de la investigación encabezada por Unai Ortega ha sido, por un lado, realizar un diagnóstico del conocimiento de los alumnos y de sus actitudes y, por otro, evaluar estos programas de educación ambiental. “Son muy habituales, pero no se evaluaba su eficacia y es necesario conocer el grado de consecución de los objetivos de estos programas”, explicaba Ortega, que ha llevado a cabo el estudio junto a Oier Pedrera, Erin Telletxea, Oihana Barrutia y José Ramón Díez.

Los resultados arrojados por el estudio han mostrado a las claras que el alumnado de ESO tiene “escaso conocimiento” sobre el funcionamiento de las reservas de la biosfera, las marismas y la migración de las aves,” y sobre todo “a la hora de identificar las aves”. Por otro lado, “a pesar de las altas puntuaciones obtenidas en relación con la actitud medioambiental, muchos estudiantes consideran que los esfuerzos de conservación de estos entornos son excesivos y dificultan el desarrollo económico”.

Y un último apunte: “los resultados han demostrado que los estudiantes procedentes del medio rural y los que viven en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai o alrededores conocen mejor la biodiversidad local, así como los alumnos que en Primaria elaboraron un plan relacionado con las aves”. “Desde Urdaibai Bird Center llevamos años estableciendo programas de educación ambiental, que son más prolongados que la vista de una sola jornada al centro, en pequeñas escuelas del entorno como Montorre [Gautegiz Arteaga] o Urretxindorra [Muxika]”, desvela José Mari Unamuno, director del centro ornitológico, que también ha adaptado las visitas escolares “para tratar de trasladar mejor los conceptos que deseamos inculcar”.

“Y estos alumnos incorporan especies como la espatula o el águila pescadora en sus clases, conocen cuales son sus rutas migratorias, por qué vienen a Urdaibai… Son conceptos que se van adquiriendo durante todo el curso y que luego quedan para toda la vida”, ahonda. “Vemos que el alumnado de la ESO de entornos urbanos sabe más de la vida de los koalas que de especies que habitan entre nosotros”, remata Unamuno, que apunta a la influencia de la televisión o las redes sociales en la educación ambiental.

Los apuntes

  • Debilidad Educación ambiental y redes sociales

La influencia de la televisión o las redes sociales en la calidad de educación ambiental; de hecho, es una de las principales debilidades del sistema detectadas. En concreto, señalan desde el Departamento de Didáctica de la Matemática, Ciencias Experimentales y Sociales de la UPV/EHU que “los programas de un solo día no afectan a la educación ambiental”, y que el alumnado “sabe más de la vida de los koalas que de especies que habitan entre nosotros”.

  • Propuesta Adaptar los contenidos didácticos

Los investigadores señalan que “podría ser conveniente adaptar el programa de educación ambiental del Urdaibai Bird Center para su inclusión en contextos formales a través de actividades prácticas o proyectos, así como evaluar sistemáticamente los resultados”. Destacan, asimismo, “la importancia de seguir elaborando estrategias a largo plazo de este tipo de evaluaciones sistemáticas”.