Muchos autónomos se enfrentan cada verano al mismo dilema: coger o no vacaciones. Teniendo en cuenta que son días en los que, sin trabajar, no contarán con ningún ingreso, la disyuntiva no tiene fácil respuesta. Pero existe un sector en el que la posibilidad de hacer las maletas por unos días y volar a la playa se complica todavía más. ¿Qué hacer con esa plantación que necesita ser atendida también ese tiempo? ¿O con las vacas que tienen que seguir siendo ordeñadas? Son muchos los baserritarras que nunca han podido irse de vacaciones; ni qué hablar de coger una baja por enfermedad o para cuidar de unos hijos recién nacidos... Todo eso ha cambiado actualmente en Bizkaia, gracias a las subvenciones que otorga la Diputación Foral para poder contratar a una persona que los sustituya esos días. En los últimos siete años más de 600 personas han recibido estas ayudas, la mayoría de ellas para poder disfrutar de unos merecidos días de asueto.
Las explotaciones, ya sean agrícolas o ganaderas, son esclavas, muy esclavas. El despertador suena muy pronto en los baserris y las plantas y los animales no saben de fines de semana ni de días de fiesta; hay que estar al pie del cañón de sol a sol, los 365 días del año. Hay quien no ha podido quedarse descansando cuando cogía una gripe o se había dado un golpe, yendo a rastras a trabajar, e incluso no ha disfrutado de una semana de descanso más allá del viaje tras su boda. Y no es solo por una cuestión económica. Sus explotaciones son más que su fuente de ingresos; es su forma de vida, por lo que muchos no se atreven a dejar sus ovejas o árboles frutales en manos de cualquiera.
Desde que este servicio se puso en marcha, cada vez son más las personas que se animan a solicitar estas subvenciones, que permiten a los baserritarras contratar a un sustituto de tal forma que puedan disfrutar de unas vacaciones, quedarse en casa unos días para atender a sus hijos o descansar cuando se ponen enfermos. Y es que el servicio, tal y como explica el propio departamento de Medio Natural y Agricultura, tiene como objetivo precisamente “mejorar las condiciones de vida y de trabajo de las personas agricultoras”.
Prácticamente se han duplicado en los últimos ocho años, pasando de los 56 beneficiarios en 2015 a 97 en 2022. En total, en todo este periodo se han concedido 686 subvenciones, por un importe que ha ascendido a los 411.419 euros.
De ellas, la mayoría han sido para coger vacaciones (601), aunque también ha habido 76 para bajas por enfermedad, seis para permisos por paternidad y tres para maternidad.
Las subvenciones que otorga la Diputación ascienden a 40 euros por día para un periodo vacacional máximo de diez días, y 25, 30 o 35 jornadas en el caso de que tengan una persona con discapacidad a su cargo de grado I, II y III, respectivamente. El periodo para disfrutar de estas sustituciones comprende del 1 de junio al 31 de agosto.
Para las sustituciones por enfermedad o accidentes, el Departamento aporta 60 euros por día, hasta un máximo de treinta. Y, finalmente, los permisos por paternidad o maternidad ascienden a la misma cantidad, aunque en este caso el periodo del que se puede disfrutar es de 45 jornadas. Y se conceden tanto en el caso del padre como de la madre, siempre que los dos cumplan con los requisitos exigidos.
El departamento que esta legislatura encabeza Arantza Atutxa ha dispuesto un presupuesto de 64.000 euros para dar respuesta a las solicitudes que se realicen.