La idea es vivir como en casa: que una visita llame a tu puerta antes de entrar, poder tener tu pequeña huerta donde plantar arándanos, colgar los recuerdos de toda una vida en las paredes, elegir en qué ocupas tu tiempo de ocio... La residencia municipal de Getxo ha sido la primera en culminar todo el proceso para convertir todo el centro en unidades convivenciales pero la Diputación tramita ya la adaptación de casi medio millar de plazas para convertirlas en pequeños hogares. "Es un modelo que se puede implementar en el 100% de las residencias de Bizkaia", ha afirmado este jueves el diputado foral de Acción Social, Sergio Murillo, con la mirada puesta en disponer de un 35% de las plazas de responsabilidad foral adaptadas para finales del próximo año.

"Todos queremos vivir en casa o como en casa, aunque necesitemos apoyo; nadie quiere vivir en un hospital si se puede", ha reconocido Murillo en una entrevista en Radio Euskadi. Bizkaia ha emprendido un camino que supone un cambio de paradigma en los cuidados que se prestan en las residencias. "Nos especializamos en tener apoyos asistenciales, y ahora tenemos que hacer un camino de personalización. Que las residencias, además de tener una asistencia potente de profesionales bien formados, tenga ese regusto a casa", ha abogado.

Tras la puesta en marcha de las primeras plazas en el centro municipal de Getxo -cuatro pequeñas unidades de convivencia, que acogen 70 plazas conveniadas con la Institución foral-, la Diputación cuenta ya con casi medio millar de plazas en que están en proceso de conversión: 156 autorizadas, 112 con autorización previa -pendientes de que lo verifique la inspección- y 226 ya preparadas para construirse, según ha enumerado el diputado foral. A ellas hay que sumar las de las residencias del IFAS de Leioa y Elorrio, cuyas primeras obras saldrán a concurso la próxima semana para dar comienzo a un proceso de adaptación paulatino.

EN TODAS LAS RESIDENCIAS

Murillo ha defendido que el modelo se puede instaurar en todos los centros residenciales del territorio, aunque reconoció que en algunos puede haber dificultades de tipo arquitectónico. "El modelo se puede implementar en el 100% de las residencias de Bizkaia, algunas con más dificultades que otras en la parte arquitectónica, pero poco a poco podemos hacerlo. De los cinco ejes que tiene el modelo, el arquitectónico es solo uno. Hay pequeñas cosas como personalizar la habitación, tocar el timbre, que haya un personal de referencia que me conozca más que el resto, que podamos diseñar el día en base a lo que me gusta... Cada uno tiene sus gustos y cuando entra en una residencia no acaba su biografía; este es el modelo, lo que subyace a las unidades convivenciales", ha remarcado.

Consciente de que esas adaptaciones cuestan dinero, ya en la última concertación destinaron más recursos económicos para aquellas residencias que implementen plazas bajo el paraguas de este nuevo modelo. "Cuesta organizarlo porque son más habitaciones individuales y requiere algo más de recursos", ha recordado.

Sin embargo, también ha advertido de que muchas veces no se trata de destinar más recursos -"muchas residencias ya superan los ratios que se marcan desde el Gobierno vasco", apuntó-, sino de modificar la manera de trabajar. "Es cambiar la forma en la que nos organizamos. Es una cuestión de pensar que vamos a la casa de alguien a trabajar y no a un centro de trabajo. Hay un cambio de chip, de organización, de cambiar la forma de tratar a las personas que en las residencias".