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Novelas de Balmaseda que se inspiran en Laredo

El balmasedano Nino Ibargüen prepara su segundo libro mientras guarda la continuación del primero en la nevera

Novelas de Balmaseda que se inspiran en LaredoDEIA

Se llama Ascuas a la parrilla, “pero no tiene relación con la cocina”. A las ascuas se asemejaría en días de calor extremo la arena de la playa de Laredo por la que Nino Ibargüen paseaba mientras daba forma mentalmente al argumento de su primer libro. Corría el verano de 2020. Venía del agotador confinamiento, “dejar mi relación de pareja después de siete años y perder mi empleo”. Meses después publicó esta novela “corta de intriga” abierta a una continuación que comenzó a escribir hasta que se secó la inspiración. Para superar el bloqueo ha arrancado la historia de las vacaciones de una cuadrilla en Benidorm que confía en rematar próximamente. 

Con el encierro y las restricciones de movilidad posteriores “me agobié”, así que en cuanto las autoridades abrieron la mano a comunidades limítrofes “me iba todos los días a Laredo y recorría la distancia que separa el casco histórico del Puntal”. “Poco a poco”, brotaron las ideas que “fue estructurando en la cabeza para crear el cuerpo de la trama, me resultó muy sencillo escribirlo: media hora al volver a casa con la estructura muy clara”. Articuló toda la obra “en base al final, que se me ocurrió en primer lugar”. El protagonista “comparte sección en la empresa con un compañero que se llama Rick; el apodo de Manrique, alguien muy irascible, peculiar y enigmático, maleducado con los compañeros” y se percata de que esconde algo. La curiosidad por profundizar en su historia le mueve a “preguntar a los compañeros, pero nadie sabe nada de él, así que empieza a sospechar que oculta cosas”. Para descubrirlas intentará ganarse su amistad. El cómo se desvela en un libro plagado de diálogo y “muy ágil” que “se lee en una hora”.

Al margen de las editoriales

Para el siguiente capítulo, el de la publicación, “no he llamado a ninguna editorial”para ganar libertad. “Siempre me han comentado como que te marcan las condiciones y se generan unos márgenes de beneficio por libro inferiores” argumenta. “He querido hacer algo que se vea profesional, una portada bien diseñada, una buena calidad de la pasta, papel, cosido…” para que permanezca en las estanterías. Además, “siempre pienso que los grandes escritores ya con renombre nada más sacar una edición ya han vendido por ejemplo 20.000 ejemplares y en mi caso, implicaría prácticamente pagar por publicar”.

“Me iba todos los días a Laredo y recorría la distancia entre el casco histórico del Puntal”

Nino Ibargüen . Escritor

Satisfecho con la acogida, se sentó a escribir la continuación. Sin embargo, “me quedé estancado” y como antídoto al bloqueo inició otra historia diferente, de un grupo de amigos de vacaciones en Benidorm, con ciertos tintes autobiográficos. Su propia vida “da para escribir varios libros”. Y pasa a resumir los primeros capítulos: “Era buen estudiante, aunque nunca me ha gustado el sistema educativo. También me afectó la separación de mis padres me volví bastante rebelde y me expulsaron del instituto”. En Sopuerta cursó un grado de Automoción. “También me echaron y a los 17 años estaba trabajando de peón raso en una fábrica de muebles”. De ahí saltó a Pastguren, en Zalla, “donde estuve siete años, progresando desde peón raso a jefe de sección sustituyendo a un hombre que se había jubilado”. 

Acreedores

En 2009 “la papelera entró en concurso de acreedores y hubo que arrancar otra vez desde cero”. En esos años había sacado el acceso a la Universidad para mayores de 25 años y se metió en Historia, “una carrera que me gustaba gracias a un tío con el que he viajado mucho”. En el segundo año “entró el plan Bolonia, exploré las opciones de Historia del Arte y Derecho”. Cuando la papelera echó la persiana había pasado “de estudiar y trabajar a la vez y aprender violín a prácticamente no hacer nada”. Cuando acudió a la sede de la Universidad a Distancia en Portugalete vio el cartel de un curso de escritura creativa y se apuntó. Allí “coincidí con el escritor Juan Bas y aprendí muchas cosas”. 

A raíz de la pandemia, “te replanteas la vida y entonces decidí lanzarme a escribir un libro, al principio sin intención de editarlo”. Visto el resultado de esta primera obra de cara a los lectores, “más allá del me ha encantado, una chica me dijo que ojalá escribiera otra novela pronto y en vez de tardar una hora en leerla tardara un mes... eso te llena y te hace sentir ganas de continuar, la verdad”.