PSE y EH Bildu, en las vicepresidencias primera y segunda, y PNV y Elkarrekin Bizkaia, en las secretarías, completarán la Mesa de las Juntas Generales de Bizkaia esta legislatura. El acuerdo entre las coaliciones soberanista y morada ha dejado fuera del órgano institucional al PP, pese a que estos tienen más representantes en la Cámara y grupo propio.

La sesión constitutiva de las Juntas Generales de ayer había llegado sin que ninguno de las formaciones hubiera adelantado cómo iba a estar conformada el órgano rector del Parlamento vizcaino. Generalmente, además de su Presidencia, sus cuatro miembros restantes suelen ser un reflejo de la correlación de fuerzas en los escaños forales o, en su caso, de los acuerdos cerrados entre las diferentes formaciones. La pasada legislatura, por ejemplo, las vicepresidencias primera y segunda estuvieron en manos de socialistas y EH Bildu, y del PNV y Elkarrekin Bizkaia las secretarías, los cuatro partidos con mayor representación política.

Las votaciones de las vicepresidencias dejaron la misma representación para este mandato: Begoña Gil, del PSE, en la primera y Idoia Buruaga, de EH Bildu, en la segunda. Los jeltzales cedieron parte de sus votos a la apoderada socialista hasta alcanzar los 18 para garantizar su elección –su representante, Jane Eyre Urkieta, sumó solo 16, uniendo también los del PP a cambio de su apoyo para que accedieran a una de las secretarías–, mientras que EH Bildu y Elkarrekin Podemos unieron sus papeletas para, con 17, que Buruaga fuera elegida.

Con esos resultados, la votación para las secretarías se presentaba más que ajustada. Tanto, que el propio portavoz en funciones, Jesús Lekerikabeaskoa, pidió a la Mesa de Edad un receso de cinco minutos antes de depositar las papeletas. Y es que, para que el PP entrara también en la Mesa y que el PNV mantuviera su segundo representante en la misma, los populares necesitaba al menos 17 votos, lo que derivaría en un empate entre los tres candidatos: PNV, PP y Elkarrekin Bizkaia, que ya se veía que iban a recibir el apoyo de Bildu. Ello supondría repetir la votación en una segunda vuelta, en la que sería previsible que ambas coaliciones optaran por unir sus votos a favor de los soberanistas, ya que de repetirse el resultado en esa segunda vuelta se otorgaría las secretarías a las listas más votada, en este caso PNV y EH Bildu. En ese caso, en la mesa únicamente estaría representados los jeltzales, con dos miembros; la formación independentista, con otros dos, y el PSE, con uno.

Pero las matemáticas no fueron suficientes: a solo una vuelta, los que más votos recabaron fueron Jane Eyre Urkieta –18, diez de su partido y los ocho del PSE– y Ricardo Vaquero –17, los quince de EH Bildu y dos de su formación–. Con únicamente 16 papeletas a su favor –tres del PP y trece cedidas por el PNV–, el popular Diego Pagadigorria quedó finalmente fuera de la Mesa.

Tras la votación, el PNV defendió que su objetivo había sido garantizar la “pluralidad” del órgano, con la presencia de las cuatro formaciones que conforman grupo propio en las Juntas. “Con 23 junteros, votándonos podíamos copar tres plazas de esa Mesa y dejar dos en manos de Bildu”, recordó. Sin embargo, el acuerdo entre soberanistas y morados, “uno de los grupos –en referencia al PP– ha quedado fuera y el partido político que no tiene grupo ha entrado”.

Por su parte, el portavoz de la coalición indpendentista, Iker Casanova, criticó la “maniobra política, que finalmente ha fracasado” entre PNV, PSE y PP, “con el doble intento de reducir la presencia de EH Bildu en la Mesa y, como contrapartida a la colaboración del PP en esa operación, se trataba de darle presencia”. Representación que, en opinión de Casanova, “no responde a una lógica aceptable ni política, porque el PP es un partido al que se debe hacer frente porque encarna la involución política de la derecha y la extrema derecha, ni democráticamente, porque no se corresponde con la proporcionalidad de esta Cámara”. Por ello, y pese a que “entendíamos que nos correspondía un segundo puesto en la Mesa en términos aritméticos, hemos preferido renunciar a él para dejar fuera al PP”.

Desde los partidos afectados, la popular Raquel González lamentó que “el PNV, junto al PSE, ha apostado por dejar fuera de la mesa a un PP reforzado y le ha dado un puesto en la misma a un Unidas Podemos en descomposición”, mientras que Eneritz de Madariaga defendió la “legimitidad” que un grupo con solo dos junteros esté en la Mesa porque “forma parte de la aritmética parlamentaria y los pactos entre partidos”. El socialista Goyo Zurro, que también destacó la “pluralidad” de la Mesa, explicó que el acuerdo entre PNV y PSE establece que ambas formaciones se apoyarán la elección de este órgano “y eso es lo que hemos hecho. Nuestros votos han ido exclusivamente al PNV para que tuvieran su candidato”.