PENSÁBAMOS que nunca llegaría este día, pero aquí está”. Cuántas veces se habrá escuchado esta frase en las fiestas que llenan el calendario como antes de la pandemia. “Al fin podemos disfrutar de eventos al aire libre sin mascarillas”, saludó el presentador, Álex Sevilla, al público congregado en el parque Arenatzarte de Güeñes para la edición número 63 del concurso de vestidos de papel. La más esperada, después de las suspensiones de 2020 y 2021 debido a la pandemia. Cambio de escenario desde la plaza Galdotza Arana para “aprovechar un lugar tan bonito como este y dar un giro en el sentido de la sostenibilidad; ¿para qué instalar una carpa dentro del frontón cuando tenemos este entorno?”, expresó el alcalde, Juan Andrés Iragorri. Quienes llegaron con tiempo presenciaron un bonito atardecer con las esculturas, la vegetación y la casa señorial que acoge el ayuntamiento como fondo mientras los creadores de los 34 diseñosdos se cayeron del cartel a última hora– daban los toques finales antes de subirse a la pasarela. De acuerdo con la mayor conciencia social con respecto al cuidado del medio ambiente, ofrecieron una clase magistral sobre reciclaje de diferentes tipos de papel desde que apareció el primer traje, que adaptó la fachada del campo de San Mamés a un conjunto o de niña con accesorios confeccionados según la técnica de origami.

Previamente, el jurado había puntuado a todos, categorías infantil y adultos, en un pase previo en la kultur etxea que se prolongó algo más de tres horas. Y es que “tocamos los vestidos, si hace falta les pedimos que desfilen dos o tres veces para apreciar todos los detalles...”, desveló Juan Antonio Andrade, presidente de la Asociación de Sastres de Bizkaia con el objetivo de puntuar con criterio en los apartados de diseño y originalidad y, por otra parte, corte y confección. Mercedes de Miguel se reencontró con Güeñes y alabó el gran nivel exhibido. “Podría haber muchos ganadores”, valoró la diseñadora, quien añadió que “la localización al aire libre es maravillosa”. Por su parte, la creadora del atelier de zapatos personalizados Lily&You, Azucena Hernández, debutó contenta de “contar con dos figuras como ellos”. Los tres expertos destacaron que “se van viendo más diseños masculinos” y también transgresores. No podían hablar más para no descubrir sus preferencias.

Asociación Soineko

Marisa Bernardo y Raquel Gómez, de Soineko, pronosticaron que “un traje de color naranja tipo túnica para hombre seguro que se lleva un premio porque está muy bien hecho y el modelo lo luce espectacular”. Al filo de las 20.30, media hora antes de que comenzara en certamen, se cercioraron de que no quedara nadie rezagado en la kultur etxea. La ausencia desde la última vez en 2019 “se ha hecho larga”, reconocieron. En total, nueve personas de la organización velaron por que todo transcurriera según lo previsto. El viernes “nos retiramos a las 21.30 y el sábado a las 11.00 ya andábamos por aquí”. Doce horas del tirón hasta que se dio a conocer el palmarés.

Para la ocasión, “el Basque Bio Design Center de Güeñes ha realizado unos grabados que se entregarán a las personas galardonadas”, destacó el gerente de la asociación Enkartur, Koldo Santiago. El certamen y el que aspira a consolidarse como un polo de bioeconomía para la dinamización de la comarca “se complementan” alentado la creatividad. Las meninas, el estilo Goyesco, las constelaciones, el vino de La Rioja, un alegato contra la guerra uniendo las banderas de Rusia y Ucrania o la naturaleza sirvieron de referente a sus creadores para coser a mano y a máquina estas delicadas prendas elaboradas con papel de periódico, servilleta de papel. El grupo Karrantzako Jostunak se fijó en la elegancia clásica “de los años cincuenta”.

En la diseño y originalidad, revalidó triunfo el mungiarra Alejandro Salas, que bautizó a su traje Tonatiuh, “por un dios de la mitología azteca. El coronavirus le animó a lanzarse a “coger las riendas de mi vida, así que he abierto un atelier, Lamikiz, en Bilbao”. Era ese el modelo del que se prendaron en la asociación Soineko.