Natural del barrio bilbaino de Zorrotza aunque con amplias raíces familiares en el municipio de Muskiz, donde reside desde hace varias décadas con su pareja y sus dos hijos adolescentes, Ainara Leiba se ha convertido en la primera mujer en ostentar la makila del municipio minero y está decidida a dejar huella en la gestión de este pueblo que cuenta con unos 7.500 habitantes y una de las rentas per cápita más altas de Euskadi. “Yo soy una mujer de partido y estaré a lo que el partido diga pero desde luego yo me veo con ganas de seguir con esta responsabilidad. Lo he dado todo en este primer año y lo seguiré haciendo hasta cuando decida el partido”.

¿Cómo resumiría estos primeros doce meses como alcaldesa de Muskiz?

—Si tengo que hacer una valoración de estos primeros 12 meses al frente de la Alcaldía tengo que decir que estoy encantada y creo que eso se traduce en la forma que tengo de ser y estar. La Alcaldía no tiene nada que ver con mi anterior trabajo de abogada ya que se trabaja con otra intensidad y es verdad que tienes que estar las 24 horas en modo alcaldesa –porque aquí que no caben medias tintas aunque sí organización– pero creo que me ha coincidido la llegada al cargo con un momento dulce de mi vida, con buen cuerpo y con muchas ganas de hacer cosas por el pueblo. Siempre he tenido una profunda convicción de que la política es un servicio público.

Una postura que no está exenta de reveses y de críticas a su gestión.

—Sí que es cierto que ha habido y seguirá existiendo gente crítica porque están en su derecho a serlo y manifestarlo, pero entiendo que, hablando con todo el mundo, todos nos podemos entender. Yo soy más partidaria de ver el vaso medio lleno y de actuar con lo que tengamos a mano dejándonos aconsejar con los técnicos adecuados en cada cuestión. Solo con el entendimiento podremos llenar el vaso para poder resolver los problemas y las necesidades de nuestro municipio.

Imagino que se referirá a los grandes proyectos que tiene pendientes Muskiz.

—Bien es cierto que los grandes números son importantes porque indican que la obra o el proyecto tiene una entidad importante para el conjunto del pueblo pero a mí personalmente me produce una gran satisfacción como alcaldesa y como vecina dar respuesta a esas pequeñas demandas de nuestros vecinos. Por ejemplo, está el lijado y el pintado de un banco en un barrio. Puede ser una obra pequeña pero para esos vecinos es igual de importante. Eso también es política municipal.

Sin duda, todo es bueno si es una mejora en el día a día del vecino. Pero además siempre hay esas grandes iniciativas que tienen en una gran repercusión en la vida vecinal. ¿Cuáles son las principales para este año?

—Comentaba yo el otro día en una mesa de alcaldes y alcaldesas de Ezkerraldea y Meatzaldea que todos tenemos preocupaciones reales que afectan a problemas reales que tenemos en los municipios y en el caso de Muskiz está la problemática de la inundabilidad que me trae de cabeza, porque es un tema difícil. En tiempos de mi aitite, en 1974, siempre se hablaba de los aguaduchos y de la manera recurrente con la que estos fenómenos afectaban a la parte central del pueblo.

No hace falta ir tan lejos. Basta recodar las inundaciones de noviembre de 2021, en 2011 o las afecciones del Bardadún en 2008.

—Por eso insisto en que la inundabilidad es una preocupación muy grande y por ello estamos trabajando codo con codo con la Agencia Vasca del Agua, URA, para sacar adelante un convenio que queremos poner encima de la mesa –yo soy un poco pesada de puro insistente– con el que atender las necesidades que planteen ríos como el Bardadún o el Cotorrio y, de hecho, hace poco más de una semana ha estado por aquí una comisión técnica de URA para ver nuestros ríos y algunos puntos críticos que creemos que deben recogerse en ese convenio de actuación. Confío en que con este convenio y con todas las medidas que podamos adoptar de cara a la aprobación del nuevo PGOU relativicemos el problema. No sé si acabar con el problema, porque estamos rodeados de ríos y del mar y sus mareas, pero sí al menos minimizar al máximo el efecto de la inundabilidad.

¿Qué otros proyectos o problemáticas lideran el día a día en la agenda de la alcaldesa?

—Si hubiera que resumirlos serían la accesibilidad entre los barrios y el centro del pueblo, la iluminación pública y la mejora energética y la atención a nuestro tejido asociativo o infraestructuras como el polideportivo municipal donde está previsto invertir cerca de un millón de euros en su modernización.

Vayamos por partes. Hablemos de accesibilidad.

—Somos un municipio no especialmente grande, pero sí muy disperso, lo que nos presenta algunos problemas de accesibilidad en algunos de los barrios. En estos momentos estamos abordando la búsqueda de soluciones a través de empresas especializadas. Encima de la mesa ya tenemos un proyecto de carreteras que nada más verlo ya da idea de que algunos aspectos conllevan globalmente una fuerte inversión económica. También estamos en contacto con la plataforma de vecinos de la N-634 para ir viendo el desarrollo de un plan de actuación en esta vía desde el barrio de El Haya hasta la zona del Ayuntamiento. Del mismo modo, en este capítulo hay que situar la reforma del vial que une San Juan con San Julián cuya licitación saldrá adelante en septiembre por lo que esperamos que se inicien las obras este mismo otoño.

Nombraba también actuaciones relacionadas con la mejora de la iluminación pública.

—Otro punto que me preocupa extraordinariamente es la iluminación pública del municipio para eliminar cualquier punto oscuro o de riesgo y la eficiencia energética de nuestra red pública. Para ello contemplamos la idea de invertir este año cerca de 800.000 euros de los cuales 550.000 euros proceden del presupuesto ordinario y 250.000 saldrán del plan del Inversiones añadido al propio presupuesto. Por otra parte, tenemos un contrato con la empresa Giroa que atiende todo lo relacionado con el alumbrado municipal que está dando muy buenos resultados de ahorro y eficiencia a la que miraremos de incluir en el contrato la gestión de estas nuevas actuaciones.

¿Se animarán a crear alguna TEK (comunidad de energía solar) en el municipio, después de que Muskiz haya sido pionera al contar con la primera TEK educativa vasca en el centro Somorrostro?

—De momento sí que estamos estudiando esa posibilidad muy seriamente porque al fin y al cabo tenemos una gran superficie de edificios municipales que pueden ser susceptibles de acoger una TEK que abaratase los costes energéticos municipales pero aún estamos en una fase muy incipiente del proceso aunque no lo descartemos.

Usted tomó posesión en pandemia y ahora la alegría ha vuelto a las calles con las fiestas de San Juan. Vaya cambio. La verdad es que ha sido un respiro.

—La gente tenía ganas de fiesta, de estar en la calle. Ahora afrontamos un amplio calendario de actividades, desde la Magdalena hasta Ntra. Señora y San Roque en La Rigada, El Socorro en Pobeña y, cómo no, la feria agrícola de Muskiz.