“¡Putas, salid de vuestras madrigueras!”, vociferaban hace una semana varios alumnos del Colegio mayor Elías Ahuja (Madrid) a sus homónimas de Santa Mónica, que se encontraban en el interior del edificio en el que se alojan. En ese momento, miles de pequeñas luces se encendieron en las ventanas de este. Sus ocupantes, mujeres jóvenes, universitarias, escudriñaban la noche, intentando buscar con la mirada quiénes estaban desgañitándose, vociferando, emitiendo semejantes alaridos.

"Encontré el vídeo en internet y me indignó bastante"

Aitor Cruces - Estudiante de 2º de Comunicación Audiovisual en la UPV/EHU

Así lo recoge el vídeo que hace escasos días reventó internet. En pocas horas se viralizó, provocando que todo el Estado fuese testigo del incidente que había ocurrido tras los muros del Elías Ahuja. “Encontré el vídeo por internet y me indignó bastante. Y que dijeran después que se trataba de una ‘tradición’ lo hizo aún más”, relata Aitor Cruces. Este joven, que tiene 19 años, estudia Comunicación Audiovisual en la Universidad pública vasca.

Natural de la Rioja alavesa, se hospeda en la residencia universitaria RESA de San Mamés durante el curso. En esta, según Aitor, está prohibido, “bajo orden de expulsión”, hacer novatadas y asegura que las actitudes machistas protagonizadas por los de Ahuja no tienen cabida entre sus muros. “La gente es, por lo general, muy educada. Yo no hago mucha vida aquí, socializo más en la universidad”, afirma. 

A favor de las novatadas "divertidas" y "respetuosas"

Mattin Sevilla y Enrique Urbizu se muestran partidarios de las novatadas siempre y cuando estas sean inocentes Maider Goikoetxea

Mattin Sevilla y Jesús Urbizu, estudiantes de Física e Ingeniería electrónica e Ingeniería industrial, respectivamente, también residen en San Mamés. Al igual que Aitor, destacan que en lugar reina un “clima de respeto entre todos los residentes”. Lamentan, no obstante, que la dirección prohíba taxativamente la celebración de novatadas. “Hasta cierto punto pueden ser divertidas, y sirven para integrarse en un grupo”, opina Mattin. “Pero que no sean muy duras, se tienen que hacer con respeto, sin dañar a los demás”, añade Jesús. 

“No fue nada grave. Nos hicieron meter la cabeza en unos cubos con huevo y harina. Todo se quedó ahí”

Unax Landa - Estudiante de 1º de Diseño de interiores

Unax Landa condena con vehemencia el machismo de los estudiantes madrileños que protagonizaron los sucesos del Ahuja Maider Goikoetxea

A pocos metros de esta residencia, situada encima de la Intermodal, se erigen las torres de Garellano. Las estructuras blancas también albergan una morada para estudiantes gestionada por MyCampus. El donostiarra Unax Landa, futuro diseñador de interiores, se hospeda allí. Él sí experimentó una novatada a su llegada al campus, pero se desarrolló, según el estudiante, en un parque, ya que este tipo de actividades están prohibidas.

 “No fue nada grave. Nos hicieron meter la cabeza en unos cubos con huevo y harina. Todo se quedó ahí”, asegura Unax. El joven, además, subraya que estas ‘bromas’ no incidieron en ningún momento en el género, la racialidad o la condición sexual de sus participantes.

Y es que, para Unax, aquellos ritos de iniciación que atenten contra la dignidad de las personas no son en absoluto aceptables. De hecho, condena con vehemencia los sucesos ocurridos en el Colegio mayor Elías Ahuja de Madrid. “Es una vergüenza. Aunque sea típico allí, según dijeron los estudiantes, no es algo aceptable en una sociedad que lucha por la igualdad”. 

Su amiga y compañera, Arantza Rodríguez, subscribe cada palabra de su discurso. Esta estudiante mexicana de Diseño de moda, no obstante, prefirió no unirse a él en la noche de la ‘novatada’. “Siendo consciente de que la residencia no se iba a hacer cargo de nada si pasaba algo, no me sentía cómoda. Preferí quedarme aquí”, dice.