Centenares de empleadas de residencias de mayores de Bizkaia se manifestaron este sábado en Bilbao con motivo de reclamar a la Diputación una actualización del convenio, que se firmó por última vez en 2017, y la equiparación salarial con los centros forales y municipales. Las trabajadoras de este sector mantienen desde hace más de 30 días un paro convocado por ELA para denunciar el bloqueo que sufre su convenio colectivo, cuya mesa negociadora no se reúne desde octubre de 2021 .

La movilización partió desde la calle Juan de Garay, a las 10.45 h de la mañana, y llegó hasta las escaleras del Ayuntamiento, cerca de las 11.30 horas. Durante la protesta, se pidió a la Diputación Foral de Bizkaia que haga “menos propaganda y realice acciones concretas como la renovación del convenio, para acabar con la brecha salarial que sufren”.

La representante de ELA, Ainhoa Tirapu, criticó que cuando “la patronal son las instituciones” y se habla de condiciones laborales de las mujeres, “los conflictos laborales se alargan una barbaridad”. En este sentido, Tirapu apuntó a la “hipocresía” de las instituciones “a las que se les llena la boca diciendo que hay que acabar con la brecha salarial que sufren las mujeres”. “Cuando estas mujeres, como las de residencias, luchan por acabar con esta lacra, los conflictos se alargan de manera notable. Y eso es responsabilidad directa de la institución pública”, señaló.

Durante la movilización, el sindicato también aludió a que “la decisión de privatizar las residencias es política y que tiene graves consecuencias para trabajadoras y usuarios”. Además, recordaron que el objetivo final de su lucha es la conversión en centros públicos. “Mientras tanto, es necesario renovar el convenio sectorial bloqueado desde el 2020 y lograr la equiparación de las condiciones de trabajo de las trabajadoras de las residencias municipales y forales”, argumentaron.

Entre otras reivindicaciones, también denuncian la parcialidad del sector, ya que de media la duración de los contratos versa entre un 45% y el 70% de la jornada. Tal y como apuntan, esto último acarrea mayores cargas de trabajo, menos personal, salarios más bajos e inestabilidad.

Las trabajadoras comenzaron el pasado miércoles 15 una huelga de diez jornadas hasta el 24 de marzo. Al día siguiente, jueves 16 las protestas se centraron en las residencias de la margen izquierda, mientras que el vienes se movieron a las de la derecha.