“Estamos todos los días pendientes porque la reserva sigue bajando”, asegura el alcalde, Raúl Palacio. Karrantza mira al cielo esperando que la lluvia alivie la sequía a la que el valle no resulta ajeno. La balsa de La Argañeda está llena al 15% de su capacidad y la de La Cerroja, en torno al 40%. Aunque no se han producido cortes de agua, la situación preocupa porque las explotaciones ganaderas precisan de un consumo “altísimo”. De continuar en esta línea, “en breve tendremos que plantearnos el siguiente paso: traer camiones”. Para estar preparados “ya lo estamos protocolizando con Salud Pública y ayuntamientos de Cantabria”.

El 16 de junio “emitimos un bando en el que hacíamos ver a la población la importancia de controlar”. El Ayuntamiento advertía que, según todas las predicciones, se avecinaba un verano más seco de lo normal, por lo que rogaban un “esfuerzo con el fin de economizar realizando un consumo responsable”. El 4 de agosto se decretó la prohibición de regar huertas y jardines, lavar cualquier tipo de vehículo, llenar piscinas o emplear la manguera en la limpieza de patios, etc. y se invitó a los vecinos a revisar sus instalaciones para evitar fugas de agua. El 11 de agosto el Consistorio se reiteraba en su llamamiento y calificaba la situación de “crítica” si no hay un cambio de tendencia meteorológica.

Hace tres años “llevamos a cabo transbordos de camiones de unos puntos del municipio a otros”. Esta vez “podríamos enfrentar un problema más grave porque, si nos quedamos sin suministro, habría que transportar el agua desde fuera”.

En cualquier caso, el alcalde desvincula estas circunstancias del ingreso en el Consorcio de Aguas que no acaba de concretarse: “son cosas diferentes, toca solucionar este problema y podremos debatir el resto del año”.

Superficie dispersa

Cincuenta barrios. Karrantza es el municipio más extenso de Bizkaia. Con cerca de 140 kilómetros cuadrados, la dispersión entre su medio centenar de barrios –que allí denominan pueblos– añade otro factor de dificultad a la hora de garantizar el agua en esta etapa de sequía generalizada. “Hacemos casi juego de malabares desviando de unos sitios a otros”, reconoce el alcalde.